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Estadio Viejo El Sardinero, Santander

Santander, ciudad de aproximadamente doscientos mil habitantes, concentra gran parte de la vida administrativa e institucional y de los servicios de Cantabria, comunidad de la que es capital. Fue un antiguo puerto que establecieron los romanos lo que dio origen a la moderna ciudad actual que, con el paso del tiempo, ha ido creciendo en torno a su bahía.

En la Edad Media y la Moderna, Santander fue, sobre todo, una villa marinera de pescadores, pero el siglo XVIII iba a transformarla: en 1754 su iglesia colegiata fue designada catedral y un año después recibió de Fernando VI el título de ciudad.

Comenzaban dos siglos de fuerte expansión comercial, tan solo alterada por algunos acontecimientos como la explosión del vapor Cabo Machichaco en 1893, el gran incendio de 1941 o las visitas estivales de la familia real durante el primer tercio del siglo XX.

El equipo más importante de la ciudad, el Real Racing Club de Santander (popularmente conocido como Racing o Racing de Santander), fue fundado el 23 de febrero de 1913. Real una década después, recibió su nombre del vigente campeón de Copa por aquel entonces, el Real Unión de Irún, y es el único equipo cántabro que ha disputado partidos en la Primera División de la Liga española.

Su estadio histórico es el Viejo El Sardinero. El campo fue adquirido por el club en la temporada 52-53 por tres millones de pesetas, pero en realidad la entidad jugó en él durante nada más y nada menos que 75 temporadas. Fue clausurado con un Racing – Granada que terminó con empate a 0 el quince de mayo de 1988. Las últimas tres décadas no han borrado todavía el recuerdo que el recinto dejó en el hincha racinguista.

Inaugurado en 1913, El Sardinero fue el primer campo jamás utilizado por el club. El primer partido resultó, desde luego, poco prometedor, al saldarse con un contundente 0-5 frente a la Gimnástica de Torrelavega, pero un par de campañas después el equipo ya había ganado la Copa Luis Redonet que se entregaba al campeón provincial.

El Sardinero sufrió su primera reforma importante ya en 1916, con motivo de la entrada del Racing en la Federación Regional del Norte. Para enfrentarse a los potentes equipos vascos, se dispuso la construcción de una tribuna de madera de 30 metros de largo, con un palco para directivos, y de unos vestuarios.

A pesar de la entidad de sus nuevos rivales, en 1920 se hizo cargo del equipo el entrenador inglés Fred Pentland, que llevó al Racing al subcampeonato de lo que por entonces era la liga regional más potente de España. La Federación del Norte se separó entonces en dos, y sin oponentes realmente competitivos el Racing decidió empezar a jugar amistosos contra equipos extranjeros. El Sardinero siguió mejorando gracias a las recaudaciones obtenidas, incorporando gradas cubiertas en los goles norte y sur y alargando la grada este, descubierta, junto a la playa.

El 17 de Abril de 1927 El Sardinero albergó su primer partido internacional. Fue un España – Suiza que terminó 1-0 con gol, precisamente, del racinguista Óscar. Un año más tarde el Racing eliminó sucesivamente a Betis, Sevilla y Valencia para hacerse con la décima y última plaza de la Primera División del nuevo campeonato de Liga.

En la primera temporada de la historia el Racing finalizó décimo, aunque venció al Sevilla en la promoción y mantuvo la categoría. Los resultados mejoraron pronto y, bajo la batuta de otro inglés, Robert Firth, el club consiguió la mejor clasificación de su historia con el subcampeonato de la 30-31. Dos años más tarde acabó tercero y todavía al borde del abismo, logró una tercera posición. Pero entonces la Guerra Civil desintegró el equipo.

Durante el conflicto, los jugadores internacionales García y Larrinaga fallecieron en combate, mientras que Gómez fichó por el Atlético de Madrid en 1939. Con un equipo de veteranos y demasiados jóvenes procedentes del filial, el Racing luchó por la permanencia en la 39-40, pero terminó colista.

Los años 40 fueron tiempos duros para el Racing, con dos temporadas en Tercera División en entre 1943 y 1948. En la 49-50 el club logró por fin el campeonato de Segunda División y el ascenso a Primera, en la que permaneció durante cinco temporadas.

En el 54, ante la posibilidad del cierre del campo (que era propiedad privada), el Racing decidió comprar El Sardinero por 3.250.000 pesetas. La operación no tuvo los efectos deseados y el equipo descendió nuevamente en la 54-55. Tuvieron que pasar otros cinco años antes de que el club regresara a Primera con un segundo campeonato de la Segunda División.

Con el optimismo del nuevo ascenso, en 1961 se comenzó una nueva remodelación que incluía una atrevida grada con un gran voladizo. Sería una construcción de 72 metros de largo, hecha con secciones prefabricadas de hormigón y un gigantesco techo ondulado que, a pesar de su tamaño, trataba de reflejar las cercanas olas de la playa del Sardinero. Fue construida tras el graderío antiguo, manteniéndose los viejos vestuarios en la esquina suroeste del estadio.

Un año más tarde se demolió la vieja grada y el terreno de juego se agrandó, desplazándose algunos metros hacia el Oeste. Para 1963, en las bodas de oro del club, se instaló la iluminación artificial. Por desgracia, se estrenaron en Segunda División, categoría en la que el equipo pasó la mayor parte de la década, jugando incluso dos nuevas temporadas en Tercera.

El siguiente ascenso volvió a traer bajo el brazo un nuevo arreglo (en esta ocasión, se cubrió la grada este). Pero la siguiente gran remodelación del estadio fue de cara al Mundial de España de 1982. El Sardinero necesitaba una gran obra y el Racing atravesaba una seria crisis económica, con un nuevo descenso a Segunda. Para los grandes partidos internacionales se instalaron nuevas torres de iluminación, pero un año más tarde el club vendió el campo al Ayuntamiento por 175 millones de pesetas, dándose inicio a las negociaciones que debían llevar a la construcción de un nuevo campo.

No buscaron demasiado lejos: el nuevo emplazamiento se encontraba en un descampado a tan solo ciento cincuenta metros del viejo estadio. El 15 de Mayo de 1988 tuvo lugar el último partido oficial en el viejo Sardinero. Más tarde, un amistoso entre leyendas del Racing y antiguos jugadores de la Selección Española selló la suerte del campo, el 3 de Junio de 1988. La demolición comenzó el 17 de Junio y, ocho semanas más tarde, el Racing inauguró los Nuevos Campos de Sport de El Sardinero con un amistoso frente al Real Oviedo.

En el terreno del viejo campo se encuentra hoy día el Parque de Mesones, en cuya esquina sudeste se puede ver un seto circular bien arreglado. Dentro de la circunferencia, con los colores verde y blanco del Racing, hay una réplica en mármol del córner del antiguo terreno de juego. Un recuerdo sencillo pero efectivo de los cientos de partidos disputados en el lugar donde, en 1986, nació el grupo ultra histórico del Racing, las Juventudes Verdiblancas:

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