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Entrevistas

Nazanin Armanian: «Estados Unidos, Israel y los gobiernos de la zona tapan con el manto de la religión la lucha de clases»

Nazanin Armanian llegó a España de casualidad. Corría 1983 y esta mujer escapaba de Irán, su país. El gobierno teocrático de los ayatolás la había detenido, condenado y encarcelado por feminista y comunista, pero consiguió subirse a un avión de Lufthansa y poner rumbo a Europa para buscar refugio. En su huida acabó en Barcelona, donde las autoridades no la dejaron seguir hacia Alemania, su destino final. Ahora lleva en España más de tres décadas. Aquí escribe, traduce y enseña. Su blog en Público (Punto y seguido) habla de Turquía, de Irán, de Yemen, de Arabia Saudí y de Siria. Habla de la gente, de los políticos, de la guerra y la religión. De una zona del mundo que no siempre estuvo en llamas pero que arde por sus riquezas peleadas por grandes potencias globales y regionales.

La iraní niega que exista un mundo islámico y afirma que la religión es, en realidad, un manto con que cubrir las luchas e injusticias sociales. Publica ahora, junto a Martha Zein, un libro que solo podía titularse No es la religión, estúpido (Akal). Hablamos con ella en una cafetería de Madrid.

Si te parece vamos a empezar por Irán, donde ha habido unos protestas que no se veían desde 2009. Brevemente, ¿qué es lo que está pasando ahora mismo allí?

Lo que está ocurriendo en Irán es la continuidad de la revolución del 79. Es decir, el pueblo iraní se levantó, nos levantamos, hace casi cuarenta años contra la dictadura y contra las injusticias sociales. Porque como sabes, Irán es una de las primeras reservas de petróleo y de gas del planeta, mientras que en aquellos años, como ahora, el sesenta por ciento de la población vivía bajo la línea de la pobreza. Nos levantamos por la libertad, por la justicia social, pero lo que sucedió fue que la revolución fue secuestrada por la casta clerical y no solo no se solucionaron los problemas, sino que se han agravado porque pasamos de una dictadura autoritaria a una teocracia totalitaria.

Tal como tú lo estás planteando, podríamos decir que es una propuesta de gente empobrecida con pocas salidas, y que por tanto no tendría que ver entonces con una intervención extranjera o instigada por poderes extranjeros como dice el gobierno de Irán.

Es que a Estados Unidos no le interesa en este momento desestabilizar Irán. Es un país de ochenta millones de personas… solo el número de refugiados que produciría en el mundo desestabilizaría el planeta. Además, se dispararía el precio del petróleo, y ahora que las economías europeas están empezando a despegar no les interesaría que llegase a doscientos dólares el barril. Es lo que ocurrió con Obama en el año 2009 cuando en Irán hubo otra movilización contra la dictadura; en enero de ese año Obama había llegado al poder pero no apoyó al pueblo iraní: mandó una carta de felicitación a Mahmud Ahmadineyad diciendo que lo reconocía como presidente. ¿Por qué? Porque en aquel momento Obama tenía tres problemas: quería cerrar Guantánamo; salir de Irak y de Afganistán; y arreglar, digamos, la situación económica del mundo. No quería una patata tan caliente como Irán. No le interesaba, y más teniendo en cuenta la crisis con Corea del Norte; porque Estados Unidos puede controlar la situación de Corea del Norte a través de China y de Rusia, pero nadie puede controlar la de Irán. Sí que es verdad que le interesa su desestabilización, pero poco a poco, a largo plazo.

Las protestas actuales puede que luego sean aprovechadas por las potencias regionales o internacionales, pero están originadas por la lucha de clases: es la rebelión de los pobres contra una clase de clérigos y militares que se han apoderado totalmente de los recursos públicos.

Sobre lo que dices de Estados Unidos. Lo que afirmas aparentemente tiene lógica, pero puede que las decisiones del presidente Donald Trump no respondan a ese forma de ver las cosas.

Exacto. A ver, hay que tener en cuenta que el Donald Trump del pelo y todo esto es una fachada. Detrás de él hay un equipo que intenta llevar una política de Estado. Es verdad que la economía de Estados Unidos en este momento está basada en la economía de guerra. Provocar tensión para vender armas es uno de sus objetivos. Mira lo que hizo con Qatar y Arabia Saudí: produjo una crisis ficticia, absolutamente irreal, pero en el momento que ya consiguió dos grandes contratos, firma de armas, se acabó la crisis. Por lo tanto, tienen cuidado: provocamos la crisis pero, de momento, no hacemos la guerra. En Irán no provocarían una guerra o su desestabilización sin tener antes una alternativa al régimen islámico. Y en este momento no hay ninguna, ni de derechas ni de izquierdas.

Hay que tener en cuenta también que Irán no es Siria, ni por la extensión del país ni por el poderío del estado iraní; tampoco es Irak, donde Estados Unidos si no se hubiese aliado con los kurdos no hubiera podido destruir el país, cosa que también hizo en Libia uniéndose con diferentes tribus para derrocar a Gadafi. En el caso de Irán estamos hablando de una nación, quizá la primera del mundo que existió como Estado-nación hace dos mil quinientos años. Los kurdos iraníes, los baluchis iraníes, los árabes iraníes no van a permitir una guerra con el extranjero, no se van aliar; si quisieran, lo habrían hecho en estos cuarenta años. Por ejemplo, los kurdos iraníes son los únicos kurdos de la zona que no quieren la independencia de Irán por la simple razón de que son iraníes. Los kurdos son más auténticos iraníes que los persas, por lo que no saldrían de su país. Lo que sí quieren es una autonomía, eso es cierto. Por todo esto, sí que es verdad que Estados Unidos quiere contener a Irán, pero no quiere su desestabilización.

¿E Israel o Arabia Saudí?

Sí. Mira, hace poco salió una noticia, la segunda de este tipo: Israel pidió permiso a Obama a finales de su gobierno para matar a un general iraní, Qasem Soleimani, el militar todopoderoso de Irán. Estaba en Siria y lo tenían a tiro. Según el periódico ruso Sputnik Mundo [Times of Israel], Obama habría avisado a la República islámica de que lo salvasen. Porque no quería este conflicto. Pasó lo mismo con Bush: tras la guerra de Irak, Netanyahu quería bombardear Irán, sus centrales nucleares, y Bush dijo (esto se puede ver en los medios) que si lanzaban misiles los destruirían en el cielo antes de que cayesen en Irán. Y es que ellos son conscientes de que esto sería la madre de todas las guerras. No van a empezar una guerra así aunque sea a petición de Israel y Arabia Saudí.

Esa buena relación entre Israel y Arabia Saudí, que se ha concretado además últimamente con visitas e incluso entrevistas inéditas, demuestra precisamente la tesis de vuestro libro: que los conflictos que se dan en esta región no son precisamente una cuestión de religión.

Absolutamente. Estas guerras muestran varias cosas: primero, que este choque de civilizaciones fue un montaje de Samuel Huntington que dio cobertura a las guerras de Bush. No hay un choque de civilizaciones, que además se reducen así a la religión cuando evidentemente las civilizaciones son una cosa mucha más amplia. No es un choque entre cristianismo y el Islam. Esto no explicaría cómo es posible que hoy la República Islámica tenga como aliada a la Rusia cristiano-ortodoxa. No tiene sentido. ¿Cómo se explica que los wahabíes, la extrema derecha religiosa islámica sunita de Arabia Saudí, se unan a los judíos contra otro país musulmán?

Eso sí, tanto en Irak como en Siria y Yemen hay un conflicto de intereses entre cuatro potencias regionales: Israel, Arabia Saudí, Turquía e Irak. Estos cuatro países después de la caída de la Unión Soviética quieren su parte del pastel, quieren ampliar su zona de influencia. Los Estados son como cualquier organismo vivo: o se reducen o se amplían, no pueden quedarse quietos. Y claro, después de la caída de la URSS, Irán ha querido ampliar su influencia, sobre todo después de la guerra de Irak que lo asustó mucho. Irán está prácticamente cercado por decenas de conflictos y guerras: desde Afganistán hasta Turquía, el conflicto kurdo toca totalmente la frontera iraní, en Irak la guerra sigue abierta, la guerra de Siria es prácticamente contra la influencia de Irán… Así que es verdad que interviene en estas guerras, pero no para ampliar su territorio sino para defenderse, al contrario de Israel o Arabia Saudí. Además, estas intervenciones son guerras entre dos países en territorio de terceros, que dejan miles de muertos de otras nacionalidades y que no han conseguido crear un nuevo equilibrio en la región. Por eso estos conflictos continuarán.

¿Cómo se utiliza concretamente la religión en estas guerras? Además de la cuestión propagandística, ¿cómo se hace? ¿Financiando escuelas coránicas? ¿Cómo se usa a la gente a través de la religión?

Hay muchas fórmulas y depende de cada país. Por ejemplo, en el caso de Arabia Saudí lo que se hace es crear justamente escuelas coránicas, comedores públicos… En Turquía la mayoría de los orfanatos, que son muchos, miles, están financiados por Arabia Saudí, y así se convierte a todos esos niños en futuros soldados saudíes aunque sean turcos y no sepan hablar árabe; da igual, porque por ejemplo se unirán al Estado Islámico e irán a Siria a luchar por los intereses de Arabia Saudí principalmente.

El caso de Irán… Por la guerra de Afganistán, que empezó hace cuarenta años y continúa, han llegado a Irán unos cuatro millones de afganos. Pues el gobierno de Afganistán ha protestado oficialmente a Irán, justo hace unos días, porque están obligando a los hombres refugiados a alistarse (bajo pena de expulsión junto a toda su familia) para que luchen en un gran grupo que han creado: las milicias fatmine, que son más o menos del mismo tipo que las del Estado Islámico, cuyo objetivo es ir a Siria a matar y morir. De hecho, ya hay cerca de dos mil afganos muertos por esta batalla de Irán en Siria. Esto es injustificable. Tú no puedes aprovecharte de la pobreza y desesperación de todo un pueblo para llevar adelante tu agenda. Les dicen que si son buenos chiíes tienen que luchar ahí a favor de Bashar al-Ásad, cuando el señor al-Ásad es laico y por lo tanto no representa a ningún gobierno islamista. Es más, hace poco dijo que habían derrotado al Islam político y que su gobierno iba a ser laico, ante la sorpresa de Irán. Y es que los intereses iraníes en Siria no tienen nada que ver con las intenciones de al-Ásad: quieren crear una base militar para vigilar a Israel porque sus misiles no llegan hasta allí pero los israelíes sí llegan hasta Irán. Por eso necesitan una base en Líbano o en Siria para protegerse de forma disuasoria. Así que pese a la amenaza de Estados Unidos para que se marchen de Siria, los iraníes seguirán ahí.

¿Se puede poner una fecha de inicio a esta utilización de la religión?

Sí, sí. En 1978. Antes de la instalación de la República islámica en Irán había un gobierno semi-secular y en la región no había un conflicto entre chiíes y suníes. Es más, el gobierno del Sah era aliado del de Arabia Saudí y del de Israel (los israelíes hasta tenían una oficina en Irán como una especie de embajada). Por lo tanto, no había estas guerras religiosas. En el momento en que los islamistas chiíes toman el poder en Irán empieza la guerra contra los suníes, y las primeras víctimas son los palestinos.

Porque el primer mandatario que pisó Irán después de la caída del Sah fue Yasser Arafat. El ayatolá Jomeini, que no tenía ni idea de cómo era la lucha palestina (porque la OLP -Organización para la Liberación Palestina- representaba a muchas organizaciones que en su gran mayoría eran laicas, e incluso comunistas), le dijo que solo le apoyaría si declaraba que su objetivo en Israel era instalar una república islámica. Arafat contaba con la solidaridad del nuevo gobierno por ser islamista, pero no solo no la tuvo sino que este creó grupos de suníes y palestinos en el Líbano para que lucharan contra él, lo que lo debilitó mucho. Luego sí que Arabia Saudí empezó a crear también sus propios grupos suníes en el seno de la organización.

¿Quién alienta esta supuesta guerra de religión?

En un primer momento es verdad que es el ayatolá Jomeini, porque estaba muy enfadado con los líderes de Arabia Saudí porque se habían aliado con Estados Unidos y no luchaban realmente para recuperar la tierra sagrada que era Israel. Les llamaba corruptos, asesinos, de todo. Claro, esto en el lenguaje diplomático era algo sin precedentes entre Irán y Arabia Saudí, que tenían magníficas relaciones. Ahí empieza el choque, y entonces intentan cada uno crear sus propias quintas columnas en los países musulmanes. Empiezan por Irak, luego pasan por Siria, por Yemen, por Afganistán, incluso por los países del sudeste asiático. Es decir, ese choque empezó ahí.

¿A quién beneficia esta organización de la propaganda, de la fe, de la pasión? ¿Esta homogenización, esta superación de nacionalidades en torno a una idea religiosa?

Primero hay que tener en cuenta que esto no ha colado. No existe dentro de ningún país de la zona una alianza, por ejemplo, de los obreros chiíes contra los obreros suníes. Esto no existe, es ficción absoluta. ¿A quién beneficia? A Estados Unidos, a Israel, a las potencias grandes, y también a los gobiernos de la zona porque tapan con el manto de la religión la lucha de clases. Es como si aquí, por ejemplo, con la crisis económica y el robo de los bancos que ha habido, la Iglesia dijera que los obreros cristianos tienen que rezar al mismo dios que Mario Conde. Esto no cuela ahí tampoco, y es imposible que ocurra porque además los escándalos de corrupción son tan monumentales que ya salen incluso en los propios periódicos oficiales.

¿Quién pierde?

Con esta bandera religiosa pierden los pueblos e incluso también los propios creyentes. En este momento, después de cuarenta años de régimen islámico, un Irán que era chií desde hacía mil cuatrocientos años es por primera vez la sociedad más laica y más anticlerical chií de todo Oriente Medio. Porque si tú quieres un gobierno laico debes poner a cuatro clérigos en el poder y enseguida la gente se vuelve en contra de ellos y su religión. Cada persona tiene una relación directa con su dios, esto es espiritualidad: puedes ser muy creyente, ir al Camino de Santiago, pero también puedes cometer un adulterio. Pero de repente que vengan y te digan que no puedes hablar con la vecina, que no puedes beber, comer, que no puedes llevar por ejemplo un vestido de color rojo porque serás tachado de comunista, o blanco porque dirán que eres pacifista (y claro, están en guerra santa)…

Y no son solo las injerencias de las libertades personales, también las políticas: por supuesto no hay partidos y se han ilegalizado todos los sindicatos. Cualquier tipo de asociacionismo está prohibida por una razón: porque dicen que en la época del Profeta no los había y, por lo tanto, tampoco los necesitamos ahora… Y es que la lucha de clases y los sindicatos dividirían a la Umma, a la comunidad de fieles. Con estos trucos han intentado controlar a la población. En el caso de Irán es la primera vez que el clérigo chiií toma el poder. Ni en la Edad Media, porque Irán no era un país de califato, sino de reyes. Los chiíes siempre habían sido excluidos del poder. Es la primera vez en la larga historia de Irán que ellos toman el poder y nosotros nos enteramos de en qué consiste el Islam. Nunca habíamos leído El Corán. Nadie. Como aquí (España), donde todo el mundo se declara cristiano pero pocos han abierto La Biblia o han pisado una iglesia. Pues esto pasaba en Irán. De repente toman el poder y la gente abre los ojos. ¿Qué es la lapidación? ¿Qué es la ley del talión? Estas no son nuestras leyes, ni las eran hace miles de años tampoco, porque son leyes semíticas, no son persas.

Los iraníes también mataban, pero de otra manera. Matar con piedras es propio de los pueblos que vivían en los desiertos, porque no tenían otro medio. Resucitar la ley de la lapidación porque has hablado con una señora, o porque un señor hable contigo, es brutal, y lo han hecho bajo nuestro asombro. No nos lo podíamos creer. Vale, una vez que salimos de este asombro, en estas últimas manifestaciones, por primera vez la mayoría de las consignas apuntan a la totalidad del régimen islámico pero no quieren su derrocamiento, sino la separación de la religión y el poder.

¿Están pidiendo una república y no república islámica?

Quieren una república de Irán sin adjetivos, lo que habíamos planteado al principio de la revolución. Cuando derrocamos al Sah se hizo un referéndum para decidir qué tipo de régimen queríamos: unos dijeron república democrática islámica, el ayatolá Jomeini dijo estado islámico. Se llama así porque la república no existe en el Islam, es un concepto nuevo europeo. El sistema político del Islam es el califato, que es un totalitarismo. Nosotros plantemos una república de Irán y nos dijeron que no, que tenía que ser una república islámica de Irán. Y aceptamos porque pensábamos que era un adjetivo simple. Pues no.
Porque si dices que es una república islámica entra la ley del talión, la lapidación, que las mujeres no puedan salir de su casa sin el permiso escrito de sus maridos, que el matrimonio infantil se legalice… Las feministas iraníes habíamos conseguido en el año 78 que la edad nupcial para las chicas subiera hasta los dieciséis años, dieciocho para los chicos; ellos lo bajaron a ocho años en 1980. Esto es pedofilia, violación legal a las niñas. Ahora han conseguido subirlo a los trece años. ¿Esto qué es? Sobre la marcha nos dimos cuenta de que el Islam significa esto. No era un nombre espiritual ni mucho menos. Ahora el pueblo quiere república de Irán. Punto.

Antes de iniciar la entrevista me comentabas errores de opinión, de enfoque, de interpretación por parte de la izquierda o el progresismo en general en Europa con respecto a los conflictos que vive Oriente Próximo, en términos de norte-sur, etc. Este sería uno. Otro que me parece bastante importante es no tener en cuenta los juegos geopolíticos de la zona. En ese sentido, ¿crees que la izquierda simpatiza en muchas ocasiones con el islamismo diciendo que es la cultura de esta gente, el ser religioso, y hay que respetarlo?

Sí. Es como por ejemplo decir que los españoles se merecen el nacional-catolicismo porque es su cultura. Oiga, no. Aquí ha habido una revolución, una guerra… un golpe de Estado que ha instalado un régimen fascista. Ningún pueblo quiere fascismo, ser torturado, asesinado por abrir la boca, por tener una vida natural y normal. Claro, los que dicen esto creen en la existencia del mundo islámico, que es un término manipulado que no existe. El mundo islámico es el único espacio geográfico del planeta que tiene una etiqueta religiosa. ¿Por qué no existe el mundo cristiano? Porque la historia de España no tiene nada que ver con la de México o Rusia, aunque sean cristianos los tres países. Esto de simplificar ha sido uno de los errores graves de la izquierda y de las fuerzas progresistas de Occidente, que han caído justamente en estos términos creados por el imperialismo. Como englobar bajo mundo islámico a cincuenta y cuatro países, desde Tayikistán hasta Arabia Saudí o Malasia… países que no tienen nada que ver el uno con el otro, como si ahí la gente no tuviera otras identidades.

También es verdad que la guerra contra Irak o Afganistán creó esta idea de que el imperialismo norteamericano está atacando al sur después de la caída de la Unión Soviética. Esto no es así exactamente. Lo que hizo Estados Unidos es, primero, apoderarse de la Europa del Este, luego de Oriente Medio y ahora desarrolla un imperialismo neoliberal en la Europa occidental. Es decir, está robando sus recursos, libertades, pensiones, trabajos… y es un movimiento internacional contra los pueblos. En Oriente Medio no lo podía haber hecho sin la colaboración de los medios locales. Esto sí que es un grave atentado contra los derechos de los países de la zona. Además, es un asunto que se plantea de forma maniquea y muy simplificado: Estados Unidos está contra Irán, por lo tanto Irán es un país progresista. Debemos hacer un análisis independiente. Es verdad que Irán es objetivo de Estados Unidos, porque estamos hablando de la primera reserva de gas del planeta y la cuarta de petróleo… por lo que quiere controlar estas reservas, pero también existen otras luchas. Así que nuestra línea tiene que ser: apoyamos la lucha del pueblo iraní justamente para debilitar el frente de las fuerzas reaccionarias, es decir a la República islámica, Estados Unidos, Israel…

Un dato muy curioso y que a mucha gente progresista quizá se le ha escapado: sin el apoyo de Irán, a George Bush le era imposible derrocar a Sadam Husein. Los aviones estadounidenses volaban sobre el espacio iraní para atacar y bombardear Irak (aparte de desde el golfo Pérsico). Y esto lo ha agradecido Colin Powell literalmente. ¿Por qué lo hizo Irán? Porque Husein era enemigo de Irán. Para que sea vea que existen estas luchas, que también hay cooperación entre el imperialismo y los gobiernos locales.

O sea que, según tú, no son necesariamente anti-imperialistas

Es que la primera característica de la República islámica es que es anti-moderna, no anti-imperialista. Recuerdo que al principio de la revolución se prohibieron las televisiones, los cines fueron cerrados, las mujeres tenían que taparse totalmente…. exactamente lo que hizo el talibán en Afganistán. Cuando la izquierda tomó la embajada de Estados Unidos en Irán la república dijo: vamos a echar a estos y a presentarnos como fuerza anti-imperialista. Pero de hecho son los Estados Unidos los que cortan su relación con Irán, no la República islámica anti-imperialista. Porque el Islam es una religión que no tiene ese componente progresista que se piensa.

El imperialismo es el conjunto del dominio de las empresas multinacionales. Pues el imperialismo británico, francés, español… ha firmado acuerdos multimillonarios ahora mismo con Irán. También son imperialistas, ¿no?, porque dominan la economía de Irán. ¿Por qué unos son malos y otros son buenos? Esto no cuela. Irán se llevaba bien con la administración Obama. Hasta se rumoreó que Estados Unidos podía volver a abrir su embajada, y si no fuera por la presión del lobby judío y saudí lo habría hecho. Por tanto, Irán tiene un problema con la Administración Trump, no con Estados Unidos ni con el imperialismo.

Para terminar ya: me decías antes que no hay alternativa en Irán. Las fuerzas de izquierda han sido barridas por la religión, no solamente por los aparatos del Estado, lo que enlaza con esa idea también de que el pueblo iraní está solo, sin apoyo de nadie.

Sí. Todas las fuerzas progresistas fueron descabezadas, ejecutadas literalmente. Por ejemplo, los líderes del Partido Comunista de Irán son los que más tiempo han pasado en la cárcel del mundo, han sido ejecutados cincuenta y cinco miembros, todas las direcciones de los partidos socialistas y del Partido Democrático del Kurdistán, dentro y también fuera de Irán. Por lo tanto, el movimiento progresista se ha descabezado y no puede ofrecer una alternativa al régimen.

Así que yo, que soy de izquierdas, invito al pueblo iraní no a derrocar a la República islámica, porque la defensa de Irán acabaría ante una posible agresión de Israel, Estados Unidos o de Arabia Saudí; lo invito a que alargue las manifestaciones pacíficas para poco a poco conseguir partidos políticos libres, libertad de expresión para las manifestaciones pro derechos humanos… para conseguir lo mínimo hasta que podamos convertir esta República islámica en una República iraní. Esperemos que esto continúe y que el sector un poco moderado e inteligente del régimen consiga contener a las fuerzas de extrema derecha de Jomeini y los militares.

Víctor García Guerrero
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