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Le derby Corse: Bastia – Ajaccio

Córcega, como todas las islas, ha sido moldeada por la insularidad; por su geografía caprichosa, que la convierte en una isla montañosa en la que el comercio entre los valles queda dificultado por el relieve. Su historia, además, está plagada de saqueos e invasiones.

Los primeros habitantes de la isla dejaron torres, pueblos fortificados (como Cucuruzzu o Capula), dólmenes (como en Sittiva o Fontanaccia) y estatuas y menhires (en Filitosa, Pallagiu y Stantari). Córcega es la primera región de la estatuaria megalítica del Mediterráneo.

Los pueblos de la Antigüedad se disputaron su litoral: etruscos, siracusanos, cartagineses y griegos de Focea, lucharon hasta que los últimos fundaron Aléria hacia el 565 a. C. Más de tres siglos después fueron expulsados por los romanos, quienes se establecieron en su capital de Córcega y construyeron templos, termas, villas y foros. La cristianización se desarrolló con fervor en la isla a partir del 60 d. C..

En el año 774, Córcega queda oficialmente ligada a la Santa Sede, que funda obispados, conventos y monasterios. Sin embargo, la Edad Media es una época funesta para Córcega. La isla es saqueada por los musulmanes y los piratas sarracenos, y los habitantes se ven obligados a refugiarse en las montañas. El papa, preocupado por la suerte de la isla, delega a Pisa la ocupación y pacificación de Córcega. Comienzan así dos siglos de prosperidad y paz relativas. Las capillas, iglesias y catedrales de estilo románico son los testimonios más hermosos de la época.

Llegó entonces la colonización genovesa (1284 –1729), que se enfrentó a diversas revueltas populares, a las dificultades de la administración de la isla y varios intentos de invasión. Génova construyó ciudadelas y fortificaciones en Ajaccio, Bastia, Corté, Porto-Vecchio, Calvi; también fortines en Girolata y Aléria; puentes, carreteras y, por supuesto, las famosas torres genovesas de Porto, Campomoro, Girolata, Roccapina. Su sistema defensivo acabó por rodear todo el litoral de la isla.

Esta historia accidentada dio origen a la fisonomía de sus pueblos. Los corsos, a menudo aislados en la montaña, viven modestamente de la agricultura y la ganadería. La fundación de los pueblos responde a necesidades estratégicas y muchas veces están implantados en crestas, en pitones rocosos o incluso en un pequeño espacio en los valles. Sus núcleos de población se descubren de repente, a la vuelta de un camino. Sus molinos, fuentes, capillas y apriscos, son hoy día vestigios de la vida pastoral. Profundamente arraigados en la memoria de los corsos, todos estos restos son hoy día objeto de rehabilitación.

Bastia se sitúa en la costa corsa, en el departamento de Alta Córcega, a escasos kilómetros de la italiana isla de Elba. La comuna de Bastia tiene algo más de cuarenta mil habitantes y, al unirse a los barrios de las comunas de Biguglia, Furiani, Ville di Pietrabugno, San Martino di Lota y Santa Maria di Lota, generó una aglomeración de unos sesenta mil habitantes. Su equipo, el S.C. Bastia, fue fundado en 1905

Ajaccio (en corso, Aiacciu) es la capital de la isla y del departamento de Córcega del Sur. También supera los sesenta mil habitantes y su equipo, el A.C. Ajaccio, fue fundado en 1910. Junto al Bastia, forman la élite del fútbol corso. Los partidos que les enfrentan son conocidos como le Derby corse (el Derbi de Córcega).

Son los dos clubes de fútbol más antiguos de la isla, pero lo cierto es que no se enfrentaron en competición oficial durante más de medio siglo. Fue ya en 1965 cuando jugaron uno contra el otro por primera vez en la Copa de Francia y la entonces llamada Division 2, la segunda categoría del campeonato francés.

En la temporada 66-67, ambos equipos ascenderían juntos a la primera francesa, celebrando su derbi por primera vez en la cima del fútbol francés. Ambos clubes se mantuvieron juntos en la máxima categoría hasta la temporada 72-73, cuando el Ajaccio descendió. Lo cierto es que, durante décadas, los capitalinos estuvieron navegado en aguas turbulentas, coqueteando continuamente con el descenso.

El S.C. Bastia, en cambio, se mantuvo en la máxima categoría durante muchos años, llegando a ganar una Supercopa de Francia en la temporada 72-73. El equipo azul no descendería a la Division 2 hasta 1986. Curiosamente, logró jugar las semifinales de la Copa de Francia del 1992 contra el Olympique de Marsella mientras militaba en la categoría de plata; sobrevino entonces la conocida tragedia de Furiani. El partido fue suspendido y la final fue cancelada. La fatalidad hizo que aquella edición de la Copa quedase desierta.

El partido debía jugarse en el Estadio Armand Cesari de Furiani, una localidad vecina a Bastia. Pero el hundimiento de las gradas supletorias colocadas para tan importante ocasión provocó la muerte de dieciocho personas; más de dos mil resultaron heridas. En el haber del Bastia también figura la Copa Intertoto del 97 (infame torneo veraniego ya desaparecido).

Mientras tanto, el Ajaccio continuaba en segunda. Con el descenso del Bastia, ambos equipos se volvieron a ver las caras para jugar un derbi, exactamente treinta años después de su último enfrentamiento en la 66-67. El fútbol corso volvía a vibrar.

Curiosamente, los dos equipos volverían a ascender juntos en la temporada 2012-2013, logrando llevar de nuevo le Derby Corse a la primera francesa. Tras otras dos temporadas, el A.C. Ajaccio volvería de nuevo a la Ligue 2, precisamente tras perder el último derbi jugado entre los dos equipos.

Centrándonos en las gradas corsas, el ambiente que se produce en los estadios de ambos equipos es espectacular. Los ultras del S.C. Bastia se sitúan unidos bajo la pancarta de Bastia 1905, grupo fundado en 2005 y que cogió el testigo de los históricos Testa Mora, fundados en 1992 y disueltos en 2004. Por su parte, los ultras del A.C. Ajaccio cuentan con un grupo hegemónico, los Ultras L’Orsi Ribelli. También destacan I Sanguinari. Las hinchadas radicales de ambos equipos están muy politizadas, encuadrándose dentro de los simpatizantes del nacionalismo corso.

Este es el ambiente que son capaces a generar el día del Derbi de Córcega. Este es el estadio François Coty de la ciudad de Ajaccio, al que ambas aficiones acuden para animar a su equipo en la lucha por la hegemonía del fútbol corso:

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