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Personas basurero en Siria – 1 de febrero

En Tal Baydar, en el nordeste de Siria, casi la única comida disponible es la del vertedero. Es un basurero militar, donde los soldados de Estados Unidos descargan sus sobras. Amer, de quince años, mordisquea unos huesos de alitas de pollo. Hay restos de MREs, las raciones de comida del ejército estadounidense: trozos de albóndigas, algo que fueron espaguetis. El joven Amer come basura y separa el plástico. Le dan un euro al día en un centro de reciclaje, el chatarrero del siglo XXI. Un dron zepelín vigila desde el cielo a las personas basurero.

Los periodistas Lina Shaikhouni y Gabriel Chaim retratan la escena para la BBC. En el nordeste de Siria, las milicias kurdas se levantaron contra el DAESH y Estados Unidos las ayudó desde bases como la de Tal Baydar. La guerra contra el ISIS terminó hace tiempo. En la costa se han quedado los rusos invitados por Damasco, y los estadounidenses, sin convite, junto a los pozos petrolíferos. La empresa Delta Crescent explota algunos: entre sus accionistas hay un antiguo embajador y un exsoldado de operaciones especiales. El dinero es cemento de las armas y las letras.

Estados Unidos ha llegado a tener diez bases militares en Siria. El despliegue carece de mandato de la ONU. Donald Trump pretendía sacar a sus soldados: en Siria solo hay «arena y muerte», decía el expresidente, hasta que el oro negro le hizo cambiar de opinión. Hoy el Pentágono mantiene entre 400 y 1000 militares en un país roto sin autorización del gobierno local ni enemigo a batir: la reverencia a la soberanía y la independencia de las naciones no se aplica a Siria, como si el desierto diese visa para el saqueo.

«Deberían ayudarnos más», reclama el joven Amer en el basurero militar. EEUU entrega miles de millones en armas y ayudas a Ucrania, recuerda el fotógrafo Chaim, mientras deja que los niños que tiene junto a sus bases sirias se alimenten de restos. En Ucrania, los combates también dejan un rastro residual. Las trincheras están rodeadas de plásticos, papeles, botellas y heces. «Madre y padre de todas las cosas», decía Heráclito acerca de la guerra, quizá también pensando en la basura, lo que sobra y se barre, incluidas las personas arrojadas al vertedero.


Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3.

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Víctor García Guerrero
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