Wall Street no fuma hierba – 12 de septiembre
El presidente de Tesla se ha fumado un porro y las acciones de su compañía han caído un cinco por ciento. Elon Musk estaba en un programa de radio televisado. Vestía informal: los millonarios de verdad no necesitan traje para mostrar su riqueza. Musk llevaba camiseta negra con la frase «Ocupa Marte». Tesla hace coches, cohetes y pilas gigantes, y se financia en Bolsa con la promesa de un futuro espacial. Promete el cosmos antes que la calle. Si ocupas Marte, no ocupas Wall Street. A los lobos del Dow Jones les enamoraba Musk con sus coches silenciosos, su descapotable sideral y su humo cósmico. El de los petas, no. Di no a las drogas, susurran los cocainómanos.
La manada de Wall Street condena a Tesla porque fuma hierba en directo y, sobre todo, porque la empresa de Musk no es rentable. Su riqueza es la apuesta: el Uber de lujo, la nave espacial de alquiler. Para convencer a los inversores le valen la labia y la imagen, pero no los cigarrillos de droga. En la semana del décimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, las apariencias importan en las catedrales del dinero. Hay que celebrar. Por eso antiguos empleados del banco de inversión que era demasiado grande para caer quedan estos días en fiestas de reencuentro en Londres, Hong Kong y Nueva York. Hay cócteles y canapés.
No están invitados los ocho millones de parados o las siete millones de familias desahuciadas que dejó la crisis, solo en Estados Unidos. Parte de los parias del salto adelante del capitalismo en el país de Dios y el dólar votan ahora a Donald Trump. Un millonario de televisión y trajes de los de antes nacido políticamente en estos años de descrédito generalizado. Trump es un entretenimiento más, otro reality show. Por eso la bolsa no ha dejado de subir con o sin él en la Casa Blanca, con o sin impeachment, con o sin tuits a deshora. Es irrelevante como un tronista. El capital es monógamo y autofelatorio: le importa más el canuto de Musk que el botón nuclear del presidente.
Los mercaderes descubrieron, hace trescientos años, que si se enteraban antes de las guerras ajenas podrían ganar más dinero. Así nacieron los corresponsales de prensa. El New York Times se hizo grande relatando las hazañas lejanas para el lector interesado por money o conocimiento, que es poder. Ahora malvive de su nombre. Estos días se la ha jugado publicando un artículo anónimo que, en otros tiempos, habría causado la dimisión del presidente o un golpe de Estado. No ha pasado nada. En la bolsa, tampoco. Sigue subiendo. Wall Street ha encargado dosis extra de palomitas y rayas al dealer que viaja en Tesla Model S. Tal vez el porro de Musk sea la opción razonable.
Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este tumblr.
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