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Entrevistas

Thomas Cailley: «Lo más importante son los personajes, son ellos los que te atan a la película»

Les Combattants, la película debut de Thomas Cailley, seguramente no llegará a España hasta la primavera de 2015, de la mano de Surtsey Films. Por suerte algunos pudimos disfrutar de esta comedia que esconde una historia de amor adolescente en la 52 edición del FICXixón  y descubrir a uno de los directores más prometedores de la escena francesa.

También tuvimos la oportunidad de reunirnos en su hotel con el propio director y charlar acerca de la película. Un diálogo que saltó entre el inglés, el francés y el español, con la ayuda de la traductora Aline Casanova para descifrar la lengua de Molière. Una conversación muy interesante que ahora os traemos y donde podréis saber algo más sobre la gran triunfadora de la última Quincena de Realizadores de Cannes, donde se llevó ni más ni menos que cuatro premios.

Thomas Cailley 01

El centro de la película son los personajes. ¿Cómo fue el proceso de construcción? ¿Empezaste con estos personajes y pensaste qué podías hacer con ellos, o ya existía un marco de referencia previo?

Estoy completamente de acuerdo contigo en el hecho de que los personajes son el punto central de la película. De hecho, si el espectador se queda con algo después de haber visto la película es precisamente porque los personajes son lo más importante y tienen a la vez algo real y algo metafórico que hace que funcionen.

La escritura duró, de hecho, dos años. Trabajé como guionista junto con mi prima, Claude Le Pape, y llegamos a hacer seis o siete versiones del guion. Cada vez que empezábamos una nueva rompíamos en pedazos la anterior para volver a empezar desde cero. Y repetíamos ese ejercicio una y otra vez para poder acercarnos cada vez más a los personajes y su punto de vista.

Lo más importante es que se trataba de un relato de iniciación, de una historia de aprendizaje. Y, como es propio en estos casos, los personajes no tenían ni idea de las pruebas a las que tendrían que enfrentarse. Lo que hicimos fue confiar en ellos para que nos guiaran por estas vivencias como espectadores. Por ello de la estructura se deriva un recorrido libre.

Los dos protagonistas son muy importantes, pero encuentro muy interesante que Arnaud se defina en gran parte por algo que sucede fuera de la película: la muerte de su padre. Es algo que desencadena la acción pero que no vemos en pantalla. ¿Hasta qué punto es trascendente ese suceso?

Creo que al principio Arnaud es como un personaje que necesita vivir una película. Empezamos instalados en su realidad, y es verdad que el duelo por la pérdida de su padre es lo que lo sitúa en una especie de realidad flotante, lo coloca algo así como entre dos planos de realidad. Por un lado vemos que se tiene que enfrentar al trabajo, que tiene su ámbito familiar, sus amigos… y es en este ambiente que debe enfrentarse al hecho de tener que tomar alguna elección que será definitiva.

Después es cuando aparece Madeleine. Es entonces cuando el reino de la ficción entra en el relato y Arnaud tiene la posibilidad de imaginarse nuevos horizontes junto a ella. Juntos pueden abrir nuevos mundos que él no podría haber imaginado antes.

Es verdad que el duelo lo entristece, y que hace que el personaje sufra un cambio que lo sumerge en este ambiente casi onírico. Tenemos que sentir que Arnaud está disponible para vivir una historia.

Cuando Madeleine gana peso en la historia vemos cómo esta gira hacia una concepción más propia del fantástico. Madeleine es una fuerza viva que parece cambiar la propia realidad de Arnaud, no solamente cómo la percibe.

Thomas Cailley 02Sí, porque los personajes son el centro, así que si ellos cambian, el universo debe cambiar a su alrededor. De hecho creo que la película está compuesta por tres bloques. En el primero estamos en el mundo de Arnaud, y ese es el mundo de la realidad. Entonces se encuentra con esta chica, que tiene esas increíbles creencias de que el mundo está a punto de acabarse y demás. La película pasa a ser entonces un viaje desde la realidad de él a la ficción de ella. Así que al ir adentrándonos en la historia, los sucesos extraños empiezan a aparecer, nos vamos moviendo desde la realidad hacia cosas que pueden parecer absurdas o fantásticas.

En la segunda parte de la película, él abandona su mundo por el de ella. Se van a esa extraña comunidad del ejército. Y eso no funciona, así que tienen que inventarse su propio mundo. Esta tercera parte, para mí, es muy utópica y onírica. En el bosque no estamos en el reino de la realidad, sino más bien en el mundo que eligen imaginar y crear. Ellos inventan su propia historia hasta el punto de que realmente llegan a presenciar el inicio del fin del mundo.

En esa última parte, en el bosque, a pesar de nunca haber estado en las Landas lo cierto es que parece que vemos una realidad fuera de nuestro mundo. Parece que estén en un bosque sin fin. De hecho el que consigan volver a la civilización, que no deja de estar a la vuelta de la esquina, resulta algo chocante e inesperado para el espectador.

En realidad el bosque sí que existe, pero lo que importa es que ellos son los que crean ese mundo sin fin desde su propio interior. De esta manera cuando eligen volver a la realidad, la carretera, la ciudad y todo lo demás, está ahí. Pero hasta ese momento todo es un mundo creado entre ellos.

Parecería que hay un mundo que solamente existe para ellos.

Sí, no les gusta el mundo real, así que lo abandonan y crean uno propio, solo para ellos.

Otro aspecto muy importante de la película es el sentido del humor, que se basa en los silencios y las pausas, en los malentendidos. ¿Cómo llegaste a definir ese elemento cómico?

A menudo, en las películas cómicas, lo más importante es la situación, así que los personajes no importan en realidad. Los colocas en esta gran situación, que es graciosa por sí misma, y te dedicas a ver cómo escapan de ese problema o lo que corresponda. A mí eso no me gusta, porque creo que al hacerlo te colocas por encima de tus personajes.

Por eso todas las escenas graciosas de mi película nacen de los propios personajes. Vienen de esos malentendidos, de los momentos en los que tratan de entenderse entre ellos y son incapaces. A menudo acaban consternados por la situación. Y por eso se necesitan esos momentos de pausa.

En la comedia el ritmo es muy importante, y también el tiempo. Por eso era muy importante darles su tiempo a los personajes. En muchas ocasiones el uso de las palabras es un tanto burlesco. Además los personajes son muy físicos, y para eso también necesitábamos darles su tiempo. El resultado es que todo debe resultar divertido, pero también algo enternecedor.

Básicamente al principio los personajes nos resultan un poco rarillos, extraños. Eso me interesa, porque según avanza el relato los vamos comprendiendo mejor. Por ejemplo, si un espectador viera solamente una escena aislada, como en la que están en la barca, todo le resultaría incomprensible, pero nosotros hemos visto su interacción y su evolución poco a poco, y gracias a ello el resultado es bastante emotivo.

Se nota que hay mucho trabajo tras los personajes secundarios, tras su definición. ¿Cuánto se trabajó en ellos? ¿Fueron concebidos solamente como un apoyo a los dos protagonistas o como personajes con entidad propia?

Thomas Cailley 03Los personajes secundarios son muy importantes, porque son lo que logra que se produzca la sensación de credibilidad, de «realismo», en una película. Yo mezclé actores profesionales con otros no profesionales, y lo que intenté lograr es lo siguiente: cuando hacíamos el casting o encontraba a una persona, buscaba que tuviese algo en su propia naturaleza que me comunicase algo para luego ir adaptando el desarrollo y la evolución del personaje hacia el propio actor o en función del mismo.

No quería que se sintiese que estaban actuando. Hay una parte ficticia, irreal, muy importante, que es el tema del apocalipsis y que nos resulta un poco extraña. Los protagonistas tienen que creerse que el fin del mundo se acerca, esa es la parte más extraña de la película. Pero también necesitamos que la actuación sea muy natural. Si solo hubiese trabajado con actores profesionales no hubiese funcionado y, si solamente hubiese trabajado con amateurs tampoco, así que era importante equilibrar a ambos.

Cuando tratabas de vender esta película, de conseguir que se realizase, el guion podía resultar aún más extraño que el resultado final. Una vez terminada, los personajes y los actores nos meten en la película pero ¿fue difícil conseguir que alguien creyese en esta historia?

Por supuesto que era difícil el hablar de una manera precisa acerca de la película, de hecho yo ni siquiera lo intentaba. Me senté con mi productor y dijimos «es una comedia, es una historia de aprendizaje y una comedia». Pero hablar de este viaje desde la realidad a la ficción es imposible porque es algo que al final es una cuestión de cómo se va a rodar e iluminar cada escena. Así, por ejemplo, cuando Arnaud y Adele ponen los pollitos en el microondas, la iluminación de la cocina es muy importante para conseguir que la escena funcione. Es un momento que podría resultar muy realista pero no lo es, hay algo en la atmósfera, en cómo la cámara deja de mirar a los pollitos y los mira a ellos que crea un momento muy extraño.

O también la escena en la que Arnaud golpea la señal del club nocturno, que resulta muy surreal, con ese fuerte azul. Entonces los extraños reclutadores del ejército resultan casi una aparición. Eso consigue generar una escena muy extraña para el espectador.

De hecho podría ser un momento en el que la nueva realidad se va introduciendo poco a poco en la vida de Arnaud.

Sí, pero es algo que tenemos que preparar. Ya hemos visto el camión del ejército. Hasta el momento todo ha sido real, así que si vemos a esos soldados existe un motivo para que estén ahí. Pero es algo muy difícil de expresar con palabras. Tal y como dije antes, lo importante es que el espectador haga un viaje con los personajes. Al principio estamos en la realidad y según avanzamos todo empieza a parecernos menos raro, aunque en realidad lo sea más. Lo que pasa es que nos hemos acercado a los personajes y a su punto de vista.

De hecho la mayor parte de la película la vemos desde el punto de vista de Arnaud. Apenas hay escenas sin su presencia, ni siquiera de Madeleine. Llega a parecer que en las escenas en las que Arnaud no está presente pudieran ser la representación de lo que él cree que sucede, no necesariamente la realidad.

Al principio es así. La primera vez que vemos a Madeleine en solitario es cuando prepara el batido de pescado y justo ahí es donde cambian las tornas. Justo antes de esa escena, cuando llegan bajo la lluvia y la caseta acaba de derrumbarse sobre la piscina, la cámara se queda en su cara y vemos cómo se da cuenta de que sus actos tienen consecuencias. A partir de ese momento ella empieza a existir como un personaje activo, por lo que desde entonces podemos verla de manera separada y aislada. Pero es verdad que, como dices, esto sucede en muy pocas ocasiones.

Puede que Madeleine por sí misma fuera demasiado incomprensible para nosotros como espectadores, que necesitemos de la mirada de Arnaud.

Thomas Cailley 04Sí. Creo que si viésemos desde el principio a Madeleine nos resultaría antipática. Es egoísta, agresiva, siempre está enfadada y además es violenta. La manera de lograr que la apreciemos es gracias a cómo la mira él. Fue muy complicado encontrar a un actor que pudiese mirar a alguien de esa manera. Es lo que decía antes, Arnaud está disponible para este encuentro y es gracias a su mirada que podemos llegar a ver a Madeleine.

Dices que fue difícil encontrar a alguien que fuera capaz de mirar de esta manera, algo imprescindible para la película. También tuvo que ser difícil encontrar a una actriz capaz de ser Madeleine. ¿Cómo fue el casting?

Con Madeleine la verdad es que todo fue muy rápido. Quería conocer a Adele y, en cuanto la vi, en apenas dos minutos, todo estaba claro. Tuve la impresión de que me encontraba con alguien a quien ya conocía, lo que es muy extraño. Y además ella se reconoce en el personaje. No quiero decir que esté loca, o que crea que el fin del mundo esté cerca, pero sí que tiene algo muy cercano a Madeleine en cómo se mueve, en cómo habla, muy rápido y sin que se entienda todo lo que dice, soltando miles de ideas por segundo sin relación aparente entre ellas, es una locura. Es una actriz fascinante, así que en un par de minutos estaba decidido. Además descubrí que tenía una brutalidad muy divertida.

Arnaud fue mucho más complicado, porque mi primera idea era que teníamos estos dos personajes muy diferentes y que toda la historia de la película era un viaje con ellos a lo desconocido y, además, un viaje de un personaje hacia el otro. Para poder expresarlo me gustaba la idea de tener a una actriz profesional y a un actor no profesional. Mi idea era que si ambos tenían diferentes experiencias de rodaje podría aprovecharlas y convertirlas en elementos definitorios de los personajes. Ella empieza llena de confianza desde el inicio de la película, y él no. Así que me gustaba la idea de tener una actriz profesional y un actor que no lo fuese.

Empecé a buscar a gente por las calles para interpretar a Arnaud. Tuve que ver a cientos o miles de chicos que estuviesen entre los dieciocho y los veintidós años y era imposible encontrar a uno que me convenciese. Pero cada vez que veía a uno que me resultaba interesante terminaba llamando a Kevin, al que ya había elegido para otro personaje de la película (se suponía que iba a ser uno de los amigos de Arnaud). Y no paraba de llamarlo y decirle «eh, ven a hacer una prueba». Lo cogía y lo ponía frente al chico de la calle… y nunca funcionaba. Y después de hacer eso dos, tres, diez veces, terminé mirando a Kevin y viendo que ahí tenía a mi héroe, y que lo había tenido delante desde el principio del casting.

Después organicé una reunión entre Adele y Kevin y les mandé que se pelearan. Y fue muy gracioso, ella ganó y yo me encontré sonriendo muy feliz y me dije «tengo a mi pareja». Desde entonces no volvieron a verse hasta que rodamos la primera escena de la película.

Si no me equivoco la película se grabó de manera cronológica para que los actores creciesen con los personajes. Esto no es algo habitual, ¿hasta qué punto consideras que sin hacerlo se hubiese derribado la película?

Puede ser que lo hubiese hecho. En realidad fue muy espectacular ver cómo Kevin evolucionó desde el primer día del rodaje al último. Fue muy bueno tener esa impresión de ir a la aventura, de estar inmersos en la historia con ellos. Así que supongo que sí, que una de las condiciones para lograrlo sería esa.

¿Estás trabajando en otra película ahora mismo?

Les CombattantsNo. Tengo alguna idea, pero no estoy trabajando ahora mismo. Tengo que ponerme a ello en unas semanas.

Hacer esta película llevó mucho tiempo, así que es normal que ahora necesites un descanso.

Sí, tres años a tiempo completo. Y además se terminó en mayo, justo para Cannes. Desde entonces he estado todo el tiempo de promoción y en festivales, así que hasta ahora ni siquiera he intentado ponerme a trabajar, pero ya voy a ponerme a ello.

En esta película haces un uso muy consciente y coherente de los géneros, de sus códigos. ¿Crees que seguirás trabajando con ellos en tus siguientes films?

Para mí Les Combattants ha sido la ocasión de contar una historia de amor, pero usando otros códigos como los de la acción, la aventura o la película apocalíptica. Y eso me gusta, me encanta que los géneros se mezclen. Pero lo que no quiero es encerrarme en un género en particular.

En esa línea, los personajes y su historia parecen estar por encima de los géneros que empleas. ¿Sitúas los sucesos y después te planteas qué género puede venirle mejor a cada momento?

No lo sé, la verdad. A veces simplemente parto de imágenes o de dibujos que hago. Luego lo comento con mi coguionista y con mi hermano, que es el director de fotografía, y trato de entender qué es la película. Pero no sé lo que es, ahí está el interés de hacerla. Aún así quiero destacar de nuevo que lo más importante son los personajes, que son ellos los que te atan a la película.

Para terminar, la fotografía es muy importante y cambia mucho a lo largo de la cinta. Se pasa de un aspecto más naturalista hacia unos tonos más oscuros, pasando por el verde y explotando al final en el rojo. ¿Cómo se planteó este aspecto?

Trabajé mucho junto a mi hermano. De hecho trabajábamos en una gran pared sobre la que colocamos la línea temporal de la película. Debajo de cada escena poníamos fotos de otras películas, dibujos, anuncios… todo tipo de referencias. Hicimos eso durante unos seis meses, de manera totalmente instintiva. Al principio teníamos un gran caos, pero al final resultó que esa transformación de la luz de la película de la que hablabas estaba ahí.

El principio era azul, después verde, después amarillo, naranja y finalmente rojo. Tuve una gran polémica con mi hermano entonces, porque hacer esto es muy arriesgado. A menudo es más sabio elegir un único tipo de color, un único tipo de fotografía. Además se piensa a veces que hay una radicalidad formal cuando eliges un solo color. Nosotros decidimos que la mejor manera de hacer la película era otra, porque además yo quería ser más generoso, no me gusta cuando se usa un solo color en una película. Así que aceptamos este aspecto, esta gran transformación de la luz, lo que también influyó en la dirección y la manera de rodar. Así al principio de la película tenemos tomas más estables que, según avanza la historia, empiezan a ir volviéndose más fluidas. La cámara empieza a estar en movimiento, incluso aparece la cámara al hombro, y las secuencias son más largas y el color más cálido.

 

Fotografías: José Antonio Modroño

Ismael Rodríguez Gómez
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