Expulsiones masivas de inmigrantes en nombre de dios… y del dinero – 8 de marzo de 2017
Arabia Saudí quiere echar a cinco millones de inmigrantes. Las autoridades creen que hay demasiados extranjeros ilegales llegados en el último medio siglo atraídos por la petroprosperidad saudí. Son asiáticos y africanos pobres pero fértiles, que «se multiplican de forma alarmante», se quejan los guardianes de la fe, para «originar otros pueblos dentro de sus fronteras ». El gobierno pide a los ciudadanos que denuncien a los sin papeles «que conspiran de forma sigilosa». Los Saud quieren echar a sus miserables porque sospechan que la pobreza puede buscar otro dios en la tierra sagrada. Son aliens creciendo en las entrañas de la fe verdadera.
Los planes saudíes de expulsión masiva coinciden con la intención europea de acelerar la deportación de inmigrantes. Un millón. Son los extranjeros que piden asilo sin tener derecho a reclamarlo, según la Comisión, porque en sus países no hay guerras oficiales y han llegado al Viejo Continente a ennegrecer las calles en busca de trabajo, o hasta un porvenir. La pobreza no da derecho al refugio, piensa esta Europa que no cree en la lucha de clases pero sí en la mala pinta y costumbres de los extranjeros sin dinero. En la patera o en las cuchillas de Melilla no hay urnas donde votan los europeos de nacimiento que gritan Europe First con una mano sujetando la cruz.
Limitar el número de trabajadores pobres es uno de los grandes objetivos del Brexit. Son los checos, polacos, griegos y españoles que han colaborado a reducir los salarios de la working class británica, a mayor gloria del capital dandy globalizado. En Leicester les han convencido de que sin malagueños en la fila de envasado de las patatas Walkers tendrán salarios para viajar a Salou. Thatcher eliminó la lucha de clases pero su negativo racista lo agitan sus hooligans cada vez que toca rebuscar en el vertedero de votos. El espectro no se viste con banderas rojas sino con la Union Jack: cantando el Dios salve a la reina uno puede sentirse soberano, aunque humilde.
El rey de Arabia Saudí pasea estos días por Indonesia, a donde le han llevado los negocios de su dictadura y las obligaciones del Corán: de cada cien musulmanes que hay en el mundo, dieciséis son indonesios, y a los creyentes conviene alimentarlos con todas las gracias del Señor. La Meca se hace con peregrinos. El rey Salman viaja bien acompañado: un séquito de mil quinientas personas y quinientas toneladas de equipaje. Indonesia pone la valla de dos metros que evitará que los ojos de los fieles divisen la humanidad del monarca en las playas de Bali. Dios es justicia: protege al poder para que imponga su ley y sus muros en la tierra, y reserva para los pobres el reino de los cielos.
Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este tumblr.
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