Seriéfilo: marzo 2024
Así como quien no quiere la cosa nos hemos zampado el primer trimestre del año y, con el cambio al horario de verano, los estrenos se van calentando poco a poco, todas las cadenas empiezan a sacar su artillería pesada y nuestra secta seriéfila, cuan gorrinos revolcándose en el barro, disfrutamos de todas las andanadas de series disparadas con furia desde las distintas plataformas para destruir al resto. Es la guerra. Tras esta introducción tan belicosa, acorde con los tiempos corren, vamos a disfrutar en paz y armonía de todas las series que este mes han sido utilizadas como munición contra la competencia.
Como no podía ser de otra manera, el título que encabeza el mes es Los amos del aire (Apple TV+), final de la trilogía sobre la Segunda Guerra Mundial producida por Tom Hanks y Steven Spielberg. Iniciada hace ya 23 años con la magnífica Hermanos de sangre (HBO Max/Netflix), que mostraba el conflicto bélico desde el punto de vista del ejército de tierra, le siguió nueve años más tarde The Pacific (HBO Max/Netflix), que exploraba los escenarios navales. Y finalmente, este 2024 se ha cerrado el tríptico con una serie que, lógicamente por su título, se centra en las campañas aéreas que bombardeaban Alemania desde las bases norteamericanas instaladas en Inglaterra. Aunque la franquicia ha ido claramente de más a menos, esta tercera entrega sigue manteniendo su obsesión por el realismo, tanto en los detalles de vestuario y producción como en los personajes, jóvenes asustados que intenta tragarse el miedo para cumplir de la mejor forma con su trabajo y volver de una pieza a casa, desmitificando totalmente el papel del héroe recordándonos que, precisamente, las acciones heroicas las llevan a cabo esos soldados con miedo. Lo mejor de la serie, sin duda, son las recreaciones de las misiones aéreas de los bombarderos B-17, dignas de un documental real, tan crudas y detallistas que duelen, escenas tan bonitas como terribles. Los primeros capítulos es donde más tiempo se filma en el aire, y eso se nota, además están dirigidos por C.J. Fukunaga, director de la primera temporada de True Detective (HBOMax) que aquí vuelve a hacer un gran trabajo. Sin embargo, en cuanto la cámara toca suelo (trincheras, campos de concentración), la historia, valga la redundancia, cae también, pero en barrena, escaseando las tramas dramáticas y los personajes con suficiente calado.
Sin dejar la campiña inglesa, un director de solera como Guy Ritchie lleva el espíritu y el trasfondo de su película The Gentlemen: Los señores de la mafia (2019) a la pequeña pantalla. The Gentlemen (Netflix) es puro cine negro aristocrático-rural en vena. Se nota que es un producto muy personal del cineasta, ya que tiene todas sus señas de identidad: humor rocambolesco; personajes carismáticos, peculiares y pasados de vueltas; apuestas, engaños a dos y tres bandas, boxeo, gitanos y… violencia, mucha violencia, tanto contenida como sin contener… En definitiva, una oda a la violencia disfrutona como solo Ritchie puede hacer. Por poner algún pero, da la sensación de que el formato serie ha hecho que sea perezoso con la tijera, y hay tramas y personajes secundarios que aportan poco y escenas muy alargadas que podrían haberse recortado. Además, el propio Ritchie nos deja la miel en los labios dirigiendo únicamente los dos primeros episodios, supliendo las limitaciones presupuestarias con mucho ingenio, lo que hace que el resto de episodios se note un bajoncito en la dirección que deja ver, en ocasiones, las costuras de la serie.
Siguiendo con los lazos cinematográficos, puede que no recuerden la intrascendente película protagonizada por Brad Pitt y Angelina Jolie, Sr y Sra Smith (Doug Liman, 2005), en la que interpretaban a una pareja de espías que eran contratados para matarse el uno al otro. Por suerte, a la segunda va la vencida, y esta vez, el remake en formato serie funciona muy bien: Mr & Mrs Smith (Prime Video) deja en manos de Donald Glover darle una vuelta de tuerca a la película original manteniendo la acción pirotécnica y los enredos entre la vida marital y de espías de los protagonistas, pero dándole un toque de humor, un ritmo más ágil y centrando el foco más en la relación de pareja que en la acción pura y dura. Si a eso le sumamos un gran ramillete de cameos muy molones que salpican cada capítulo, nos queda una serie que mezcla acción, thriller y comedia romántica de forma muy inteligente que no debería pasar desapercibida.
La llama de los whodunit no se apaga y, como fan acérrimo de las historias de misterio que creció entre Hércules Poirot, Jessica Fletcher y Remington Steel, siempre bancaré este tipo de productos. En esta ocasión, Death and Other Details (Disney+) se aleja del estilo más entrañable de Solo asesinatos en el edificio (Disney+) y recuerda más a la película que volvió a poner el género en el candelero, Puñales por la espalda (Rian Johnson, 2019). Un crucero lleno de multimillonarios, un asesinato misterioso que con el paso del tiempo lleva a más muertes, un detective autodenominado como mejor detective del mundo y una joven aprendiz con un misterio por resolver pendiente desde que era muy pequeña. Coctel clásico donde nada es lo que parece y nadie es quién dice ser. Quizás los creadores enrevesan un poco de más el caso y en el último tramo se empieza a hacer cuesta arriba seguir tantos quiebros en la investigación. No obstante, el diablo está en los detalles y puede que, si se presta atención, aciertes con tu sospechoso. O no. Esa es la gracia de este tipo de obras.
Otro título muy esperado es la adaptación de la aclamada novela de ciencia ficción del escritor Liu Cixin: El problema de los 3 cuerpos, serie cuyas riendas Netflix ha entregado a David Benioff y D.B. Weiss, los conocidos (para bien o para mal) showrunners de Juego de tronos (HBO Max). El resultado, en esta ocasión, es algo confuso. No puede negarse que la serie es entretenida y tiene ese ingrediente secreto y ambivalente de Netflix que la convierte en un producto tan maratoneable como poco revisionable. Además, es intención de los creadores dejarnos in media res, como cuando al revelar una foto sale la mitad de una y la mitad de la siguiente, decisión tan ambiciosa como, desde luego, frustrante para el espectador. La serie comienza planteándonos un misterio con mucha intriga: científicos por todo el mundo suicidándose de formas muy aparatosas y dejando notas enigmáticas; aceleradores de partículas que empiezan a fallar dando datos aleatorios; y cascos de realidad virtual con una tecnología demasiado avanzada para nuestros tiempos. Mientras tanto, aparece el famoso problema de los tres cuerpos que da lugar al título y que, dado su interés y sus múltiples posibilidades, podría llevar de la mano una historia muy completa e interesante, pero que, sin embargo, es despachado rápidamente sustituido por un nuevo arco argumental que, además, queda incompleto. Una pena, porque la sensación general es de desaprovechamiento y apresuramiento. No obstante, seguiremos dándole una oportunidad a los futuros capítulos.
Para terminar como solemos con una comedia, este mes toca recomendar Soy extraordinaria (Disney+), la vuelta a ese mundo en el que todos reciben un superpoder al llegar a los 18 años menos nuestra protagonista, Jen, que con 25 todavía está buscando su sitio. En esta segunda temporada ella sigue sin darse por vencida e intenta conseguir su poder, aunque la mayor parte de sus energías van a ser consumidas por la vida en pareja con su nuevo novio, el hombre gato, Jizzlord. El humor macarra, zafio y, en ocasiones, políticamente incorrecto, sigue casando muy bien con los cientos de poderes chorras que se inventan los guionistas para cada personaje de la serie. En ocasiones muy loca pero igualmente divertida.
Poco más que añadir a un mes que se ha quedado bien apretado con tanta serie importante. Se ve que el año ya ha calentado motores y solo nos queda esperar más y mejores títulos para los meses venideros. Empezando por lo más inmediato: otra adaptación, en esta ocasión de la serie de los años ochenta, Shogun (CBS), que tiene revolucionada la plataforma de HBO Max. De esa y otras muchas hablaremos el próximo mes. ¡No os lo podéis perder!
