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El seriéfilo: octubre de 2014

¡Hora de despertar! El verano se ha ido definitivamente, por las mañanas ya empieza a hacer frío y las noches duran casi todo el día. ¿No te gusta el panorama? Pues pasa de página. ¿Te molesta que llueva justo hoy que no llevas paraguas? Cambia de viñeta. ¿No te parecen apropiados los insultos del jefe por llegar tarde? Se borran los improperios del bocadillo y se escribe lo que tú quieras que te diga. ¿Suena extraño? Es lo propio de las fechas: algunos lo llaman mes de octubre; yo, mes del cómic.

Porque, sí, amigos, este mes coinciden en antena hasta cinco series basadas en nuestros tebeos favoritos y, cada una en su estilo, lucen francamente bien. La primera y más importante, por relevancia, por antigüedad, por expectación, por presupuesto, por fenómeno fan, por… zombis, es The Walking Dead (AMC). Estreno de la quinta temporada, estreno brutal, con acción, emoción y cientos de miles de litros de salsa de tomate (como debe ser). Uno de los estrenos  más seguidos de la historia (más de dieciséis millones de espectadores en EE. UU.) no podía defraudar, pero es que, además, los siguientes capítulos han sido suficientemente buenos como para hacernos olvidar todo el metraje de relleno que nos endiñaron la temporada pasada. Otro estreno muy esperado, aunque más alejado de los focos mediáticos, fue la tercera temporada de Arrow (The CW), serie que temporada a temporada va creciendo y asentándose, y que no defraudará a los fans. Gotham (FOX) que no fue un estreno pero casi, porque el mes pasado nos dejó con la incertidumbre de haber visto un solo capítulo, me está gustando tras otros cinco episodios. Subrayo el uso de la primera persona, porque está cosechando críticas muy dispares (la sombra de Batman es muy alargada), pero yo lo que veo es una serie muy bien ambientada (con una gran mezcla de exteriores sucios y corruptos e interiores comiqueros y burtonianos), habitada por personajes muy bien interpretados y caracterizados (a destacar Oswald Cobblepot, «el Pingüino»). La trama se adapta a los veintitantos capítulos de la temporada. Es decir, se cuece a fuego lento preparando lo que, esperemos, sea un apoteósico final. Otro estreno muy fresco fue The Flash (The CW), que sigue la estela de Arrow pero con un protagonista más carismático y con más vis cómica (lo cual no es muy difícil, porque he visto lavadoras más expresivas que nuestro querido Oliver Queen). La quinta en discordia es la segunda temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. (ABC), que progresa adecuadamente, mucho más sólida que la primera temporada.

Dejando los cómics a un lado, es hora de hablar de otro culebrón de otoño: el triángulo amoroso formado por Broadchurch (ITV), Gracepoint (FOX) y Glue (E4). Comento esto aprovechando que la primera fue emitida en abierto en España (por fin alguien apuesta por series de calidad), al mismo tiempo que en Estados Unidos se estrenaba su innecesario y deficiente remake, Gracepoint; a la vez, en Inglaterra, ha visto la luz una versión más juvenil que, aunque nos recuerda constantemente a la original, es un sucedáneo de calidad y muy entretenido. En cualquier caso, no hay debate: Broadchurch fue la primera y le saca un par de cuerpos de ventaja a Glue y muchos más a Gracepoint.

Homeland. Imagen: Showtime
Homeland. Imagen: Showtime

Siguiente punto candente del orden del día: el estreno de la cuarta temporada de Homeland (Showtime), esta vez con cambios sustanciales respecto a las anteriores (ahí lo dejo, porque no quiero hacer spoiler). Se había levantado mucha expectación sobre el rumbo que iba a tomar y mi veredicto es… ¿claro?: esto es lo que debiera haber sido Homeland desde el principio, solo que esto ya no es Homeland. Me explico: en esta temporada se quitan un lastre que funcionaba para una temporada y quisieron alargar demasiado. Los personajes de Carrie, Quinn y Saoul son lo suficientemente carismáticos como para soportar el peso de la serie y llevarla hacia lo que siempre tuvo que ser: una serie de espías y punto. Sin embargo, al desaparecer la trama en torno a la que giraban las pasadas tres temporadas (que dotaba a los episodios de mucha más pausa) parece que no estamos viendo la misma serie.

Han coincidido también este mes un montón de series «generalistas», esas que, para intentar agradar al mayor público posible, liman todas las asperezas hasta dejar su producto en algo bastante insulso. Perfecto para quien quiera ver un capítulo y olvidarse de ellas, porque hay que reconocer que entretenidas son y cumplen perfectamente su misión: Stalker (CBS), Scorpion (CBS), How to Get Away with Murder (ABC) o Red Band Society (FOX), adaptación de la española Pulseras rojas, entrarían en  esta categoría. Pero hay veces que alguna de estas series da otra vuelta de tuerca y pasa de entretenida a entrañable, como es el caso de Forever (ABC) y su protagonista, Henry Morgan, una mezcla del Dr. House y Patrick Jane que tiene la particularidad de ser inmortal. Todo esto aderezado con una pizquita de humor construida a base de situaciones que, sin llegar a provocar una carcajada en el espectador, son capaces de sacarle una ligera sonrisa, y ya tenemos nuestra serie entrañable. Esa que, además de entretenernos cuarenta minutos, nos hace preocuparnos por el personaje, querer saber más de él, haciéndonos esperar impacientemente para ver el capítulo de la siguiente semana.

De las series renovadas el año anterior, vuelve Resurrection (FOX), que sigue resultando igual de insulsa. The 100 (The CW), con cambios importantes en la historia que no sabemos hacia dónde nos llevarán, con la entrada de nuevos participantes en escena. Peaky Blinders (BBC TWO), la serie revelación del año pasado, que vuelve con menos punch ahora que la familia Shelby gobierna Birmingham y trata de expandir sus dominios hacia la capital; en cualquier caso, aun sin esa fuerza con la que nos sorprendió, sigue siendo una serie más que notable. Y, por último, Rectify (Sundance TV), una serie que amarás si consigues acompasarte a su ritmo y que en caso contrario será tu receta mágica para las noches de insomnio. No es fácil, acostumbrados a la vida moderna en la que todo gira a demasiadas revoluciones, ser capaz de ralentizar el tiempo y ver la vida a cámara lenta, sin prisa, con pausa, tal y como la vería alguien que acaba de salir de la cárcel después de diecinueve años.

Para finalizar el repaso con buen sabor de boca, dos miniseries inglesas: The Driver (BBC One), en la que un taxista empieza a trabajar de conductor para una banda mafiosa, con el aliciente de ver al Gobernador de The Walking Dead tras un volante; y The Honourable Woman (BBC TWO), una magnifica historia sobre espionaje y el conflicto palestino-israelí.

Y ahora, si me disculpáis, me retiro a mis aposentos pues estoy de luto. Como supongo ya sabréis, se nos ha ido una grande: Boardwalk Empire (HBO). Tras solo cinco temporadas ya es pasado. ¡Era tan joven! Insisto, siempre se nos van las mejores… Este brindis con whisky de contrabando va por ti, Nucky. «El rey ha muerto, ¡larga vida al rey!»

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2 comentarios

  1. Pues yo a Gotham no acabo de pillarle el punto. Y mira que la miro con buenos ojos, que McKenzie y Logue me caen muy bien (sobre todo el segundo) y que el Pingüino mola… pero creo que ni Bruno Heller sabe de qué demonios va la serie. ¿Es la precuela de la serie de Batman que no van a dejarles hacer? ¿Es la historia de la ciudad más corrupta sobre la faz de la Tierra y como esa corrupción nunca se va a solucionar? ¿Es simplemente un intento de aprovecharse del nombre y nada más? El tiempo lo dirá, pero ahora mismo me parece que todo apunta a lo tercero.

    La sorpresa agradable, a falta de ver como sigue Constantine, es The Flash, de momento muy divertida y sin pretensiones, el reverso luminoso de Arrow e igual de entretenida. Agents of S.H.I.E.L.D. no es sorpresa que estén en un momento muy bueno, el final de la primera temporada ya era muy bueno.

    1. Creo que a Gotham se le exije mucho más que al resto por ser la franquicia que es, pero yo la comparo con los inicios de Agents of S.H.I.E.L.D. (bastante lamentables) y la veo muy superior; así que espero(cruzo los dedos) que remonte y acabe dejandonos un buen sabor de boca; la primera temporada tiene el beneficio de la duda (no quiero que me pase como con S.H.I.E.L.D. que la dejé al cuarto capitulo y la tuve que retomar cuando leí que mejoraba).

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