Navidad en Gaza – 25 de diciembre

Las familias palestinas que se refugian de Israel en los arenales sucios de Gaza conviven con la lluvia y la basura. Montañas de residuos rodean los campamentos improvisados de los refugiados. El viento del invierno espanta momentáneamente el mal olor, pero la peste es visible. La lluvia se cuela por los plásticos con las que están levantadas las tiendas de campaña donde viven familias como la de Mahmoud, que se pasa las noches conteniendo el agua. O la de Hanadi y sus hijos, que no pueden dormir porque les asustan los ladridos de los perros. Ya no quedan mascotas en Gaza, donde se extiende el olvido. «Nadie se acuerda de nosotros», se lamentan mientras miran a la lluvia.

El olvido no es un accidente de la naturaleza. Los testimonios de estos refugiados los han conseguido heroicos reporteros palestinos en Gaza. Quedan pocos. Israel ha asesinado a 141 periodistas en catorce meses. No hay nada comparable: ni Vietnam, ni Yugoslavia, ni Ucrania. La matanza está siendo tan sistemática como mal contada. Diarios como The Washington Post escriben que los periodistas mueren en ataques o durante la guerra. No citan al asesino. «La democracia se muere en la oscuridad» es el eslogan del periódico de Jeff Bezos, dueño también de Amazon. Las élites mienten sin ironía.

Tampoco el silencio cae del cielo como la lluvia. Una investigación de la BBC demuestra que las redes sociales de Meta silencian a los medios palestinos desde la ofensiva israelí sobre Gaza. La agencia de noticias palestina y otras plataformas tienen desde entonces menos respuestas y comentarios a sus publicaciones en Instagram y Facebook. Documentos internos de la compañía demuestran que las redes de Mark Zuckerberg hacen que a los medios de Palestina se los lea y escuche menos. Zuckerberg es el cuarto hombre más rico del mundo. Bezos, el dueño del Post, el segundo. Y Musk, el de Twitter, el primero: a la democracia la matan los plutócratas a plena luz del día.

Escribe Rafael Poch que al mundo lo amenazan dos crisis: el fin de la hegemonía de Occidente, y el ocaso del sistema económico que devora a la naturaleza. El Norte se está lanzando contra sus enemigos en una guerra global con episodios en Kiev, Gaza y Beirut; el capitalismo sin freno desata una furia natural de sequías e inundaciones. En Belén, Cisjordania, los olivos sufren con las restricciones de agua, que impone Israel, que además Israel bloquea el flujo y cierra el paso a los palestinos. Las calles están vacías de turistas y no hay fiesta junto a la iglesia de la Natividad. Dicen los religiosos que la cuna de Jesús está hoy en una cárcel al aire libre.

Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3