NELINTRE
Cine y TV

La realidad como inspiración: biopics y anécdotas

Ya lo decía John Lennon: la realidad deja mucho a la imaginación. ¿O era al revés? Podemos fabular e imaginar cómo el líder de los Beatles pronuncia esas palabras y se quita sus singulares gafas redondas, las deja en una esquina de la mesa… Al segundo frunce el ceño y mira por la ventana. Tras ella uno de esos paisajes tan reconocidos de la geografía almeriense, puede que se vean algunas pitas, esos árboles que tras contar hasta tres acaban por torcerse.

Algunos conocen el vínculo que une al líder del submarino amarillo con la ciudad andaluza. Recuerdan la anécdota. La de un profesor murciano que enseñaba inglés a sus alumnos con las letras de los Beatles que sacaba de oído. Algunas estrofas eran indescifrables y tras enterarse de que el autor de Strawberry Fields Forever estaba en tierras del espagueti wéstern, viajó a Almería para que le realizara las correcciones oportunas. Tras ese encuentro, Lennon entendió que había llegado el momento: los vinilos de los Beatles debían acompañarse de las letras impresas. Una situación entrañable que inspiró a David Trueba en la película Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013).

El compositor inglés se encontraba en Almería porque estaba rodando Cómo gané la guerra, de Richard Lester. Otro beatle, Ringo Starr, celebró algún que otro cumpleaños en tierras andaluzas. Ambos pasaban temporadas en Almería. Durante el rodaje, Lennon se quedó con algo que pertenecía al departamento de vestuario: unas gafas redondas. Desde aquel momento no se separaría de ellas y serían su seña de identidad. 

Seguimos con el juego, fabulando. Puede que se trate de un salto temporal… Lennon baja las manos buscando sus gafas pero han desaparecido, en la esquina derecha de la mesa otras gafas de pasta oscuras, más rectangulares. De repente hay un poco de humo, al fondo un vaso de tubo, poca visibilidad. Alguien las coge, alguien con barba, dice llamarse Eugenio y es ¿cantante?

Saben Aquell (David Trueba, 2023) es la película que narra la vida del humorista Eugenio, que antes que cómico fue cantante. Sí, cantante. Junto a su mujer formó un grupo Els Dos, semifinalista en Eurovisión. Y de nuevo la protagonista es la anécdota: Eugenio salva la ausencia de su mujer en uno de sus conciertos contando chistes. La casualidad le hizo humorista. 

Esas gafas… Esperamos no haber leído esta asociación en otro artículo, pero es inevitable que no se escuche de fondo la canción de Golpes Bajos, No mires a los ojos de la gente. Esas gafas ahumadas permiten que Eugenio dé un paso atrás con esa mirada en ocasiones brillante y en ocasiones pérdida. Puede que la interpretación de David Verdaguer huela un poco a Goya. No cae en la parodia, no imita, es una actuación hecha desde el respeto. Carolina Yuste en Carmen y Lola (2018) ya demostró quién es y de lo que es capaz.

Esta es una de esas películas que muestran demonios y bondades, que enternecen y dejan el poso de suyas son las opiniones. Permiten que el espectador observe y forje su propio parecer; hoy día eso es un lujo. No se presta tanto a esa imperiosa necesidad de juzgar, expone las diversas caras del artista en diferentes aspectos de su vida. También nos brinda estampas de otra época que, afortunadamente, hemos dejado atrás, una sociedad que se coloca ante el rechazo del espejo. 

Tras los créditos el espectador es consciente de que en el discurso hay algo atípico; no encontramos complacencia, sí un matiz de dulzura. Directores y novelistas como Daniel Sánchez Arévalo (Azul oscuro casi negro o Diecieste) y David Trueba no temen mostrar ese halo de ternura en sus filmografías. Pero la ternura también tiene que ver mucho con el discurso. ¿En quién recae el peso del guion? ¿Quién o quiénes son los guionistas? Aquí tenemos la respuesta: al guion se une Albert Espinosa, también novelista y autor de Pulseras rojas. Aunque no es el único enfoque que se deja ver, (hay otro discurso: el de un hijo a un padre), el film gira en torno a un libro publicado por Gerard Jofra, hijo de Eugenio. Siempre sin querer desvelar o hacer spoiler de la película, pero qué decir de los cameos, los casetes de chistes, las referencias reales a la industria musical y la televisión de aquella época.

Y como no hay nada más típico que no saber dónde has dejado las gafas, nos despedimos con un nudo implorando a San Cucufato. Eso sí, esperamos, en este caso, no encontrar una película, sino que sea la película la que nos encuentre a nosotros.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba