Julio Embid: «La hegemonía cultural de los superhéroes no había ocurrido nunca en la historia»
Avengers: Infinity War, la última película de superhéroes que ha producido Hollywood, ha roto todos los récords de taquilla en su primer fin de semana en exhibición. Los Vengadores, un dream team de la factoría Marvel, ha llegado a todo el planeta al mismo tiempo con el mismo discurso: es una máquina de vender entradas, figuras, tebeos… y también ideología. Es verdad que no la más sofisticada; es verdad que lo suficientemente simple como para que sea digerida por unas neuronas adolescentes. Pero ideología al fin y al cabo. El politólogo Julio Embid ha reflexionado sobre las ideas que reparten como puñetazos esos mitos contemporáneos en leotardos. Con capa y antifaz: la ideología de los superhéroes, editado por Catarata, es un entretenido, lúcido e ilustrativo ensayo de las ideas políticas que esconden los superpoderes de Batman, Superman o El Castigador. No hace falta decir que no es un juego de niños.
¿Los superhéroes son más de derechas o de izquierdas? Yo he hecho aquí las cuentas y más o menos sale un cierto empate republicanos-demócratas. Pero no sé si eso se corresponde con nuestra derecha-izquierda.
Los superhéroes editados y publicados en Estados Unidos son sobre todo estadounidenses, y en ese sentido lo que allí consideran la izquierda en Europa no sería tal. Los superhéroes representan un país, una ideología y un modelo político que no es exactamente el nuestro, aunque nos lo intentan vender cada día.
Empiezas con Superman, que en 2018 cumple ochenta años y que es el gran modelo de superhéroe, o el totémico. ¿Cuál es el superhéroe más reaccionario?
El más reaccionario es Punisher. Un tipo que defiende las armas, la violencia y la justicia por su mano. Es, además, de extrema derecha y lo reconocen los propios cómics cuando el personaje dice que la única política que le gusta es Sarah Palin.
¿Y el más liberal o de izquierdas?
Daredevil, que es un abogado laboralista del turno de oficio de Nueva York. Pero claro, esto es Estados Unidos, no es un revolucionario guerrillero de América del Sur, ni siquiera un socialdemócrata de Europa.
Hay un personaje que llama la atención por sus características: Green Arrow, multimillonario de izquierdas. ¿Me puedes hablar de este perfil?
Hombre, existen personas que son multimillonarias y que siempre se sitúan a la izquierda porque consideran que sus valores políticos no tienen por qué ir acordes con sus intereses de clase. En este caso, encontramos también en Europa mucha gente multimillonaria que es trotskista y que posee canales de televisión.
¿Qué me dices de Batman? Y sobre todo visto a la luz de la última película de Nolan en la que una turba termina dominando Gotham, entrando ya en la relación con hechos de los que hablas, como el 15M, Ocupa Wall Street, etcétera.
Batman representa el fallo del sistema público. Si la policía de Gotham funcionase bien, no sería necesario. Es la privatización de los servicios: un multimillonario haciendo lo que el Estado no alcanza. Y en parte los superhéroes representan esto: que venga alguien desde fuera para salvarnos, no el propio ciudadano.
¿Hasta qué punto los superhéroes son un reflejo de la sociedad, como dice un directivo de Marvel al que citas, o un alpiste para ella?
Todas las historias mitológicas representan a la civilización donde fueron creadas. Cuando Aquiles o Ulises protagonizan sus odiseas representan a las polis griegas frente a los bárbaros persas. O cuando los santos católicos hacen sus milagros representan la ideología católica frente a los protestantes o los musulmanes. En este caso, los superhéroes de Estados Unidos representan la democracia capitalista, individualista y consumista de su país.
La representan, pero ¿también forman opinión?
Indirectamente sí. Porque gracias a los superhéroes hemos visto que un mismo personaje se estrena el mismo día en Tokio, Teruel y Lima. Y las tres ciudades comparten que hay niños con una gorra del Capitán América o con una mochila de Batman. Y esta hegemonía cultural no había ocurrido nunca en la historia.
Hay una cosa que me llama también la atención y es el punto ciego del que hablas en el Capitán América. Puede tener buenos deseos para la sociedad, es un hombre liberal, pero no termina nunca de subvertir el orden establecido. ¿Esto es algo común en todos los superhéroes?
Sí. Bueno, el Capitán América es el que más sorprende, porque cuando lo ves desde fuera, sin haber leído nada o sin haber visto ninguna de sus películas, crees que es un hipernacionalista que defiende solo Estados Unidos. Capitán América defiende la Constitución y los derechos antes que las propias leyes o los gobiernos. Y sin embargo, nunca va en contra del sistema. En el mundo del cómic lo más parecido a lo antisistema es V, de V de Vendetta. Pero claro, es otra historia diferente que bebe de otros sitios: de las distopías de mediados del veinte y de la Revolución de la pólvora de Inglaterra. Ese sí sería un revolucionario.
Los superhéroes por lo general no son revolucionarios.
No, porque además cuando tú diriges una película de doscientos millones de euros lo que quieres es vender mil millones de euros en palomitas, no que llegue la revolución. Son productos de consumo para masas, para que se vendan en todos los países.
¿Son productos infantiles para mentes infantiles o productos adultos para mentes infantiles?
Yo creo que tienen más parte de producto adulto, a pesar de que lo que intentan es que todo el mundo lo pueda ver o leer. La primera película en emitirse en Arabia Saudí en treinta y cinco años es Black Panther. Una película revolucionaria nunca sería emitida en Arabia Saudí.
¿Los superhéroes pueden no ser estadounidenses?
Sí, este caso: Black Panther es africano. Hay europeos también. Generalmente los dibujantes son de todo el mundo, pero los guionistas suelen ser personas blancas, estadounidenses, de clase media y bastante progresistas.
Citas el caso de una película rusa en la que han intentado reproducir el modelo de los superhéroes estadounidenses, pero no sale demasiado bien parada.
Sí. Hablo de una película que se estrenó el año pasado: Guardians. Es rusa e intenta copiar el modelo de Marvel de Los Vengadores. Pero la copia no alcanza el original, pese a contar con veinte millones de euros de presupuesto, que para Rusia es bastante dinero.
¿Eso por qué sale mal?
Porque el público no es el mismo y porque los guiones no siempre se pueden adaptar. Por ejemplo: el caso de Mortadelo y Filemón solo puede gustar en España, donde nos gusta que una persona se lleve un porrazo y se levante sin ningún chinchón. Hay según qué productos que no triunfan fuera de sus fronteras.
Ya que hablas de Mortadelo y Filemón. ¿Cuál sería el superhéroe o el modelo de superhéroe ideal español?
Sin duda los más exitosos han sido Mortadelo y Filemón gracias a que en España gusta ese tipo de humor, y también es mérito de la gran capacidad de su autor. El problema es que aquí los superhéroes no han sobrevivido a sus creadores, como sí ha pasado en Estados Unidos, donde lo importante es el personaje y no el autor. Zipi y Zape murieron con su creador, Anacleto lo mismo… y ya no hablo de personajes más épicos que representan los valores del franquismo, como Jabato o Roberto Alcázar y Pedrín, o incluso Capitán Trueno, que a pesar de que estaba dibujado por un señor del Partido Comunista encajaba muy bien con la cruzada nacional.
Tenemos a Superlópez.
Sí, y del cual esperamos una película nueva este mismo año. Superlópez es un personaje que ha tenido mucho éxito pero que nunca ha alcanzado las cotas de mercado que tienen los personajes norteamericanos.
Se mueve en el esperpento, que a lo mejor sí es un género que nos pega más en España.
Y en el del perdedor. En España los grandes superhéroes han sido Lazarillo de Tormes y Don Quijote, que son dos perdedores.
¿Por qué han vuelto los superhéroes?
Yo creo que por dos motivos: primero, porque son rentables. Es decir, cuando uno hace una película de superhéroes recauda más dinero del que le costó. Por eso las grandes productoras sacan una película cada tres meses, más o menos. Segundo, porque para Estados Unidos representan una conexión intergeneracional. Es decir: los abuelos que leían a Superman hace ochenta años pasaron esos cómics a sus hijos y hoy le compran un tebeo, un videojuego o una película a sus nietos. Y es del mismo personaje que ellos vivieron. Eso no pasa en España. Yo no consumo los mismos productos culturales que mi padre y, por supuesto, tampoco que mi abuelo.
¿Puede el mundo quedarse sin los superhéroes?
A corto plazo no, desde luego. Hoy generan muchísimos miles de millones. Además, desde que las dos grandes casas de cómics, Marvel y DC, fueron adquiridas por dos grandes productoras multimedia como Disney y Warner, a la vaca aún le queda mucha leche por explotar.
Vamos a suponer que esa vaca explota o se extingue. ¿Tendríamos correlatos a esos superhéroes?
La sociedad española dedica más de media hora diaria en los noticieros a los superhéroes llamados futbolistas. Siempre van a ser necesarios los ejemplos de personas que logran grandes metas para que la ciudadanía se motive.
Entonces, ¿esa es la gran función del superhéroe?
No, yo creo que es entretener. Y además, de una manera indirecta forman e informan, sobre todo porque los valores que ellos representan no responden a una gran conspiración: de una manera indirecta nos inculcan el individualismo, la democracia y el capitalismo.
Por volver al principio de Superman: dices que representa la América vacía, cogiendo prestado el título de un residente en Zaragoza como tú, Sergio del Molino (La España vacía). Háblame un poco de eso.
Cuando hablo de Superman me gusta recalcar que es un extraterrestre, un emigrante que lleva en una nave espacial pero que crece en un lugar rural, muy desoblado: en Kansas, que representa esa América vacía como en España tendríamos a Teruel o Soria. Eso le marca mucho: primero porque adquiere unos valores conservadores de carácter rural, agrario. Sin embargo, para triunfar en su trabajo tiene que marchar a la gran ciudad, a Metrópolis. No puede trabajar en Smallville.
¿Superman es el arquetipo del superhéroe?
Sí. Es el que le gusta a todo el mundo. No porque vuele, tire rayos, sea super fuerte… sino porque siempre hace lo correcto.
Porque no desea la muerte a nadie.
Eso es. Y además su principal poder es hacer siempre lo correcto. Que pudiendo ser Dios decide esconderse y pagar la declaración de la renta.
Uno de los grandes misterios que comentas ahí: ¿por qué no nos domina a todos?
Sí. De hecho, se han escrito varias novelas de qué pasaría si… y en ese caso, ponen a Superman al límite. Hace poco le preguntaban a Stan Lee, el creador de grandes superhéroes, cuál es la clave del éxito de un personaje. Y dijo que fuese entretenido y llamativo, pero poniéndole al límite con qué haría. Superman en la ocasión más trágica para él decide perdonar siempre la vida.
Retomando la idea de la América vacía y la España vacía. ¿Tu crees que se puede hacer un correlato entre la ideología de los superhéroes norteamericanos y los partidos españoles?
Sería muy complicado, porque no hay un encaje al ser personajes tan estadounidenses. Superman, al ser del mundo rural, de padres agricultores, tiene muchas probabilidades de votar al Partido Popular, pero no encajaría perfectamente en esa ideología que intenta abarcar todo: desde el megaliberalismo de Madrid hasta la construcción desmedida en Valencia, pasando por el conservadurismo de Castilla o Galicia. Es muy complicado que unos personajes tan complejos durante tantos años se adapten a la simpleza de los partidos españoles.
Sin embargo, esa parte socio-liberal del Capitán América puede encajar con alguna parte o familia del PSOE, ¿no?
En se sentido sí. Pero tampoco en España, salvo a lo mejor Ciudadanos, hay nadie que se haya apropiado de una bandera como símbolo de partido y destaque su nacionalismo. Aparte de los nacionalismos periféricos. El caso de Capitán América es un personaje que representa la Constitución, el status quo y los derechos y libertades de las minorías, como podría pasar con el PSOE, pero no encaja dentro de un modelo europeo, en tanto que es un patriota y en Europa el patriotismo está más basado en los ciudadanos y no tanto en las fronteras.
Nos queda Podemos. Tendría que ser V, pero no está en tu libro.
Podrían estar muy cerca, buscando un paralelismo, puede que con el tema de Green Arrow: con gente que ha tenido estudios universitarios, provienen de familias más acaudaladas y tienen un componente de izquierdas. Pero sería de manera muy tangencial. Estos personajes estarían mucho más cercanos a Bernie Sanders que a Pablo Iglesias, porque representan modelos y países distintos.
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