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25 años del asesinato del juez Falcone – 24 de mayo de 2017

La mafia ha vuelto a matar en Palermo. Giuseppe Dainotti, de 67 años, andaba en bicicleta por el centro de la capital de Sicilia en la soleada mañana del lunes. Dos sicarios le dispararon a la cabeza y huyeron. La bici con cesto y dos alforjas quedó tan tirada y muerta como Peppino, al que un sobrino se acercó gritando desesperado. Dainotti había pasado la mitad de su vida en la cárcel por asesinar a un carabinero delante de su mujer y su hija. Llevaba libre cuatro años y era fiel a un mafioso arrepentido. Los indicios apuntan a la Cosa Nostra, la organización mafiosa que persiguió el juez Giovanni Falcone. La misma Cosa Nostra se lo hizo pagar un 23 de mayo de hace veinticinco años.

Al juez Falcone lo mataron reventando la autopista que comunica el aeropuerto de Sicilia con Palermo. También mataron a su mujer y a tres escoltas. Giovanni Falcone vivía protegido lejos de la tierra donde había nacido por su empeño en destruir a la Cosa Nostra, la mafia siciliana que decenas de políticos, periodistas, aldeanos, profesores y otros jueces habían jurado durante décadas que no existía. Que era un mito, como los monstruos. A Falcone lo asesinó la mafia con cuatrocientos kilos de TNT que consiguió colocar bajo el asfalto sin que, milagrosamente, nadie se diese cuenta. Dio la orden Totò Riina, gran capo de aquella Cosa Nostra que no existía pero mataba.

Falcone sí creía que existía y logró llevar a juicio cientos de criminales. El maxiproceso fue posible gracias a la investigación del propio Falcone y su colega Paolo Borsellino, asesinado un par de meses más tarde. Pero también por la confesión de Tommaso Buscetta, un mafioso arrepentido que dio detalles del robo, el asesinato, la corrupción y la extorsión de la mafia. Falcone y Borsellino promovieron los regímenes penitenciarios más duros y secuestraron los bienes de los mafiosi. Acababan los ochenta y la Guerra Fría, cuando una Italia de Manos Limpias competía con los restos de los años de plomo. Los jueces mártires dieron ejemplo, pero los terminó devorando el Leviatán.

La historia de la mafia es misterio y sospecha de que una parte del poder no puede vivir sin ella. «Lucky» Luciano fue enviado por Estados Unidos a Sicilia después de la Segunda Guerra Mundial y reconstruyó la Cosa Nostra, entre otras cosas, para frenar a los partisanos que amenazaban con crear una república socialista. Toto Riina, el asesino de Falcone, declaró ante el tribunal que era víctima de jueces comunistas. No le pudieron defender sus amigos políticos como el democristiano Giulio Andreotti, siete veces primer ministro. Cuando mataron a Falcone, era senador vitalicio. Andreotti murió en 2013 como prohombre de esa patria de monstruos fantásticos y cadáveres excelentes.


Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este tumblr.

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Víctor García Guerrero
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