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Seriéfilo: febrero 2024

Aprovechando que nos adentramos en el mes más corto del año, vamos a comentar únicamente series con pocos capítulos. Porque la calidad se almacena en frascos pequeños y lo bueno, si breve, dos veces bueno. Vamos a demostrarlo.

Si el mes pasado resurgía con fuerza la franquicia Fargo (Movistar+) con su quinta temporada, esta vez es el turno de la denostada True Detective (HBO Max); ahora con el apéndice Noche polar en el título de una cuarta entrega que, aunque sigue bajo la sombra de la monolítica e icónica primera temporada, logra revitalizar la saga alejándose del continuismo previo. La visión de la mexicana Issa López es un soplo de aire fresco que mantiene alguna característica reconocible de la franquicia pero que, a la vez, lo pone todo patas arriba. Se mantienen características marca de la casa que funcionan cual lazos de unión entre temporadas, como los elementos sobrenaturales, la complejidad obsesiva de los protagonistas, el ritmo lento y parsimonioso, y los finales sobrios; de ahí que se antoje como innecesario el plagar la serie de referencias impostadas sobre la primera temporada, que huelen más a fan service hueco que a coherencia con la franquicia. Más allá de eso, si a nivel argumental cumple con el estándar True Detective, a nivel interpretativo no se queda atrás, encontrando en Jodie Foster la protagonista ideal para un personaje lleno de matices e imperfecciones, al que le acompaña de forma más discreta pero con una presencia física imponente, la ex boxeadora Kali Reis. La ambientación, en un pueblo perdido de Alaska durante el tiempo de noche perpetua, también contribuyen a la consabida atmósfera insana, mágica y opresiva. Convertida esta temporada en la más vista hasta la fecha, parece que los miedos de la cadena sobre la vuelta de uno de sus títulos más recordados estaban infundados; la serie ya ha sido renovada por una quinta entrega que volverá a recaer completamente sobre la cineasta mexicana.

Sin dejar el género detectivesco ni el mal tiempo, volvemos la vista hacia Londres, donde está localizado el thriller policiaco Historial delictivo (Apple TV+). La serie nos ofrece un tour de force de dos policías durante la resolución de un caso de asesinato con amplia dimensión racial. Lo original de esta propuesta es que, a la vez que se trata de resolver el caso, existe una disputa interna entre la detective June Lenker, interpretada por Cush Jumbo, y el inspector jefe Daniel Hegarty, interpretado por Peter Capaldi. Las buenas actuaciones y un guion sólido hacen que en todo momento se mantenga la ambigüedad sobre las intenciones del inspector jefe, que unas veces veremos como un policía integro y dedicado y otras como un manipulador y corrupto. Estos vaivenes de confianza, unidos a la evolución del caso y a las consecuencias en la vida privada de los protagonistas, consiguen mantener la tensión hasta el último momento, dando lugar a un thriller muy bien llevado y muy disfrutable.

Para evitar todas esas complicaciones un detective de solera, de los de las novelas de los años treinta, intentaría actuar solo. Y eso es lo que hace, hasta el final de sus días, Sam Spade, el icónico personaje de las novelas de Dashiell Hammet al que pusiese rostro en la gran pantalla Humphrey Bogart en la mítica El halcón maltés (John Huston, 1941). Monsieur Spade (AMC+) nos lleva al retiro del famoso personaje en Europa, alejado ya de su ajetreada vida en San Francisco y tratando de disfrutar sus últimos años en la campiña francesa. Sin embargo, el caso que le llevó a tan remoto lugar años atrás, ahora le obligará a retomar sus dotes detectivescas por una penúltima vez. Aunque parezca un presupuesto argumental rocambolesco, el guion explica de forma sencilla y solvente lo que hace Spade tan lejos del hogar y cómo se ve envuelto de lleno en un asunto a varias bandas. Eso sí, la historia se va a enrevesar demasiado, enfangando el resultado final de una serie que, no obstante, brilla como rememoración de cine negro clásico con su exquisita ambientación noir de los sesenta y un Clive Owen perfecto como escéptico, cínico y descreído sabueso crepuscular.

Volviendo a la actualidad, la británica Vigil (Movistar+) regresa con su segunda temporada manteniendo la estructura original, pero cambiando el submarino por una base militar situada en un país ficticio de Oriente Medio. La muerte de unos soldados escoceses acribillados por un dron mientras hacían unas pruebas militares, obligará a la inspectora Silva a adentrarse en territorio militar y, bajo la ley marcial, investigar dichos asesinatos. De nuevo, estará apoyada por su pareja, Kirsten, tanto en el trabajo como en la vida privada. Cada una desde una base militar, Wudyan y Escocia, respectivamente, irán sacando la verdad a regañadientes, descubriendo que nada es lo que parece y que los códigos del ejército no rigen como en la vida civil. Thriller igual de solvente que su primera temporada, que atrapa y te mantiene pegado al sofá durante sus seis capítulos.

Y no se pueden dejar las investigaciones sin hablar del fenómeno español por excelencia: Reina roja (Prime Video), la adaptación del bestseller de Juan Gómez-Jurado que se esperaba con cierta expectación. Nos encontramos ante un thriller de misterio con asesino psicópata mezclado con buddy movie; detalle este importante, pues la serie aguanta el tipo mientras se mantiene junta la pareja protagonista para resquebrajarse cuando esta se separa, lo cual habla muy bien del reparto protagonista y de sus personajes (Vicky Luengo como la ultra inteligente y asocial asesora policial Antonia Scott, y Hovik Keuchkerian como el grandullón y noble inspector Jon Gutiérrez) y algo peor de la trama. Luengo y Hovik hacen un gran papel y transmiten muy buena química, al igual que el resto del plantel, por lo general bien elegido y bien actuado. Los valores de producción también son notables, haciendo ver que el presupuesto ha sido generoso y bien empleado. Sin embargo, los fallos llegan en la adaptación del libro, lo cual es raro (o no) ya que el autor ha estado muy involucrado en el proyecto. Los diálogos suenan algo maniqueos, demasiado literarios, y la presentación del arco argumental general es bastante torpe, quizá porque paga el peaje de poner los cimientos que unirán los distintos libros de la saga. Esto lleva a una evolución narrativa totalmente anticlimática, con algún agujero de guion evidente y una permanente sensación de deya vu (todo lo hemos visto ya) coronada con alguna escena, por absurda, bochornosamente cómica. No obstante, al final se logra enderezar el asunto, al menos para aquellos que quieran disfrutar sin mucha exigencia de una entretenida serie policiaca.

Para acabar con más producto español, recomendar la segunda temporada de la comedia canalla Machos alfa (Netflix): un grupito de cafres deconstruidos que siguen haciendo el canelo y sacándonos alguna que otra sonrisa. La serie sigue surfeando el humor de lucha de géneros sin resultar casposo y potenciando la comedia de enredos, dando lugar a situaciones incomodas en las que nuestros queridos protagonistas darán rienda suelta a su hilarante patetismo.

Y hasta aquí nuestro breve, pero intenso, viaje por las series de febrero: serie concentradas en pocos capítulos, pero rebosantes de calidad. No os perdáis ninguna y hacedlo rápido, porque en marzo se avecinan nuevas sorpresas que no os querréis perder. Aquí andaremos para comentarlas todas sin dejar nada fuera. ¡A seriefilear sin parar!

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