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Los diez mandamientos hutu

En diciembre de 1990 el periódico ruandés Kangura publicó un artículo llamado Los diez mandamientos hutu. Hoy, este texto se considera el hito que dio inicio a una escalada propagandística que duraría varios años y alimentó de forma incesante la tensión étnica en Ruanda. Su autor, Hassan Ngeze, fue condenado por genocidio y crímenes contra la humanidad en 2003 por una corte penal internacional. Al comienzo de la última década del siglo más sangriento de la historia del hombre, había imprimido las palabras que prendieron la mecha del odio larvado entre hutus y tutsis:


Los diez mandamientos hutu:

Foto del año 19941. Todo hutu debe recordar que una mujer tutsi, sea quien sea, trabaja por el interés de la etnia tutsi. Como resultado consideraremos traidor a cualquier hutu que:

– Despose una mujer tutsi.

– Mantenga amistad con una mujer tutsi.

– Emplee como secretaria o tenga una amante tutsi.

2. Todo hutu debe saber que nuestras hijas hutu son más adecuadas y más conscientes de su rol como mujeres y madres de familia. ¿No son acaso hermosas, buenas secretarias y más honestas?

3. Mujeres hutu: permaneced vigilantes y tratad de devolver la razón a vuestros maridos, hermanos e hijos.

4. Todo hutu debe saber que todo tutsi es deshonesto en los negocios. Su única aspiración es la supremacía de su grupo étnico. Por lo tanto, cualquier hutu que haga lo siguiente es considerado un traidor:

– Ser socio de un tutsi en algún negocio.

– Invertir su dinero o el dinero del gobierno en una empresa tutsi.

– Prestar o pedir prestado dinero a un tutsi.

– Hacer favores a los tutsis en los negocios (obtener licencias de importación, préstamos bancarios, lugares de construcción, mercados públicos, etc.).

5. Todas las posiciones estratégicas políticas administrativas, económicas, militares y de seguridad deben estar ocupadas por hutus.

6. El sector de la educación (estudiantes, profesores) debe tener mayoría hutu.

7. Las Fuerzas Armadas ruandesas deben estar compuestas exclusivamente por hutus. La experiencia de la guerra de octubre de 1990 nos ha enseñado una lección. Ningún miembro de las Fuerzas Armadas ruandesas desposará a una tutsi.

Imagen del genocidio de Ruanda8. Los hutu deberán dejar de tener piedad con los tutsis.

9. Los hutu, estén donde estén, deben mostrar unidad y solidaridad y preocuparse por el destino de sus hermanos hutu.

– Los hutu de dentro y fuera de Ruanda deben constantemente buscar amigos y aliados de la causa hutu, empezando por sus hermanos hutu.

– Deben constantemente contratacar la propaganda tutsi.

– Los hutu deben permanecer firmes y vigilantes frente al enemigo común tutsi.

10. La revolución social de 1959 y el referéndum de 1961, así como en la ideología hutu, deben ser enseñadas a todo hutu y en todos los niveles. Todo hutu debe difundir ampliamente esta ideología. Cualquier hutu que persiga a su hermano por haber leído, difundido y enseñado esta ideología es un traidor.


Cuatro años más tarde, en pleno verano subsahariano y ante la pasividad internacional, casi un millón de tutsis fueron asesinados a golpe de machete. En poco más de tres meses, el setenta por ciento de la etnia señalada por las atropelladas palabras de Hassan Ngeze había desapareció de Ruanda. Fue el último gran genocidio del siglo que tuvo que inventarse los crímenes contra la humanidad.

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