NELINTRE
El taparrabos de Conan

«Berserk»

Esta vez, sin añadidos. Con un nombre tan potente sería un sacrilegio utilizar un subtítulo. Berserk es el manga creado por Kentaro Miura, que falleció este mismo año dejando su obra inacabada y, también, al mundo del cómic un poco más vacío. Presenta un mundo de fantasía oscura con reminiscencias medievales y europeas en el que su protagonista, Guts (o Gatsu) se dedica a masacrar demonios. No, no es The Witcher; aunque los dos beben del género de la espada y brujería, el universo de Berserk es mucho más inclemente y desprovisto de bondad. Además, es anterior. Llegó a España a mediados de los noventa y comenzó su caótica publicación, que era más compleja de seguir que todas las variantes del nombre de su protagonista. Por aquel entonces yo no estaba muy interesado en el anime de la época, de animación pobre, sobre todo en comparación a sus predecesores de los ochenta: Japón debía estar en otra recesión económica y no estaba para gastos. Las historias se basaban en adolescentes llorones (ejem Evangelion) y Pikachu causaba ataques epilépticos por doquier.

Es mirarlo y sentir la implosión de tus propios globos oculares

También es verdad que no tenía acceso a ninguna televisión autonómica, que es donde daban el material fungible y controlaban algo menos la emisión de series japonesas contrarias a los valores apostólicos romanos. Hasta que un amigo llegó con varios DVDs de varios animes de los que no tenía ni pajolera idea. Eran Vampire Hunter D y, cómo no, Berserk. Al principio pensé que sería otra historia más de un tío atormentado por el guion y sin debilidades; pero, cuando mi amigo me dijo que salían demonios, no hizo falta más. Uno tiene debilidad por los tentáculos, qué le vamos a hacer. A pesar de que la animación era un algo lenta, poco fluida y de que el doblaje era horrible (ellos tampoco sabían muy bien cómo llamar a Guts), aquella historia cruda como diez kilos de costillas sangrantes y la sorpresa final me atraparon. Tenía que saber más.

En el apartado de los tentáculos, Berserk no defrauda

Para llegar al terrible final del primer arco de Berserk llamado Edad de Oro, tenemos que saber que trata del ascenso de la Banda del Halcón, el grupo mercenario al que pertenece Guts, y su posterior caída. Vamos, que de edad de oro tampoco es que tenga mucho, la verdad. De todo esto trata mayormente el anime de 1997, introduciendo una pequeña aproximación a la saga del Caballero Negro, en la que Guts se dedica a cazar demonios. ¡Válgame Dios! Aquello era peor que descubrir que El Silmarillion de Tolkien es anterior a la historia del Hobbit y El señor de los anillos, pero se acabó de escribir después.

Esta Edad de Oro comienza explicándonos cómo Guts se convirtió en un mercenario despiadado. Para empezar, averiguamos que nació del cadáver de su madre, colgada de un árbol junto a otros campesinos por unos soldados… No solo Conan nace rodeado de la sangre que va a inundar su vida. De niño, es recogido por una prostituta enferma que acompaña a unos mercenarios y acaba muriendo, dejando a Guts otra vez solo y a cargo de su padre adoptivo, el jefe mercenario Gambino. Este hace responsable al pequeño Guts de sus desgracias y le somete a un terrible entrenamiento, convirtiéndole en un niño de la guerra capaz de matar a cualquiera. En una batalla, Gambino recibe una herida que lo deja lisiado e incapaz de seguir luchando. Al no poder obtener sustento y viendo en Guts una carga, Gambino lo vende a otro mercenario para que lo use como le plazca. Por si no fuera suficiente, nuestro protagonista trata de regresar con quien, a pesar de las violaciones y las vejaciones, considera su padre; pero ambos acaban enfrentados en una lucha en la que Gambino encuentra la muerte. Este es el pasado de Guts, aquello que explica que solo se exprese a través de la violencia y que esté dispuesto a sacrificar lo que haga falta y a quien haga falta para obtener sus metas. Sin embargo, ese chico incapaz de tolerar el más mínimo roce humano conoce a Griffith y al resto de la Banda del Halcón. Y todo empieza a cambiar.

Guts obteniendo su nombre

Griffith es el otro personaje importante de Berserk. Antítesis de Guts, donde este aplica la fuerza, Griffith la manipulación; si Guts es tosco, Griffith es delicado, incluso andrógino. Y lo más importante: mientras que Guts solo quiere encontrar su lugar en el mundo, quizás abandonar las matanzas sin sentido, Griffith está dispuesto a vender a su madre para alcanzar sus sueños. Es algo que vamos descubriendo paulatinamente, cuando se rebelan las verdaderas motivaciones de Griffith. Empiezan a asomar cuando vence a Guts en un duelo y le obliga a unirse a su ejército en expansión. Mi impresión es que también quería pedirle que le limpiara el sable, porque, la verdad, cuando estos dos están juntos saltan chispas.

Claramente, una imagen sacada de contexto por mi mente

Después de este desliz por mi parte, toca comentar que a continuación Guts participa en una contienda entre el reino de Tudor y el de Midland que se conoce como Guerra de los Cien Años. Sí, los japoneses ponen en sus ambientaciones nombres occidentales que les suenan guay y punto. Aquí Griffith trabaja como mercenario para los dos reyes asquerosos, se acuesta con uno, luego lo traiciona y conquista la fortaleza de Doldrey para el otro. Lo que yo decía.

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Si no teníais suficiente con el reino de Tudor, aquí podéis presenciar a los Rino Knigths

Pero lo más importante que ocurre en esta guerra no tiene que ver con la sucesión de batallas. La clave es el momento en el que Guts y Casca (o Kiasca, según los dobladores empeñados en complicarse con los nombres) se convierten en personajes más humanos. Casca es la única mujer en la banda del Halcón. Lugarteniente de Griffith, profesa por él un sentimiento que está entre la admiración y el amor, pero no es correspondida porque estamos en un manga y los personajes masculinos son tan duros y a la vez ambiguos que ignoran los intentos de seducción de las mujeres atractivas.

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Un ejemplo: Ichigo de Bleach viviendo su peor pesadilla

Volviendo a lo de volverse humanos, Casca tiene la regla mientras está enfrentándose a unos soldados y cae por un precipicio, asaltada por unas fuertes fiebres provocadas por su menstruación. Simplemente encontrar el tema de la menstruación en un cómic de acción fantástica (¡y japonés!) es cuanto menos interesante. Aquí es donde los del comicsgate empiezan a manifestar su fobia a las vaginas y a hacer videos de YouTube con títulos como ¡No queremos esto en nuestros comics!. Bueno, pues Guts se tira detrás de Casca para protegerla de la caída y juntos se internan en un bosque en el que son asaltados por cien enemigos. Guts hace con ellos papilla de carne y se gana el sobrenombre del Asesino de Cien Hombres. Qué cosas.

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Guts volviéndose más humano

En realidad, después del combate Guts se queda escondido con Casca, cuidándola. Es entonces cuando nace el amor. Un amor juvenil, fruto del rechazo y la ternura, y a través del que descubrimos que Guts no tiene tantos problemas para expresar sus sentimientos como otros protagonistas de manga. Recuerdo que, cuando vi esta escena, me quedé gratamente sorprendido: no es habitual que un anime incluya una escena de sexo mínimamente normal, que no tenga que ver con coleccionar bragas usadas o incluya pulpos. Con esto no quiero decir que Guts sea un tipo corriente, pero detalles como este lo sitúan un poco más cerca del común de los mortales.

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Llegados a este punto, toca mencionar el tono sobrenatural de la serie porque, a medida que avanzamos, todo se vuelve cada vez más demoníaco. Aunque, ya anteriormente, una lucha contra Nosferatu Zodd (que a pesar de su nombre no es un vampiro) había revelado que en este mundo no solo hay humanos, el impacto de lo fantástico se hace esperar. Todo se precipita cuando Guts se bate en duelo con Griffith (en un leit motiv de la historia) para recuperar su independencia. El protagonista vence y abandona a la banda del Halcón para encontrar un objetivo a su vida o algo así. Griffith, por su parte, se queda tan triste que se vuelve directamente loco y hace añicos sus planes para codearse con la nobleza irrumpiendo en la habitación de la princesa de Midland para hacerle un hijo mientras piensa en Guts. Hasta aquí, nada muy raro para el mundo del manga, vaya; pero resulta que el rey es un maníaco que quiere beneficiarse a su propia hija y el hecho de que Griffith le quite ese privilegio le sienta muy mal. Olvida que el mercenario le hizo ganar la guerra y lo encierra en una torre, donde lo torturan y mutilan.

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Mientras tanto, Guts vuelve y se encuentra a la banda del Halcón diezmada por las fuerzas de Midland y decide rescatar con sus compañeros. También a Griffith, solo Dios sabe por qué. Después de sacarlo de la torre y encontrarse con que se ha convertido en un cadáver tetrapléjico y catatónico, Casca y Guts deciden cuidarlo, ya que no puede hacer nada por sí solo. Griffth, ante semejante panorama, intenta matarse con su Beherit, un amuleto que lleva desde su infancia y hasta entonces no ha entrado en escena, excepto para señalar un destino fatídico. Resulta que a través del artefacto invoca un señor eclipse y a la Mano de Dios, un grupo de cinco archidemonios que sirven a la idea del Mal, poderoso concepto divino que dirige el cosmos de Berserk…

 

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La Idea del Mal. Aquí es donde las cosas se ponen interesantes

Con la Mano de Dios aparecen numerosos demonios menores, llamados Apóstoles, dispuestos a darse un banquete con los amigos de Griffith. El paisaje infernal con caras saliendo del suelo y manos formadas por caras, el momento en el que la banda del Halcón es devorada sin piedad, la furia berserker (tenía que decirlo) de Guts, hacen de este momento la guinda del pastel. En el anime, la escena te deja asombrado y un tanto desconcertado. En ese momento, esperas que las batallas y las intrigas entre simples humanos siga su curso y, de repente, te golpean con una lasaña de intestinos y sangre. Toda una pesadilla que culmina con el nacimiento de Femto, sexto dedo de la Mano de Dios, forma demoniaca de Griffith.

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Por si no quedaba claro que Griffith es un hijo de puta, para transformarle en demonio la idea del Mal le pide el sacrificio de algo que sea importante para él, en este caso sus amigos. El tullido no duda en aceptar con tal de conseguir sus nuevos poderes y cuando Guts intenta rescatarlo de su fatal destino, Griffith lo premia violando a Casca ante sus ojos. Es aquí donde Guts pierde un ojo y un brazo que se arranca de cuajo para escapar de las fauces de un demonio y apuñalar a Griffith. La rabia de Guts en este momento puede sentirse; como espectador, estás deseando que acabe con Griffith-Femto. No lo consigue, pero demuestra que puede enfrentarse a la Mano de Dios en el futuro: el Caballero de la Calavera, en ser con una armadura de esqueleto y un caballo volador, entre otras cosas, salva a Guts y Casca, que serán perseguidos el resto de su vida por los demonios. Ellos portan la marca del sacrificio en sus cuerpos.

Berserk continúa después con otros arcos: Conviction, donde Guts viaja en el Eclipse con una Casca amnésica, muda y en una especie de regresión mental infantiloide; Falcon of the Millenium Empire, en la que nuestro protagonista se une a un grupo de aventureros que lo ayudan en su misión y Griffith fragua la construcción de un imperio en un mundo en el que la magia está regresando; y Fantasia, en el que Guts encuentra una posible solución para la enfermedad mental de Casca. Por el camino, me he dejado el arco de Black Swordsman, porque puede ser complicado ubicarlo en la cronología: es posterior a lo sucedido en la Golden Age, pero tanto en el manga y como en el anime se muestra antes.

Con todo esto quería deciros que os acerquéis a Berserk. Es una obra con un nivel de dibujo increíble, con diseños de armaduras bestiales, una narración dinámica que se adapta perfectamente al guion y un protagonista tan épico que hasta Conan se quitaría el taparrabos ante él. Y es que hay algo más que une estos dos grandes personajes de la fantasía épica: ambos exudan una tristeza, una melancolía, que les hace grandes.

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Junto al viaje del protagonista, rumbo al dominio de sus instintos más salvajes, Berserk posee otros grandes personajes. Los villanos y Casca, por supuesto, pero también otros a los que no he tenido tiempo de referirme como el elfo Puck, un secundario cómico que acompaña a Guts; la bruja Schierke; y Corkus, que tiene uno de los diálogos más interesantes de la serie al acusar a Guts de ser un egoísta que solo piensa que su dolor es más importante que el del resto y que por eso todo lo soluciona con la violencia…

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Y parte de razón, no le falta

Desgraciadamente ya no tendremos más Berserk, al menos por ahora. El manga que comenzó a finales de los ochenta seguía publicándose, pero un tomo tardaba meses y meses en llegar al mercado. El nivel de detalle de cada viñeta requería un nivel de trabajo que, finalmente, pasó factura a su creador. Por supuesto, en el anime de los noventa, este barroquismo gráfico se pierde en buena medida. También, por supuesto, en la versión de 2017, con partes hechas por ordenador que, en mi opinión, perjudican al original. La versión de Netflix, con su 3D y sus pechos sin pezones no le llega ni a las suelas de los zapatos al manga.

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Y con esto os abandono, no sin antes recomendaros que, tras leer Berserk, os paséis por el canal de YouTube de Comic Tropes, donde Chris Piers hace un mejor trabajo que yo hablando de Berserk… y de otros comics en general.

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