‘Paradero desconocido’, de Kressman Taylor

Marcos García Guerrero20 marzo, 2015

Segunda Guerra Mundial y literatura suelen ser sinónimo de obra monumental: Vida y destino de Vasili Grossman, Las benévolas de Jonathan Litell, Trilogía de Auschwitz de Primo Levi… La magnitud y complejidad del conflicto es tal que, incluso pasados casi setenta años, parece seguir necesitando de ingentes cantidades de palabras, reflexiones y documentos para hacerle un mínimo de justicia. No es así en el caso de esa maravillosa rareza literaria que es Paradero desconocido: toda una obra maestra de la narrativa breve que en apenas noventa páginas (poco más de media hora de lectura) se erige en uno de los frescos más certeros y descarnados del hundimiento de la sociedad alemana en el horror del nazismo.

Con la economía de medios que caracteriza a la literatura epistolar, la alemana Kressman Taylor, seudónimo de Katherine Kressman, quiso dejar constancia de una realidad que estaba viviendo horrorizada en su propio país: cómo personas hasta entonces amigas, vecinas, conciudadanas, empezaban a verse peligrosamente separadas por un muro de odio que las abocaría irremediablemente a la tragedia. De eso nos habla Paradero desconocido, de la evolución de la amistad de dos personas, el alemán Martin Shulse y el judío norteamericano Max Eisenstein, desde que su separación geográfica (el primero se vuelve a su Alemania natal, mientras el segundo se queda a regentar un negocio común de arte en San Francisco) degenera en una separación ideológica y emocional en el contexto del ascenso de Hitler al poder.

La obra fue publicada en 1938, a las puertas del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y ha sido calificada como una de las más visionarias e incisivas advertencias sobre el nazismo. Como todos sabemos, su llamada de auxilio no fue escuchada. Sus destinatarios se encontraban en paradero desconocido.