BlackRock: vacunas en manos de oscuros fondos – 7 de abril
Pfizer pidió quedarse con los glaciares de Tierra del Fuego si Argentina no pagaba sus vacunas. Buenos Aires se negó y ahora vacunan con la rusa Sputnik. La revelación es de uno de los negociadores argentinos, el médico Jorge Rachid. Uno de los dueños de Pfizer es BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo y usurero de la deuda del país austral. En España está en todos los grandes bancos y ya es el mayor casero del país. Los fondos viven de hacernos sus deudores. Ahora se están haciendo más millonarios con la vacuna contra el virus: unas cuantas dosis a cambio del mundo.
Los fondos de inversión solo apuestan a ganador. BlackRock, y Vanguard, otro gigante inversor, están en Pfizer, Moderna, Johnson and Johnson y Astrazeneca. Y en Gilead, para cuando haya medicamento. No pueden perder. Todo el mundo rico y blanco, de Varsovia a Seattle, pasando por Melbourne, es cliente de las farmacéuticas controladas por los fondos. Los contratos son leoninos. Y secretos. El que firmó Astrazeneca con la Unión Europea se ha divulgado con más partes tachadas que visibles. La opacidad, la oscuridad, es la marca de la era de la transparencia.
El dueño de BlackRock se llama Larry Fink. Escribe en su web: «las vacunas demuestran el poder de las empresas, el poder del capitalismo, para responder a las necesidades humanas». El capitalismo según BlackRock se alimenta de dinero público: el que se puso para desarrollar las vacunas luego vendidas a los mismos gobiernos que las financiaron; y el que, en Estados Unidos, han puesto en manos del fondo para rescatar a las empresas en quiebra por la pandemia: medio billón de dólares. La crisis es una oportunidad para privatizarlo todo.
Brian Deese, exdirectivo de BlackRock, es el director del Consejo Económico Nacional de Biden, al que el fondo y Wall Street financiaron su viaje a la Casa Blanca: el Leviatán no muerde a quien le acaricia. Pero el fondo también está en China. Necesita estar en todas partes, llenar el mundo de dólares. Todo está lleno de dioses, dijo Tales, y así nació la filosofía: si todo son dioses, no hay forma de distinguirlos y, entonces, sobran. El lugar divino lo ocupó el logos, que hoy son el capital y la deuda. Su dueño es BlackRock, señor de un siglo XXI que vende la razón por pura codicia.
Notas de extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla aquí.
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¡Precioso texto!
el capital y poder cada vez en menos manos….