Cinefórum CCCLXXXIX: «La perla»
La semana pasada disfrutamos ese gran clásico que es La fuerza bruta, en realidad De ratones y hombres, de John Steinbeck. Así que resultaba tentador quedarnos en la obra del escritor estadounidense pero yéndonos a una filmografía muy diferente de la de su país natal. Así pues, avanzamos unos cuantos años, tampoco muchos, y nos vamos al México de 1947 de la mano de Emilio el Indio Fernández, del que ya vimos Enamorada hace un tiempo, para acercarnos a su versión de La perla.
Lo primero es recordar que la película fue un auténtico éxito en su estreno, que se realizó el mismo año en el que se publicó la novela corta de Steinbeck, que participó en el guion de la casi inmediata adaptación. Ganadora del Globo de Oro a mejor fotografía de 1948 y del premio Ariel a mejor película en 1947, se consideró desde un principio una obra mayor de la cinematografía mexicana y mundial, hasta el punto de que en el 2002 se incluyó para su preservación en el National Film Registry. Además se trató, posiblemente, de la cima de popularidad y éxito de su director, un Emilio Fernández que ya había triunfado en Cannes con María Candelaria el año anterior.
La película destaca por seguir fielmente la historia de la novela corta que adapta, algo en lo que indudablemente tuvo que influir la presencia de Steinbeck como coguionista junto al propio director y a Jack Warner. Así se nos plantean grandes conflictos en torno a la familia, la avaricia y el peligro de la riqueza sobrevenida: un humilde pescador mexicano descubrirá una perla extraordinaria y tendrá que enfrentarse a sus esperanzas para el futuro, los traicioneros y falsos amigos, los estafadores y todos los demás peligros que le azotan ahora que es un nuevo rico y existe la posibilidad de aprovecharse de él. Todo eso mientras su esposa y su hijo sufren por sus decisiones.
Lo mejor de la cinta es, sin ningún género de dudas, la fotografía del gran Gabriel Figueroa. Colaborador habitual de Emilio Fernández, en su carrera atesoró todo tipo de premios y fue el director de fotografía habitual de Luis Buñuel durante parte de su carrera, además de llegar a trabajar con John Houston o John Ford. También lo hizo en cintas tan populares como Los violentos de Kelly. Su trabajo aquí es excepcional, con una belleza plástica que destaca en su acercamiento al mar y a la playa, con un océano visto casi siempre de manera oblicua, construyendo una playa casi infinita que subraya que los personajes están atrapados en una prisión de la que no pueden huir.
Figueroa trabajó ese mismo 1947 con John Ford, en El fugitivo. Coincidió allí con Pedro Armendáriz, actor clásico del cine mexicano que protagonizara también Enamorada y apareciera en Los hermanos Del Hierro. Este inició allí una colaboración con el director estadounidense que le llevó a dar el salto a Hollywood y estar presente en cintas como Tres padrinos, Fort Apache, Éramos desconocidos y hasta Desde Rusia con amor. En La perla construye un personaje muy bien resuelto, con un choque entre cierta pasión desbocada y un miedo a la acción que le sienta muy bien a la trama. A su lado María Elena Marqués, que también conseguiría pasar al cine estadounidense y trabajar junto a Clark Gable, dando una perfecta réplica y componiendo una madre coraje que es además es una esposa condenada a ejercer de Casandra.
La película es corta, apenas 85 minutos, y se centra en desarrollar una historia que, aun así, parece quedarse un poco corta. Se incluye algún pasaje folclórico, aunque corto, y se alarga algún momento en exceso.
Tal vez por eso la película no sea redonda, porque se llega a dar un cierto agotamiento de la fórmula al que no ayuda el que su trama no deja de ser una anécdota. A pesar de eso, los momentos en los que todo funciona son muy gratificantes y la factura técnica mantiene el conjunto.
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