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Arte y Letras

Suites Venecianas, Integral I: Warnauts y Raives en una Venecia soñada

Venecia es más que una ciudad en el mundo del cómic; ha terminado convirtiéndose prácticamente en su propio género. Fábula de Venecia de Hugo Pratt, Marina de Zidrou y Matteo, Venecia celeste de Moebius o hasta las aventuras en la Serenísima protagonizadas por los patos más famosos de la historia a lo largo de los números de Don Miki… todos ellos han ayudado a crear una ciudad que solamente existe en el nebuloso espacio creado entre los lápices de sus dibujantes y las mentes de sus escritores. La última aportación a esta urbe imaginada en español, nos llega de la mano de la editorial Ponent Mon y en la forma del primer integral de la serie Suites venecianas (Les suites Vénitiennes), obra de Éric Warnauts y Servais Raives.

La edición original francesa, publicada por la editorial Casterman, vio la luz entre 1996 y 2006. Se dividió en nueve tomos, aunque por fortuna para nosotros este mismo año se ha publicado allende los Pirineos el primer volumen integral, reuniendo las tres primeras entregas. Este material es el que por fin está a nuestro alcance en castellano, permitiéndonos disfrutar de esta obra aunque para ello hayamos tenido que esperar diez años desde su finalización. ¿Ha merecido la pena la espera o tras esta década podía haberse obviado su aparición? La respuesta debería estar clara para quienes se acerquen a sus páginas.

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La Serenísima República de Venecia como personaje

Es refrescante descubrir un título en un cómic, o cualquier otro producto cultural, que no busque engañarte en ningún momento. Si acudimos al Diccionario de la Real Academia Española descubriremos que existen dos acepciones diferentes para la palabra suite. Ambas se aplican perfectamente a lo que se nos narra en este volumen.

pagina-de-suites-venecianasLa primera de ellas reza lo siguiente: habitación de lujo de un hotel, con varias dependencias. Entendiendo el hotel como una de esas casas independientes que habita una sola familia, perdonando a algunos venecianos que se ahorraran el ponerles un hermoso jardín, nos encontraremos con que Warnauts y Raives construyen una historia que, efectivamente, discurre en su mayor parte entre diferentes entornos cerrados que incluyen esas habitaciones privadas en las que los prohombres tratan de controlar sus destinos mientras son peones en las manos de otras fuerzas que escapan a su comprensión. Los espacios abiertos raramente se convierten en protagonistas, aunque cuando lo hacen consiguen capturarnos con su belleza. Tal vez así nos hablen los autores, de manera sutil e indirecta, mostrándonos la suciedad oculta bajo una Venecia casi de ensueño que no es el telón de fondo sobre el que narrar la historia, sino casi el cortinón que trata de cubrir los sucesos.

La segunda definición dice: composición instrumental integrada por movimientos muy variados, basados en una misma tonalidad. De nuevo da en el clavo, porque estas primeras tres entregas nos muestran diferentes aspectos, casi variaciones musicales, de la ciudad de los canales, aunque sin perder en ningún momento la necesaria unidad que evite su caída en el caos. La historia no teme adentrarse en recovecos inesperados o jugar con ciertos engaños junto al lector, sabedora de que al final conseguirá triunfar gracias a la presencia de Venecia, una realidad de la que nada ni nadie parece capaz de huir. Pese a que cambie su melodía principal, aunque los instrumentos varíen, la suite que es Venecia seguirá siendo reconocible.

La ciudad que conoceremos en estas páginas no necesita contarnos su edad. Estamos en algún momento indeterminado a mediados del siglo XVIII, ese periodo hecho de sueños en el que los nobles venecianos llevan sus máscaras y sus capas para acudir a los casinos y las conspiraciones se suceden a una velocidad vertiginosa. Es un momento en la que la degeneración de sus notables solo es igual a la violencia causada por la misma. Estas Suites venecianas están sumamente bien documentadas, pero no por ello renuncian a construir sobre la Venecia real una nueva, construida gracias a nuestras creencias fantásticas acerca de la legendaria ciudad. Una Venecia nueva y vieja a la vez a la que dan vida los lápices de Warnauts y Ravies mediante un dibujo que resulta sobresaliente en sus fondos y sus paisajes venecianos, pequeños cuadros que además consiguen transmitirnos la esencia del escenario de la macabra historia. Pocas veces Venecia ha sido tan hermosa y ha contado tanto con tan poco.

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Crímenes, pasado y magia

Suites venecianas es en esencia un cómic histórico, un género en el que la escuela francobelga siempre ha destacado. Sin embargo, también es mucho más, al mostrar la amplitud de miras de sus autores y su ambición. No en vano, estamos ante la serie más larga realizada hasta el momento por Warnauts y Ravies, lo que no es poco decir.

venecia-roja-suites-venecianasDe primeras, parecería que estuviésemos ante una suerte de adaptación apócrifa de Jack el Destripador. En ella los crímenes de un émulo del asesino londinense son investigados por el bastardo algo calavera de un importante senador. La realidad, no obstante, terminará llevándonos a una reflexión acerca del opresivo peso del pasado. Una narración, además, en la que incluso se llega a dejar espacio para la magia y lo sobrenatural. De los tres primeros álbumes que recopila el integral, dos de ellos se centrarán en esa investigación y en las conspiraciones que la rodean, una suerte de mcguffin que oculta a plena vista las intenciones reales de la historia a largo plazo.

Nuestro aparente guía en la historia es Alessandro Beltrame, hijo ilegítimo del senador Bragadini; un joven vividor que gusta de escandalizar a la sociedad veneciana, y que se ve involucrado en la investigación de una serie de terribles asesinatos debido a que uno de ellos ha tenido lugar en una de las casas pertenecientes a su padre. A su alrededor se mueven una serie de figuras femeninas que terminan siendo los verdaderos motores de la acción: por un lado Dorina Tron, esposa de un miembro del consejo veneciano y aparentemente la más capaz intrigante de la República; por otro lado Tshano, esclava negra de Alessandro y practicante de vudú; y por último Carla Bragadini, medio hermana de nuestro protagonista y hermosa joven confinada en un convento. Las tres son las verdaderas jugadoras en una extraña partida de ajedrez, en la que Alessandro apenas pasa de ser un peón que cree haberse coronado cuando en realidad aún está lejos de conseguirlo.

portada-interior-suites-venecianasEl tercer álbum contenido en el tomo es muy diferente a los anteriores, sirviendo como transición para el futuro. Esto no debe llevarnos, sin embargo, a creer que resulta frustrante para el lector no poder seguir adelante con la historia ahora mismo. Uno de los grandes problemas del cómic europeo es a menudo la excesiva espera entre las entregas de un determinado título, lo que ha conseguido que en ocasiones se alcance una perfección indudable en la construcción de la trama. El secreto está en lograr que el lector combine  en su entendimiento la lectura de un capítulo de una historia mayor, con la satisfacción de una suerte de cierre argumental. Aquí está claramente conseguido, erigiéndose en uno de los mayores logros de estas Suites venecianas, y en un auténtico punto a favor de la recopilación en esta entrega de los tres primeros álbumes, una trama casi cerrada pero que promete un futuro brillante.

Gráficamente, el trabajo de la dupla de autores (ambos firman como escritores y dibujantes) se nos presenta como todo un descubrimiento en sus paisajes y elementos arquitectónicos. Es indudable que los personajes humanos tienen en ocasiones un resultado algo inferior, de hecho el trabajo expresivo oscila entre momentos magistrales y otros menos conseguidos, pero esos pequeños defectos se ven totalmente compensados cuando los planos de transición entre diferentes escenas nos regalan unas visiones de Venecia que son difícilmente superables.

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La lucha por la atención del lector

Si por algo destaca el mercado actual del cómic en España, es por su abundancia. Cada mes nos encontramos con una cantidad de nuevos títulos que apenas podíamos soñar hace no tantos años. Para los que vivimos épocas menos boyantes, la oferta puede llegar a resultar apabullante, mientras vemos que las novedades luchan por conseguir apenas un momento de gloria antes de ser sustituidas. Esto no puede ser sino positivo para el lector en cuanto a su capacidad para acercarse a obras que hace años nunca hubiesen visto la luz en nuestro país, pero al mismo tiempo puede llegar a causar otros problemas. Al parecernos imposible mantener el ritmo editorial, tenderemos a menudo a refugiarnos en lo que consideraremos «valores seguros» y evitar acercarnos a otras obras menos reconocidas.

CV_INTSUITESVENITIENNES_01_FR.inddEste proceso nos puede llevar a no decantarnos por un título como estas Suites venecianas, debido al mero desconocimiento. El resultado sería perdernos uno de esos cómics que seguramente no lleguen a entrar en el Olimpo del noveno arte, pero que son una buena muestra de lo mejor que nos puede ofrecer la industria francobelga. A la espera de las siguientes entregas de la serie, podemos volver ahora a la pregunta que nos hacíamos al principio de este artículo y responder que sí, que tras diez años de su finalización más allá de nuestras fronteras, merece la pena, y mucho, que al fin podamos tener las Suites venecianas entre nosotros.

Ismael Rodríguez Gómez
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