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U.D. Salamanca

En la comarca del Campo de Salamanca, junto al río Tormes, está la ciudad que alberga la universidad más antigua de España (permanece en activa desde que nació, en 1218, cuando el rey Alfonso IX de León decidió crear un centro de estudios y recibe el título de Universidad desde la proclamación de un edicto de Alfonso X el Sabio y una bula del papa Alejandro IV). La urbe, declarada Patrimonio de la Humanidad gracias a un patrimonio arquitectónico en el que destacan la Catedral Vieja y la Nueva, la Casa de las Conchas y la Plaza Mayor, está ligada a la historia a través de nombres como el de Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón, Fernando de Rojas, Francisco de Vitoria, Fray Luis de León o Miguel de Unamuno. Hasta el verano de 2013, Salamanca también contaba con un equipo de fútbol del que sus vecinos estuvieron orgullosos y que militó durante doce temporadas en la Primera División española. Esta es la historia del equipo unionista que, desgraciadamente para el mundo del balompié, desapareció.

La Unión Deportiva Salamanca (también conocida por los aficionados como la UDS o la Unión), fue fundada el 9 de febrero de 1923 bajo el nombre de Unión Deportiva Española y su estadio era el Campo del Calvario, situado en el Barrio de San Bernardo (cerca del cementerio salmantino). El acta de fundación se gestó y firmó en las mesas del Café Novelty, en la Plaza Mayor de Salamanca. El fundador y primer presidente fue Federico Anaya, el alcalde de la ciudad en aquellos años; sin embargo, la implicación de los regidores con los clubes de antaño, nada tiene que ver con la que tienen en la actualidad.

Durante el período histórico de la Segunda República, el club opta por cambiar el nombre a Club Deportivo Salamanca, aunque tal denominación duraría poco tiempo: el 15 de enero de 1932 (aún, por tanto, en periodo republicano) y con José Tejero Ruiz como presidente, el equipo pasa a llamarse finalmente Unión Deportiva Salamanca. Durante sus primeros años, el equipo jugaba los Campeonatos Regionales, pero en 1936 consiguió ascender a la Segunda División. El debut en la categoría tuvo que esperar debido a que el 18 de julio de 1936 dio comienzo la Guerra Civil Española, paralizando prácticamente durante tres años toda competición deportiva.

A mediados del siglo XX, la trayectoria del club estaba marcada por los continuos descensos a Tercera División. Fue en esta etapa en la que el entrenador Soler consiguió para el club dos Copas de España de Aficionados (en las temporadas 57-58 y 58-59). A finales de los 60, con Augusto Pimenta de Almeida como presidente, se decidieron vender la mayoría de los terrenos del antiguo estadio y construir uno más grande. Fue así como se decidieron comprar los terrenos de Prado Panaderos, en el término municipal de Villares de la Reina, para construir el Estadio Helmántico y también una serie de pistas anexas. El 8 de abril de 1970 el nuevo estadio fue inaugurado, aunque nuevamente el equipo no pudo mantener la categoría y descendió a Tercera división.

En 1972, todavía en la categoría de bronce, la entidad contrató a José Luis García Traid como entrenador. Con él en el banquillo, el equipo logró dos ascensos consecutivos, de forma que en la temporada 73-74 y bajo la presidencia de José Luis Paniagua, el equipo jugó por primera vez en su historia en la Primera División. Fue una época dorada para el conjunto charro: durante siete temporadas, el equipo consiguió permanecer en la élite del fútbol español e incluso, en algunas de esas campañas, rozó la clasificación para la competición europea. En Copa, el conjunto charro llegó a las semifinales en la temporada 76-77.

Poco después, la entidad perdió la categoría pero solo jugó en Segunda en la temporada 81-82. Rápidamente, el equipo volvió a ascender de la mano del técnico Manuel Villanova y con Francisco Ortiz de Urbina Díez como presidente. La década de los 80, estuvo marcada por la caída del equipo, tras dos descensos consecutivos, a la categoría de bronce nacional (ahora denominada Segunda B). Costó tres años volver a rozar la élite, pero en la década de los 90 la historia se volvió a repetir.

Fue entonces cuando se empezó a tramitar la conversión del club en una Sociedad Anónima Deportiva. El cambio se concretó el 25 de junio de 1992, cuando el presidente Juan José Hidalgo, hizo efectivo el pago de los 81 millones de pesetas que restaban para cubrir el capital exigido. Juan Manuel Lillo fue el encargado de llevar al equipo otra vez hasta la Primera división. Cogió al equipo en la Segunda División B y consiguió dos ascensos consecutivos; el último de ellos, en un partido histórico en el que la UDS remontó un 0-2 en contra, en el Helmántico y contra el Albacete, para finalmente superar la eliminatoria en el Carlos Belmonte con un contundente 0-5. Aquel día, las calles de la capital salmantina se llenaron de aficionados para celebrar el ansiado ascenso.

Posteriormente, durante varios años, la Unión se comportó como un equipo ascensor, acostumbrado a alternar entre la Primera y la Segunda División. En estas temporadas, el conjunto charro se ganó fama de matagigantes, tras golear y remontar de forma espectacular contra grandes equipos de la Liga en el Helmántico: venció por 4-3 al F.C. Barcelona de Rivaldo y compañía y 5-4 al Atlético de Madrid de Christian Vieri, pero llegó incluso a imponerse por 6-0 al Valencia y ganar en el Nou Camp por 1-4.

Sin embargo, el siglo XXI trajo de nuevo varios descensos. El club pasó 11 temporadas en Segunda y otras 3 en Segunda B, categoría en la que militaba cuando, en 2013, se confirmó su triste defunción.

Quedó entonces huérfana una afición que acogía a varios grupos y peñas de animación, sobre todo en la década de los 90, y que daban colorido y aliento a la UDS desde su ubicación tradicional en el estadio Helmántico, el Fondo Sur. El grupo ultra unionista más histórico fueron las Brigadas Charras, fundadas en 1993, y que como todas las peñas salmantinas gozó de sus mejores años en la década de los 90. Las Brigadas fueron uno de los grupos unionistas que más se involucró en el intento de salvación de la Unión Deportiva Salamanca de los últimos tiempos, pero su esfuerzo no fue suficiente.

Hay que señalar que, en los últimos años, también habían surgido otros grupos de animación como la peña Fondo Joven, que se situaba en una posición centrada dentro del Fondo Sur del Helmántico y, como las BBCC (siglas de las Brigadas Charras) intentaron hasta el final que la UDS siguiera compitiendo.

La desaparición de una entidad como la Unión Deportiva Salamanca fue una triste noticia para todo el fútbol en general y la Liga española en particular. Que uno de sus clubes históricos no pueda seguir adelante y sea sustituido por un engendro sin historia, sin tradición y sin el apoyo de los fieles seguidores de la Unión no ofrece ningún tipo de consuelo. Los seguidores charros siempre recordarán, desde los viejos tiempos del Campo del Calvario, hasta los más recientes del Helmántico, las andanzas del conjunto unionista defendiendo los colores de la capital salmantina:

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