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Música

Amar con las manos: «Eterna» de Gata Cattana

«Hay un amor que se extiende y se multiplica de valor incalculable, un amor que solo sabe hablar con las manos». Ese amor que más que amor es una verdad primitiva y se verbaliza reconociendo las bondades de tu hermano pequeño. Un amor que arropa a una generación a la que no le dejaron tenerlo todo, un amor que más que amor es un grito, banzai, puede que toque celebrar diez años más…

Hay una clase de amor de ojos verdes o azules rasgados que proviene de aquella parte de Andalucía tan rica culturalmente… Puede que la creatividad emerja de una tierra que parece seca y que es más rica de lo que algunos creen. Que se muestra al coger un papel y escribir sin complejos dando visibilidad a todo aquello que con los libros se ha construido.

También hay un amor contemplativo que se apoya en la barandilla de turno y se asoma a la terraza de un edificio para escuchar cómo algunos jóvenes improvisan con sus bases de rap mientras hablan de mitología y literatura, puede que se cuelen Pérez Galdós y algún que otro maullido.

Un amor, a modo de trueque, una poetisa y rapera comparte diferentes formas de sentir y de pensar. Muestra esa generosidad absoluta que supone hacer llegar al otro parte de lo que esconde el intelecto, sin alarde altruista impostado y sin bajarse de la atalaya, puesto que solo existe una única altura… Hay un lugar donde impera el respeto, donde al genio no se le permite ser un gilipollas por el mero hecho de ser genio o brillar más que los demás, dónde el genio es una genia porque no abandera el ego artístico ni sigue sus directrices. 

Hay un amor que invita a sentarse y escuchar… Hay amor y verdad en todo aquello que un día escribió Ana I. García, Gata Cattana.

Sorprende que algunos no conozcan a esta rapera que abrió el camino a otros artistas que hoy día ingresan varios ceros en sus cuentas. En el documental Eterna la pureza se cuela por todas las rendijas. Puede que la amistad con la artista les haya servido a sus directores y guionistas, Juanma Sayalonga y David Sainz, para mostrar una visión justa de su personalidad. En las películas documentales en ocasiones se peca de caer en las garras del docureality, centrarse demasiado en un hecho concreto o al contrario, contar más bien poco. Se agradece que Eterna realice el recorrido que debe de la artista desde sus inicios, viajando por Adamuz, Granada y Madrid. Dándole el protagonismo que merece a su familia, sus amigos y artistas que la recuerdan.

No solo trata su faceta como rapera, también de poetisa. En el documental Ana Isabel García recita textos significativos entre ellos Como aman los pobres o La escala de Mohs. Una se pregunta qué hubiera escrito Lorca con cincuenta años y con Gata Cattana ocurre lo mismo. Cómo puede alcanzarse ese grado de madurez y de saber hacer cuando ni siquiera había llegado a los treinta. 

Eterna aglutina los testimonios de todos aquellos que se sentaron a escuchar con la gratitud del que permanece al lado del fuego. Aquellos que valoraron lo que hoy día, sin duda alguna, es inmarcesible. 

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