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Las Big Tech se comen la Big Apple – 21 de octubre

La que fue mayor oficina de correos de Manhattan será la sede de Facebook en Nueva York, que ocupará los 67.000 metros cuadrados del edificio Farley junto a Penn Station. Apple también se está expandiendo por el barrio: se ha comprado un edificio art déco cerca del Madison Square Garden. Las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos se instalan en los viejos mercados del sexo callejero de la séptima y octava avenidas con inversiones millonarias. Contratos, no tantos: veintidós mil trabajadores entre Amazon, Google, Facebook y Apple en Nueva York. No llegan al uno por ciento de todos los curritos de Manhattan, siempre sedientos de platos de sal.

Los gigantes de la tecnología toman Manhattan después de conquistar Berlín. Se han alimentado de pandemia y creen en Nueva York, a pesar de sus fosas comunes en Hart Island y el olor a cadáver en la selva de Central Park. Los reyes del comercio digital, los propietarios de tu intimidad en la nube, apuestan por un puerto de silicio junto al río Hudson, de sucias corrientes, según verso de Pete Seeger. Pero la canción protesta volvió fugazmente a la isla neoyorquina cuando Occupy Wall Street tomó las calles de la bolsa. La nueva normalidad es una dosis extra de turbocapitalismo con alma de robot y música bajo demanda.

El Dow Jones tocó fondo la última semana de marzo, cuando el virus mordía Nueva York con la furia de un asesinado por el cielo. El 24 de marzo ya estaba subiendo otra vez. Hoy, veinticuatro mil muertos después, la bolsa neoyorquina ya reparte tanto dinero como en enero. Gana a Londres o París, todavía en coma de acciones devaluadas. El dinero huye de la Europa muerta y estampa I love New York en los ataúdes del capitalismo. Las marcas de la vida online conquistan corazones y mentes operando desde Times Square: han cambiado las cabinas de paja sucia por un onanismo infinito e insípido en Instagram.

Las Big Tech se comen la Big Apple mientras continúan devorando su gigantesco trozo de pastel que son los gustos, amores, vicios y pesares de una humanidad rendida a sus pies de barro digital. La inundación de ingenieros y matemáticas en Manhattan podrá lavar la nueva ola de inevitable marginación que dejará el progreso impuesto a golpe de contagio. Los enfermos son perdedores de estos versos de algoritmo. Aunque en Nueva York también florecen las bicicletas y el agua sigue trayendo, de vez en cuando, una libertad marinera que inspiraba al poeta. El pecado ahora es cautivo en la eternidad del servidor.


Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este Tumblr.

Víctor García Guerrero
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