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Curva Nord Maurizio Alberti, Ultras Pisa

Club: A.C. PISA 1909

Ciudad: PISA (Pisa) (90.834 habitantes).

Provincia: PISA (Pisa) (420.913 habitantes).

Región: TOSCANA (Toscana) (3.734.355 habitantes).

La historia de Pisa nace en el siglo IX a.C. cuando era un asentamiento de una civilización que más tarde se fundió con la de los Etruscos. En el siglo II a.C. esta cultura fue absorbida por los romanos que fundaron en la zona el Portus Pisanus. Después de la caída del Imperio Romano, Pisa constituyó un núcleo portuario muy importante para los Godos, los Longobardos y los Carolingios.

Su continuo desarrollo la hizo llegar a ser, en el siglo XI d.C., una de las cuatro potentes Repúblicas Marineras Italianas junto a Génova, Venecia y Amalfi. Durante una gran parte de la Edad Media, su potente flota aseguró a la ciudad el dominio del Mediterráneo occidental. En ente periodo se inició la construcción de los monumentos que han hecho famosa a Pisa: el Duomo y el campanario a la que todos conocemos como la famosa Torre inclinada.

La riqueza que conquistó la urbe en esta época le permitió fundar colonias en el norte de África, en el sur de España y en la costa meridional de Asia Menor. El declive de la República Marinera de Pisa se inició en el 1284, cuando fue derrotada por Génova y se hizo evidente el progresivo empobrecimiento de su puerto. De este modo, la ciudad quedó bajo el dominio de los florentinos en el 1406 y, con el gobierno de la familia Medici, volvió a florecer temporalmente. De hecho, en el 1472 hicieron reconstruir la universidad se dio un nuevo empuje a esta antigua institución. Sus edificios fueron recorridos por el pisano Galileo Galilei, astrónomo, físico, matemático y fundador del método experimental.

La Associazione Calcio Pisa 1909, más conocida como Pisa, es principal club de la ciudad. Milita en la Serie C tras un breve paso por la categoría de plata. Es la heredera de la tradición deportiva del desaparecido equipo Pisa Calcio, después de que este desapareciera en julio de 2009 tras ser excluido de las ligas profesionales por incumplimientos financieros. Este club ya había sustituido en julio de 1994 al Pisa Sporting Club, que también había colapsado económicamente.

Fundado en 1909, el Pisa ha disputado 7 temporadas en la Serie A y 32 en la Serie B. En la temporada 20-21 participó en la final por el título nacional. En su palmarés tiene dos Copas Mitropa (1986 y 1988), dos campeonatos de la Serie B y una Copa de Italia de la Lega Pro. Los colores del equipo son el negro y el azul.

El cuadro neroazzurro nunca fue, por tanto, uno de los grandes del balompié italiano. Buena parte de su existencia se la ha pasado en las categorías más bajas del calcio y en muy pocas ocasiones ha sido capaz de alcanzar la gloria deseada por los pisanos. Como decíamos, solo ha participado en siete oportunidades en la máxima categoría.

Tras pasar varias temporadas buscando dar el salto, el Pisa aterrizó en la Serie A en la campaña 68-69, pero su sueño duró muy poco: al final de esa temporada el club descendió a la Serie B a pesar de haberse quedado a tan solo un punto de la permanencia. Dos descensos con unos meses de diferencia hicieron que el Pisa se pasara gran parte de la década de los años 70 en la Serie C.

Sin embargo, en 1979 el cuadro neroazurro recuperóuna categoría y comenzó a pelear por el regreso a la Serie A, algo que finalmente se concretó en 1982. Esta vez, su intento duró apenas dos campañas. En la primera, lograron la permanencia con un punto de diferencia sobre la zona roja de la clasificación; en la segunda finalizaron en el penúltimo lugar y acompañaron a Genoa y Catania en el descenso a la segunda categoría del fútbol italiano.

Tras un nuevo ascenso en 1985 y otro regreso a la Serie B una temporada más tarde, el Pisa se estaba convirtiendo en un equipo ascensor en su más pura expresión. De hecho, en la temporada 86-87 los Torri dieron un nuevo salto a la Serie A, aunque para aquella nueva andadura conseguirían un fichaje de renombre: el de Carlos Caetano Bledorn Verri, Dunga. Con el brasileño, los neroazzurri firmaron una notable temporada y finalizaron fuera de los puestos de descenso. Al final de aquel año, Dunga firmó por la Fiorentina y, sin él, el Pisa regresó otra vez a la Serie B.

En 1990, el equipo volvió a firmar una notable campaña en la segunda categoría del balompié italiano y acabó regresando a la Serie A. En su última temporada en la élite del fútbol transalpino, el Pisa realizó algunas incorporaciones de jóvenes jugadores que, en teoría, deberían aportarle un nivel medio-alto al equipo. Este tipo de jugadores, no obstante, no siempre cumple los pronósticos.

Entre aquellas incorporaciones destacaban la de Diego Pablo Simeone y la de Michele Padovano. Ambos jugadores ofrecieron un buen rendimiento, aunque no fue suficiente para evitar que los neroazzurri volvieran a sufrir un descenso. Padovano abandonó el Pisa tras esa temporada, mientras que Simeone todavía aguantó una campaña más antes de fichar por el Sevilla en 1992.

A partir de ese momento se acrecentaron los problemas del Pisa. En lo deportivo, porque no solo no se pudo recuperar la Serie A rápidamente, sino que incluso, en 1994 y tras una muy mala campaña, la entidad sufrió un descenso a la Serie C. En lo económico, porque el club se volvió insostenible y, también en 1994, tuvo que refundarse bajo el nombre de Pisa Calcio. El nuevo equipo comenzó en las categorías más bajas del fútbol italiano y hasta 1999 no apareció en la Serie C. No fue hasta 2007 cuando volvieron a la Serie B con un equipo que estuvo muy cerca de ascender a primera. Alessio Cerci y sus compañeros llegaron a jugar la promoción.

El Pisa parecía haber recuperado su sitio, pero en 2009 realizó una mala temporada y acabó perdiendo la categoría. El descenso reveló una realidad terrorífica: el cuadro neroazzurro volvía a estar en bancarrota. El Pisa Calcio dejó paso al actual A.C. Pisa 1909, que inició su andadura en la Serie D y que desde 2011 militó en la Lega Pro Prima Divisione, división que abandonó en la temporada 15-16 para devolver a los Torri a un lugar más acorde con su pasado, la Serie B.

Si bien la historia del Pisa no es todo lo boyante que a sus tifosi les gustaría, la Curva Nord de los ultras neroazzurri tiene fama por su fidelidad a los colores de su equipo y el orgullo por la historia de su ciudad. No es del todo fácil hablar en unas pocas líneas de la Curvapisana, poblada con grupos de gran prestigio que siempre han tratado de estar presentes por todos los campos de Italia, especialmente en los partidos importantes; los ultras pisani nunca han eludido su presencia en Livorno, Lucca, Florencia, Génova, La Spezia o Verona, sitios muy hostiles para los Torri.

La historia del movimiento del tifo organizado en Pisa nace a finales de los años 60 con I Pionieri della Sud, precursores del posterior grupo llamado Ultras, que surgió en 1975. Los fundadores de este colectivo formaban parte de aquel espíritu rebelde que afloró en la Italia de los años 70.

Con el paso del tiempo se fueron involucrando más y más jóvenes pisani en las labores de apoyo desde la Curva, y el cráneo clásico de la curva dio paso al icono más representativo de estos primeros militantes ultras: la efigie del Che Guevara, que se convertiría en uno de los estandartes característicos de los ultras del Pisa hasta nuestros días. Al final de la década de los años 70 crecería  nuevamente el número de  grupos ultra: la Fossa Nerazzurra (al principio era el grupo más importante junto con los Ultras), los Angeli della Nord, los Rangers (fundados en 1979), y los Nuclei Sconvolti Pisa.

Más tarde, también aparecerían los Fighters, la Armata Nerazzurra, los Kapovolti, los Wanderers, los Svitati y también los Sconvolts. En relación a estos últimos, conviene señalar que la Curva del Pisa fue la primera en la que apareció dicho nombre, posteriormente fue adoptado por varios grupos de la geografía italiana, siendo los más famosos a día de hoy los ultras del Cagliari.

Desde hace más de una década, la Curva Nord de Pisa está dedicada a Maurizio Alberti, ultra perteneciente a los Rangers que murió en 1999 después de dieciséis largos días de ingreso en el hospital. El Pisa en aquel año estaba haciendo un buen campeonato y, por ello, en enero de 1999 muchos pisanos se unieron al desplazamiento a La Spezia para asistir al partido.

Debido a la numerosa afluencia de pisani a la ciudad de Liguria, además de por la enemistad entre ambas facciones, muy caliente desde hacía varios años, la policía había optado por el intercambio de los sectores del estadio, de tal manera que los ultras locales fueron trasladados a las tribunas y se dejó la Curva spezina a los ultras del Pisa desplazados. Esta decisión, horas después, se demostraría que no fue acertada.

Al ubicar a los ultras de La Spezia en la tribuna del estadio, estaban muy cerca de uno de los jueces de línea, al que tiraron un simple rollo de papel higiénico que le impactó. En ese momento todas las miradas y los recursos policiales se giraron hacia los spezzini: las unidades médicas y la policía se centraron en la tribuna ligur y el encuentro fue suspendido por el árbitro.

Desgraciadamente, al mismo tiempo y en la curva de los ultras del Pisa, Maurizio se empezó a sentir mal y perdió el conocimiento; sin embargo, debido a la distracción causada por los sucesos del terreno de juego y la tribuna local, los médicos tardaron en adentrarse en la curva pisana. Cuando por fin llegaron, ya era tarde y Alberti fue trasladado en ambulancia al hospital al que llegó en estado de coma. Una combinación de mala organización por parte de las autoridades y de una fatalidad imprevista se dieron cita aquel día en La Spezia.

Esta muerte del ultra de los Rangers ha sido uno de los episodios más traumáticos vividos por los ultras del Pisa, junto con las dos quiebras de su equipo, primero en 1994 y, más tarde, en 2009. No obstante, a pesar de estos grandes baches en el camino, son muy pocas las ciudades italianas en las que no se han visto las bufandas nerazzurre o la característica cruz blanca pisana sobre fondo rojo (el símbolo de la ciudad).

Símbolos, por cierto, que no están bien vistos en muchos lugares del país transalpino; de hecho, la mayoría de los feudos italianos son un medio ciertamente hostil para los ultras pisanos, algo que curiosamente provoca que tengan un respeto bien ganado dentro del movimiento ultra italiano. Los pisani no se esconden a pesar de sus numerosos enemigos.

Centrándonos en el capítulo de amistades de los ultras del Pisa, mantienen un hermanamiento con los ultras del Viareggio, que data de la década de los 80 y que tiene varias raíces, incluyendo la proximidad de las dos ciudades (tan solo les separan 23 kilómetros), las rivalidades comunes y también el hecho de que muchos viareggini seguían con simpatía la andadura del Pisa aquellos años.

La Curva del Pisa también está hermanada con los austriacos del Sturm Graz, los alemanes del Karlsruher y con los ultras del equipo suizo de hockey sobre hielo del Ambrì Piotta. Dentro de Italia, también hubo dos fuertes hermanamientos con los ultras de la Carrarese y con los ultras de la Reggiana, ambos también muy longevos, pero que se disolvieron posteriormente por distintas discrepancias en torno a la normativa antiviolencia que se estableció tras la muerte del inspector Filippo Raciti el 2 de febrero de 2007.

El viejo hermanamiento con los ultras de la Reggiana se inició en la última jornada de la temporada 81-82 en Serie B, cuando un empate 0-0 permitió a los nerazzurri ascender a la Serie A y a los granata mantener la categoría. El otro hermanamiento relativamente antiguo que se rompió es el que los pisani tenían con los ultras del Genoa, que terminó en 2004 después de un partido entre los rossoblù y el Livorno. La misma situación se dió con los ultras del Cosenza, que alrededor del cambio de siglo interrumpieron la relación de hermanamiento entre las dos partes.

Un capítulo aparte merece la eterna rivalidad entre las ciudades de Pisa y Livorno: las raíces de este enfrentamiento perpetuo se pueden situar a inicios del año 1284, cuando la flota pisana fue derrotada por los genoveses en la costa de Livorno, cuyo puerto pertenecía entonces precisamente a Pisa. La derrota pisana entre los arrecifes de la Meloria supuso el inicio del fin de la Repubblica Marinara di Pisa. Más aún cuando un siglo después el puerto de Livorno se convirtió, poco a poco, en uno de los más importantes de la Toscana gracias al apoyo genovés y florentino, en detrimento del puerto pisano.

Esta vieja rivalidad histórica ha llegado transformada hasta nuestros días; nunca ha cesado: no es raro ver pintadas por ambas ciudades burlándose de sus eternos enemigos. La rivalidad entre los ultras del Pisa y los ultras del Livorno ha deparado violentos enfrentamientos tanto pasados como recientes, destacando entre todos ellos los que tuvieron lugar en 1999 y 2001.

Este eterno enfrentamiento tuvo otro momento álgido cuando Romeo Anconetani, presidente del Pisa en el curso de los años 80, expresó la idea de unir las dos ciudades bajo el escudo de un solo equipo que se llamaría Pisorno; semejante desfachatez, como es natural, tuvo una rápida respuesta en ambas urbes realizándose multitudinarias protestas que enterraron para siempre tan lamentable idea.

También en 2012, el entonces primer ministro Mario Monti, propuso la fusión de varias provincias italianas. Dentro de este proyecto figuraba la unión de las provincias de Pisa y Livorno en una sola; de nuevo, la propuesta se encontró desde su inicio con fuertes protestas y las burlas consiguientes en las dos ciudades. Al final no se llevó a cabo.

La rivalidad entre Pisa y Florencia también tiene raíces muy profundas que se remontan a la Edad Media; de hecho, las dos ciudades pertenecían a dos facciones opuestas enfrentadas en aquellos tiempos: Pisa a los gibelinos y Florencia a los güelfos.

Además, Florencia era el centro de la economía de la Toscana, pero carecía de salida al mar, por lo que se vio obligada a pagar derechos onerosos a Pisa para promocionar sus productos a través de su comercio marítimo. Finalmente, decidió apostar por el puerto de Livorno y evitar el pisano, provocando esto el aumento del odio entre las dos ciudades.

Esta rivalidad histórica entre ciudades tiene su traslación, como en toda Italia, al mundo del fútbol. La rivalidad entre los ultras del Pisa y los de la Fiorentina es una de las más calientes del centro-norte del país transalpino. No obstante, por motivos territoriales, los pisanos tienen una gran rivalidad con casi todos los restantes equipos de la Toscana (con los ultras de la Massese, los del Empoli, los ultras del Arezzo, etc.); con exclusión de las citadas Viareggio y Carrara, la más sentida de todas las que vienen tras el odio a Florencia y Livorno, tanto por su proximidad como por la profunda rivalidad histórica entre las dos ciudades (y que también hunde sus raíces en la Edad Media), es la que enfrenta a los pisanos con los ultras de la Lucchese. Lucca, está situada tan solo a 22 kilómetros de Pisa y, además, sus ultras tienen una orientación política opuesta a la de los pisanos.

Hace muchos años también existió un estrecho vínculo con los ultras del Torino, pero se rompió por el hermanamiento que ha existido y sigue existiendo entre los granata y los viola de Florencia, que ha hecho que las relaciones entre pisani torinisti hayan tornado en indiferencia, cuando no en hostilidad.

Fuera de su región una de las rivalidades es la ya citada animadversión hacia los ultras de La Spezia, equipo con el que entre finales de los 90 y principios de los 2000 el Pisa coincidió casi siempre en la misma categoría, lo que provocó que el enfrentamiento se recalentara. Por último, existen rivalidades de carácter político, ya que los pisanos tienen enemistad con casi todas las curvas italianas que destacan por ser de derechas, siendo las más importantes las que les enfrentan a los ultras del Lazio, los los del Verona, los ultras de la Triestina y los los del Ascoli.

No obstante, como siempre sucede en Italia, la política no es lo principal; por ello los ultras del Pisa han tenido enfrentamientos con otros colectivos de izquierdas, como por ejemplo los ultras del Modena o los de la Ternana. Es lo habitual en un país en el que fútbol se vive con una pasión sin igual que, en este caso, ha alimentado la historia de la Curva Maurizio Alberti, la Curva de los Ultras Pisa:

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