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Cinefórum CCLVIII: «El extraño viaje»

Los pueblos siempre han sido y serán lugares donde los secretos están a la orden del día. Donde historias veladas por las lenguas van y vienen, a menudo tornan la anécdota en relato, el secreto en leyenda y la rencilla en conflicto. Lugares donde el conflicto se convierte en crimen.

La semana pasada veíamos en La torre de los siete jorobados como el cine español era poseedor, ya desde sus inicios, de algunos más que loables ejemplos donde el suspense, la fantasía y el terror se dan la mano. Esta semana recogemos el guante para continuar con una historia muy ligada a esos truculentos enredos de los que se hacía eco, allá por los sesenta, el periódico El caso y que hoy día siguen vivos en los matinales televisivos diarios que diariamente bombean asesinatos, venganzas y demás sucesos.

Sin embargo, la película de la que hoy hablamos, El extraño viaje, trasciende  el sensacionalismo amarillista para configurar un interesante retrato de un lugar y un momento muy concretos donde la realidad se forma de capas tan diferentes como magnéticas.

Rodada en 1964 partiendo de una idea original de Luis García Berlanga a raíz de un caso conocido como el crimen de Mazarrón, El extraño viaje es una suerte de dos películas en una. Por un lado, la de un pueblo de esa España, hoy vacía, donde un mundo rural retratado como arcaico y oscuro asiste a los primeros síntomas de modernidad; por otro, la historia de una lúgubre familia de tres hermanos, pertenecientes a una burguesía rural en decadencia, donde el esperpento, el terror y la comedia van maridando a partes iguales.

El extraño viaje

Fernando Fernán Gómez, al que no le hemos prestado aún la atención adecuada, hace gala aquí de su faceta de director, poniendo sobre la mesa una amplia gama de recursos técnicos y escénicos con los que hace que el espectador permanezca enganchado a la pantalla.

Otro punto fuerte de la película es su elenco, liderado por caras ilustres del cine español como Carlos Larrañaga, Lina Canalejas, Tota Alba y los geniales Rafaela Aparicio y Jesús Franco en el papel de abotargados  y terribles hermanos.

Sin duda de lo mejor de la película es esa mezcla entre cine de suspense y retrato costumbrista, con escenas grupales genialmente coreografiadas y con unas imágenes y movimientos de cámara tan sutiles como potentes. Volveremos a Fernando Fernán Gómez. Es de justicia.

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