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Arte y Letras

Un codiciado objeto de deseo: las Muñecas Malinas

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Las Muñecas Malinas, o Poupées de Malines, son unas pequeñas esculturas compuestas por figuras exentas de bulto redondo o medio. El término Malinas hace referencia a su lugar de procedencia, una pequeña y singular ciudad al norte de Flandes entre Bruselas y Amberes. Por sus calles aún se respira la tradición de las históricas ciudades belgas, estructurándose su urbanismo en torno a la Grote Markt o plaza mayor y, a su vez, esta se rodea de numerosas plazas que reciben el nombre de los mercados que antiguamente albergaban, como la plaza de la avena, del cuero, de la carne o del pescado, entre otras. Esta herencia nos ofrece una visión de la importancia comercial de la ciudad de Malinas a lo largo de su historia.

mapa-de-belgica-con-mechelen-malinasEl intenso trasvase comercial supuso un enriquecimiento cultural propiciado, además, por parte de sus gobernantes. Así pues, en 1473 Carlos el Temerario elige Malinas para fundar la Cámara Central de Cuentas y el Parlamento, dos importantes instituciones que fueron clausuradas tras su fallecimiento en 1477. Sin embargo, su viuda, Margarita de York, se traslada a Malinas y erige una corte de gran actividad cultural y científica, mira hacia Inglaterra, promueve la imprenta y se encarga de la educación de sus nietos Felipe (que más tarde sería conocido como el Hermoso) y Margarita. Asimismo, siguiendo la tradición instaurada por esta, la educación de los hijos de Felipe y su mujer Juana I, tras convertirse en Reina de Castilla, corren a cargo de Margarita de Austria, hermana de Felipe I. Margarita será una figura clave en el desarrollo mercantil y cultural de Malinas una vez nombrada gobernadora del Ducado de Borgoña y, años más tarde, de los Países Bajos.

Como resultado de la incorporación de los neerlandeses al Imperio Hispánico de los Habsburgo, se produjo un mayor desarrollo urbano con el incremento correspondiente del poder adquisitivo de las élites. Las rutas comerciales fueron muy intensas entre los Países Bajos y la Península Ibérica e incluso llegaron a extenderse a lugares tan distantes como las Islas Canarias, Filipinas y América. Asimismo, este peregrinar mercantil supuso el surgimiento y crecimiento alrededor de las rutas comerciales de un fenómeno nuevo, las ferias. Cabe destacar la de Medina del Campo, constando escritos que se refieren a ella como «un concurso inmenso de gentes de todos los países, donde se hablan multitud de idiomas, donde podía estudiarse lo mismo la indumentaria y las maneras y procederes del persa que del flamenco, del inglés que del italiano, del catalán o mallorquín o gallego; del rufián, del ladrón en cuadrilla y de los pordioseros; donde bajo el mismo golpe de vista podían apreciarse genios y caracteres tan distintos, modos de contratar tan opuestos, gentes de crédito verdadero y timadores con más o menos arte y fortuna, donde todo esto ocurría…».

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La producción de las Malinas

Eran numerosos y curiosos los productos que se importaban a la Península desde el norte de Europa. La aristocracia y la burguesía ya adquirían exóticos productos durante la Baja Edad Media y principios de la época Moderna, sin embargo, cabe destacar en la historia de Malinas el periodo comprendido entre 1504 y 1530 como el más floreciente, en lo que a producción artística y cultural se refiere. Durante estos años, la ciudad fue sede de la corte del llamado Estado de Borgoña.

besloten-hofiesA nivel local, se fomentó e impulsó la creación de numerosos talleres artísticos, debido a la demanda de imágenes de madera devocionales y de pequeño formato que la burguesía local o foránea adquiría con el fin de incluirlas en su colección particular u oratorio privado. El clero levantaba pequeños escaparates denominados besloten hofies, término que se puede traducir como hortus conclusus, que albergaban una o varias imágenes rodeadas por flores de tela, pájaros, cerámicas y diversos elementos y materiales. Además, era habitual colocar una teca en la parte posterior para guardar alguna reliquia, en caso de poseerla.

La producción de Muñecas Malinas entre 1504 y 1530 fue numerosa, e incluso podríamos hablar de fabricación en serie. Sin embargo, actualmente, a la hora de analizar el interés artístico y en el mercado de una Muñeca Malina, se tienen en cuenta diversos factores como la calidad, su estado de conservación, las marcas y las características formales e iconográficas que configuran la pieza.

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Características formales de las Muñecas Malinas

Como decíamos al principio, las Muñecas Malinas son pequeñas esculturas compuestas por figuras exentas de bulto redondo o medio. Sin embargo, aunque su denominación haga referencia al género femenino, esto no se corresponde con la realidad porque no solo se elaboraron figuras femeninas sino también masculinas, muy codiciadas en el mercado del arte por su limitada producción, al igual que los grupos de figuras. Para su realización se utiliza madera de tilo, aunque no es extraño encontrarse con otras como el peral, pino, roble o nogal.  Su tamaño no superaba los veinte o cuarenta centímetros de altura, lo que les confería un carácter de transportabilidad, favoreciendo el factor devocional y mercantil. Por otro lado, cabe destacar la policromía de la madera, para la cual se aplicaban varias capas de estuco, después el bol y por último el oro, que se esgrafiaba y estofaba, del mismo modo que se policromaban las esculturas en España.

La mayor peculiaridad de las Muñecas Malinas radica en el tratamiento formal de las mismas: rostros muy redondeados, de frente especialmente curvada y despejada, ojos pequeños y almendrados con cejas finas, perfiladas y curvadas, mejillas redondeadas, nariz y boca pequeñas, esta última muy fina y que esboza una ligera sonrisa. La figura femenina, en particular, aparece portando en su cabeza el balzo, una especie de tocado redondeado.

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Iconografía e iconología

En cuanto a los modelos iconográficos de las Muñecas Malinas, son muy variados: la Virgen con el Niño en brazos es uno de los más repetidos en los talleres malinenses durante la Baja Edad Media y principios de la Moderna. En general, los artistas aplican las características formales de las muñecas malinas a ambos personajes, solo que a la Virgen se la dota de largos cabellos ondulados, una túnica, el balzo con detalles de pedrería, y, a veces, sobresalen zapatos puntiagudos por debajo de la vestimenta. Generalmente, la Virgen sostiene al Niño Jesús sobre su brazo derecho.

martin-schongauer-salvator-mundiLas estatuillas de Malinas que representan la figura del Niño como Salvator Mundi son algunos de los ejemplares más antiguos de este tipo escultórico en Europa, pues fue introducido como tal en 1480 a través de un grabado de Martin Schongauer. Se identifican porque con su mano derecha bendice y con la izquierda sostiene el orbe celeste. Otros atributos que suele portar el Niño son una pera o racimo de uvas como símbolo del vino que se consagra en la misa, una manzana en referencia a la caída del hombre, o un libro aludiendo a la llegada de Mesías.

Dentro del repertorio hagiográfico, cabe destacar el interés de los talleres malinenses por la figura de Santa Bárbara. Su historia se remonta al siglo III, cuando era una joven doncella de Nicomedia que fue encerrada en una torre por su padre Dióscoro, para que renunciara a su fe cristiana. En ausencia de su padre fue bautizada y ordenó construir una tercera ventana en la torre donde estaba encarcelada, simbolizando pues, la Santísima Trinidad. Cuando el padre regresó de sus viajes, Santa Bárbara se negó a casarse con quien le ordenaba su progenitor y declaró su amor a Cristo. Como castigo la martirizó y la llevó ante el juez, que ordenó su decapitación. Fue su propio padre, Dióscoro, quien la llevó a lo alto de una montaña y la degolló. En ese instante le cayó un rayo sobre él y, así, la hora de la muerte le llegó a él también.

Los atributos que identifican a Santa Bárbara en sus representaciones son la palma del martirio, el libro, la espada y la torre. Otras santas que suelen ser representadas dentro del repertorio de las muñecas malinas son Santa Catalina de Alejandría, Santa Úrsula y Santa Margarita.

adoracion-de-los-magos-en-el-victoria-and-albert-museumPor otro lado, los artífices de los talleres malineses no se olvidan de la figura masculina: es menos habitual, pero tenemos constancia de la representación de algunas imágenes de San Pedro Apóstol, San Sebastián, San Agustín, San Cristóbal o San Roque. Iconográficamente, cabe destacar la representación de San Sebastián en las muñecas malinas porque, hasta finales del siglo XV, este se representaba como un hombre barbado de avanzada edad, sin embargo, a principios del siglo XVI, observamos representaciones del instante de su martirio, cuando aparece como hombre joven desnudo, atado a un árbol y aseteado. Asimismo, la representación de los grupos escultóricos es aún más escasa y muy codiciada en el mercado del arte, destacando las escenas de la Piedad, Triple Ana o la Anunciación.

Como en toda escultura que se precie, las marcas son parte fundamental a la hora de identificar la pieza. Las Muñecas Malinas las tienen siempre visibles y no son otras que el escudo de armas de la ciudad de Malinas, tres palas dentro del escudo, representadas como tres barras verticales que garantizaban la calidad de la madera y se marcaban en el reverso de la estatuilla, o por detrás en las esculturas de medio bulto, y muchas veces eran ocultadas por las capas de policromía, y la inicial del nombre de la ciudad, la letra M, visible también en el anverso de la pieza, que aseguraba la calidad de los materiales utilizados en la producción de la misma. Sin embargo, no hay marcas de los artistas y solamente, de manera excepcional, se han identificado algunas marcas de los policromadores.

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Las malinas en el mercado del arte

Toda la historia del surgimiento de las Muñecas Malinas, sus características formales e iconográficas, así como lo que supusieron a nivel social y religioso hacen que, a día de hoy, sean un bien codiciado en el mercado del arte por muchos coleccionistas nacionales e internacionales. Sin embargo, esto no fue siempre así: en la década de los años 90 del siglo XX, no resultaba difícil encontrar una talla de Muñecas Malinas en las distintas casas de subasta por su carácter seriado. No obstante, sí era más difícil encontrar una talla bien conservada, con sus marcas o, incluso, una masculina o grupal. Además, dentro de este mercado, en los años noventa, había un carácter elitista, porque pocos coleccionistas conocían a la perfección lo que era una Muñeca Malina, por lo que generalmente se clasificaba por los coleccionistas menos entendidos como una talla más devocional.

santa-ana-con-el-nino-en-el-victoria-and-albert-museumAsimismo, dentro del mercado del arte de las Muñecas Malinas, establecemos un valor medio de cinco mil euros para aquellas que no atienden a ninguna característica especial formal, iconográfica, en su policromía o de marcas, aunque si responden al carácter seriado de las mismas. En cambio, aquellas que llegan a las casas de subasta o anticuarios para su posible venta pública o privada y que garantizan una calidad, rareza y autenticidad, pueden llegar a alcanzar cifras astronómicas, como ocurre con las piezas masculinas o grupales.

De ahora en adelante observaremos en las casas de subasta las posibles tallas malinas que puedan aparecer, sin embargo, será muy extraño e incluso imposible lograr una Muñeca Malina de calidad extrema porque, quienes la tienen bajo su amparo, no se desprenderán tan fácilmente de ese bien codiciado por los coleccionistas de arte y antigüedades. En caso de que así fuera, el espectáculo estará servido el día de la subasta.

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