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Política de Biblia y reality show – 21 de noviembre

El futuro ministro de Exteriores de Brasil cree que al mundo lo gobierna el «marxismo cultural». Ernesto Araújo lo escribe en su blog. Se llama Metapolítica Brasil. Subtítulo: contra el globalismo. Araújo define supuesta ideología dominante como antihumana y anticristiana, «cuyo objetivo último es romper la conexión entre Dios y el hombre». En uno de sus últimos posts critica que la diplomacia brasileña haya buscado tradicionalmente el pacto y las alianzas. Eso sería propio de un país pequeño. Araújo quiere un Brasil Grande e Forte. Recomienda decirlo con el pecho hinchado.

Las sectas neopentecostales han empujado a Araújo, y a su jefe, Bolsonaro, al poder. Comparten versión divina con los cultos estadounidenses empeñados en «hacer América grande otra vez». Uno de sus portavoces es Samuel Rodríguez, de la Conferencia Nacional de Líderes Cristianos Hispanos. Rodríguez apoya a Trump porque el presidente es contrario al aborto y, según él, todos los seres humanos, ya desde el vientre, llevamos impresa la imagen de Dios. Pero también defiende cerrar fronteras y echar a migrantes ilegales porque los hijos de Dios deben tener los papeles en regla.

El nacionalismo y la fe están felizmente casados en Israel. La «única democracia de Oriente Próximo», dicen sus publicistas, es por ley el Estado Nación del Pueblo Judío. En la televisión de la democracia del Antiguo Testamento entrevistaron hace un par de semanas a Yitzhak Gabai, condenado a tres años de cárcel por incendiar una escuela bilingüe en Jerusalén. Entre las llamas aprovechó para pintar en las paredes del colegio frases como «Muerte a los árabes» o «No a la coexistencia con el cáncer». La pureza de raza fue celebrada con risas en el plató. El racismo bíblico es un éxito de audiencia.

Tenemos la televisión que nos merecemos, escribió Gustavo Bueno en Telebasura y democracia. En Río, en Dallas o en Nazaret, las pantallas reflejan y alimentan los gustos de las poblaciones piadosas y racistas que eligen presidentes. Dios es un actor político, un personaje de reality, una sombra catódica para levantar muros y quemar impurezas. El catolicismo del Papa Francisco protesta cohibido por siglos de relaciones carnales con el poder y la infancia. El Dios católico aspira a resistir en su programa de los domingos. El mercado de la fe se ha pasado al otro bando.


Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este Tumblr.

Víctor García Guerrero
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