Cinefórum XLI: El Cairo, 678

Iván Fernández Prieto16 junio, 2017

El poder del cine como herramienta para denunciar situaciones terribles es innegable: el subgénero de cine social es tan eficaz como necesario, no solo como instrumento para hacer visibles hechos que nos puedan ser ajenos y pasar desapercibidos o para hacernos reflexionar sobre este o aquel asunto; el cine social difiere del documental aportando una idea estética original, un sentido artístico que aporta una determinada visión del tema y cala más hondo en el espectador, haciéndole deliberar no solo sobre qué se está contando sino también respecto a cómo se está contando.

Si en la sesión anterior del cinefórum veíamos a tres jóvenes de los suburbios de París en un contexto de precariedad económica, conflictividad social e incapacidad de promoción vital, hoy viajamos a El Cairo actual para conocer la historia, basada en hechos reales, de tres mujeres que se rebelan contra los acosos sexuales a los que son sometidas en el día a día.

Fayza, Nelly y Seba (Bushra, Nahed El Sebaï y Nelly Karim respectivamente) pertenecen a clases sociales diferentes: la primera compagina su puesto como funcionaria burócrata con el trabajo de ama de casa y todos los días sufre acoso sexual por parte de desconocidos en el autobús que la lleva al trabajo, la línea 678 que da nombre a la película. Nelly, por su parte, recibe día tras día improperios de los hombres con los que por su trabajo como teleoperadora se ve obligada a hablar. Seba es empresaria e imparte cursos a mujeres sobre cómo afrontar el acoso sexual y cómo luchar contra el silencio social establecido, mientras combate sus propios demonios. Diferentes situaciones llevarán a las tres protagonistas a encontrarse y confrontar una problemática para con la sociedad que les rodea, así como con sus propias mentalidades, más o menos tradicionales.

Rodada en 2010 por el director Mohamed Diab, El Cairo, 678 rememora cómo, a raíz de una serie de apuñalamientos en la ingle de los acosadores de los autobuses urbanos egipcios, se encendió la mecha de una polémica social en la que entraban en juego la violencia sexual impune, el silencio cómplice de una parte de la sociedad y el papel y la dignidad de la mujer en la sociedad egipcia del siglo XXI.