Allá por el cambio de siglo (y de milenio, que siempre suena más impactante), hizo su debut en el cine Spike Jonze (Her, Donde viven los monstruos), director llamado a convertirse ya desde su inclasificable ópera prima, Cómo ser John Malkovich (1999), en referente del gafapastismo más sesudo. Sí, hablamos de aquella película en la que un fulano, como Alicia persiguiendo al conejito, abría una puerta que le introducía en la mente del célebre actor que daba título a la cinta. La delirante paranoia venía firmada por Charlie Kaufman, guionista que acabaría conquistando el Oscar por otra película de indudable estatus posmoderno dentro del cine reciente, ¡Olvídate de mi! (2004). Además, junto a Jonze, este irrumpiría por la puerta grande de Hollywood formando una dupla que, pese a que hoy por hoy parece extinta, nos ha legado dos de los referentes actuales más interesantes del medio.
Jonze, fotógrafo y publicista, había hecho sus pinitos en el mundo del cortometraje con anterioridad, aunque donde había obtenido cierta notoriedad era en el ámbito del videoclip poniendo en imágenes la música de gente de la entidad de Beaste Boys, Sonic Youth, R.E.M., Björk o Daft Punk. Así que su calibre cultureta estaba legitimado cuando se decidió a dar el salto a la gran pantalla. Pero sería su segundo film, Adaptation, (El ladrón de orquídeas) (2002), el que confirmase que su vanguardista concepción cinematográfica no era un simple manierismo intelectual. De nuevo junto a Kaufman, Spike Jonze daría un paso adelante en la propuesta de un cine que ponía al mismo nivel a creador y espectador, y en el que jugaba a bordear esa delgada línea entre ficción y realidad.
Intentar resumir la trama de Adaptation es una tarea tan ardua como la de su protagonista, el propio Charlie Kaufman, que metamorfoseado en un por entonces solvente Nicolas Cage (eran los tiempos anteriores a protagonizar canciones pop y convertirse en carne de cañón paródica de memes) se partía la crisma por escribir un guion cinematográfico de una novela inadaptable: El ladrón de orquídeas. Así, frente al bloqueo pesimista y esquizoide del creador, Kaufman se desdobla a su vez en un entrañable hermano gemelo de nombre Donald (también interpretado por Cage) que funciona como su reservo luminoso, mediocre pero optimista, ejerciendo de némesis y acicate a partes iguales. A su vez, las vicisitudes existenciales de los gemelos guionistas se mezclarán con la vida del protagonista de la novela, John Laroge (Chris Cooper), un personaje extraordinario, obsesionado con la búsqueda de orquídeas, y con la de la autora de la misma, Susan Orlean (Meryl Streep), una aburguesada periodista ávida secretamente de recuperar la pasión por la vida que emana Laroge.
Adaptation es una deslumbrante metáfora sobre la creación artística, una reflexión metanarrativa (el libreto viene firmado por Charlie y su hermano ficticio), cómica y surreal a partes iguales, que propone una apuesta cinematográfica fuera de lo común con un resultado sobresaliente.
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Jonze!!