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Antisemitismo y censura – 19 de octubre

Steve Bell ya no es caricaturista del Guardian. El diario londinense ha censurado y echado por «antisemita» a su humorista gráfico más punzante y brillante por una viñeta en la que mostraba a Netanyahu operándose la barriga: lleva guantes de boxeo y va a cortarse con un bisturí un trozo de carne con la forma de Gaza. El dibujo está inspirado en el que hizo David Levine sobre Lyndon Johnson en 1966 y que mostraba al entonces presidente de Estados Unidos enseñando una cicatriz con la forma de Vietnam: otro lugar de bombardeo masivo sobre la población civil. A los lápices de Bell los cancelan porque tienen memoria.

Los dibujos de Bell hieren a los laboristas que ya se ven cerca de Downing Street. El caricaturista abrió la veda sobre Tony Blair cuando el laborismo todavía era cool, y acabó mostrando al primer ministro como un Terminator de mirada frenética y dientes apretados con las manos manchadas por la sangre de Irak. Imaginó a George Bush como un mono loco, estúpido y genocida. Jeremy Corbyn, crítico con aquellos señores de una guerra sin perdón, lideró el laborismo post-Blair. A Corbyn lo boicotearon en todos los medios y acabaron enterrándole por antisemita. Su pecado: decir que la acusación de antisemitismo se usa, precisamente, con fines políticos.

A la escritora palestina Adania Shibli la han censurado en Alemania. Le iban a dar un premio en el marco de la Feria de Francfort pero han decidido suspender la entrega «en vista del terror contra Israel», ha dicho el director del encuentro. Shibli ha escrito una novela sobre la Nakba de 1948 y recrea cómo unos soldados israelíes apresan, encierra, violan, matan y entierran en el desierto a una joven palestina. Es un hecho real, aquí no hay caricatura. Pero algunos críticos alemanes vieron antisemitismo. Hay quien dice que tienen mala conciencia: del Holocausto, del Éxodo. Los palestinos, también semitas, se equivocaron al nacer.

En Alemania han prohibido los pañuelos palestinos en las manifestaciones. En Francia, donde los colaboracionistas entregaron a miles de judíos a los nazis, han prohibido manifestarse por la causa palestina. Steve Bell tal vez podría encontrar hueco en Charlie Hebdo, la publicación satírica francesa golpeada por el terror yihadista en 2015 y por la que se manifestaron en nombre de la libertad de expresión ciudadanos y líderes. Netanyahu estuvo en la marcha de París. En primera fila, a dos metros de Abbas. Una cámara capta al israelí mirando de reojo al palestino, como observando la cicatriz del futuro que perfilarán sus bombas.


Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3.

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Víctor García Guerrero
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