Política casino – 7 de noviembre
El nuevo presidente de los Estados Unidos es el partido de las apuestas. Encuestas, sondeos y estudios han dejado paso a la ruleta, a la bolsa del envite. Tienen nombres de videojuego: Predictlt, Kalshi, Polymarket. Mueven cientos de millones de dólares, incluidas criptomonedas. Hay casas de apuestas estadounidenses y otras globales: BetFair permite jugarse los cuartos con fútbol, baloncesto, y carreras de galgos, pero también con la competición por la Casa Blanca. Al software del juego le da lo mismo. Los jefes de Betfair son un australiano que trabajó en Kellog’s y un británico que viene del sector financiera: Lloyd’s, Santander… La banca siempre gana.
Las casas de apuestas se han hecho más ricas con las elecciones de Estados Unidos sin que se pueda demostrar que los candidatos hayan simulado falta para ganar su calderilla. No lo necesitan. La financiación de las campañas del bipartidismo está asegurada por otros medios. Por un lado, los millonarios afines: Elon Musk y la viuda de Adelson, con los republicanos; Bill Gates y George Soros, con los demócratas. Por otro lado, está el gran capital corporativo, que dedica los mismos fondos a los dos candidatos: apuestan al ganador. Los fabricantes de armamento, las tecnológicas, los supermercados, son dueños de todos los números de la lotería.
En el mercado de la política estadounidense, también apuestan países y lobbies. AIPAC, American Israel Public Affairs Committee, se define como bipartidista. El grupo de presión sionista no entiende de polarización. Ese concepto queda para periodistas y analistas de los valores de la democracia. Para AIPAC, la prioridad es la influencia sobre el poder, sea demócrata o republicano. También el partido de la guerra supera la aparentemente visceral ruptura. Más de cien antiguos espías de la CIA, ex militares de alto rango y periodistas han pedido el voto para quien mantenga la guerra contra Rusia. Las ideologías han muerto, vivan los cañones.
Estados Unidos fue el país de las encuestas: Gallup, Pew, los grandes nombres de la demoscopia son hijos del Tío Sam. Y casi todos se han equivocado, como los grandes medios: «ahora los medios eres tú», tuitea el dueño del algoritmo, el ojo que observa y dirige el casino, donde lo importante es que el jugador siga jugando. Las corporaciones lo aprendieron de la mafia. Decía Scorsese en la voz de Robert de Niro sobre la moqueta del Tangiers: «cuanto más juegan, más pierden, y, al final, nos lo llevamos todo». La mafia enterraba los problemas en el desierto, que estaba lleno de cadáveres. Los sicarios cavaban por el día porque, si no, «te puedes pasar cavando toda la puta noche».
Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3.
@VictorGGuerrero
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