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Black Crow 1 – El tesoro maldito: Jean-Yves Delitte recupera la Aventura

El título de este artículo no es un error tipográfico, es solamente la constatación del hecho de que en este primer tomo de Black Crow su autor reivindica la Aventura con A mayúscula, aquella que a día de hoy parece haber abandonado nuestro universo cultural. Lejos de consolarse escribiendo un mero cómic histórico, algo que por sí mismo hubiese podido resultar totalmente satisfactorio, el belga decide sorprendernos a todos al demostrar que sus referencias más claras se encuentran más bien a finales del siglo XIX y principios del XX, en los folletines que tanto triunfaron en Francia y las novelas en inglés que llevaron el subgénero de la aventura africana a su plenitud.

Vivimos en un momento bastante oscuro para el género de aventuras: las novelas de aventuras se han metamorfoseado en meros thrillers tecnológicos, las películas suelen ser demasiado conscientes de su condición de artificio y oscilar entre la distancia irónica o la comedia… Exceptuando el trabajo realizado en el mundo del videojuego, donde todavía uno puede encontrar civilizaciones perdidas y auténticas referencias aventureras en títulos de primer nivel (sirvan como apuntes las sagas de Tomb Raider o Uncharted, incluso ejemplos como el Far Cry 3), nuestro mundo se ha ido haciendo cada vez más pequeño y expulsando de su horizonte a los verdaderos aventureros del pasado.

Ilustracion Black Crow

La excusa de la historicidad

Jean-Yves Delitte es uno de esos autores inclasificables que solamente pueden aparecer en el mundo del cómic europeo. Que el pintor oficial de la marina belga y miembro titular de la Real Academia de las Artes y las Ciencias del Mar acabe convertido en un autor de cómic responde a una consideración del medio mucho más avanzada de la que podamos tener por estas latitudes. Luego nos extrañará la pujanza del mercado francobelga frente al nuestro, cuando allí son capaces de convertir a la causa a representantes de cualquier estamento artístico, sin que eso les conlleve ningún tipo de minusvaloración.

Pagina Black Crow francesTeniendo en cuenta lo anterior no es sorprendente que los barcos y las escenas marítimas de Delitte estén entre aquellas más impresionantes que se puedan ver en la historia del cómic, tal y como suena. Su dominio de la perspectiva de las naves, su absoluta maestría en la representación de cada detalle y su trabajo sobre los paisajes de alta mar son valores más que suficientes para que merezca la pena acercarse a cualquiera de sus trabajos. No es de extrañar que ahora mismo esté trabajando más allá de los Pirineos en una serie de cómics históricos sobre grandes batallas marítimas: el público y él mismo saben dónde está su mayor valor.

Pero Delitte es algo más que un gran dibujante, tendiendo desde sus principios a trabajar con guiones propios. Su labor como guionista, sin embargo, es fácilmente olvidable frente a su fastuoso talento para la ilustración. Debido tal vez a los prejuicios causados por sus otras actividades se ha especializado en el mundo del cómic histórico, uno de los géneros más transitados por el llamado cómic europeo y en el que más obras notables nos podemos encontrar. En cambio, destaca por incluir siempre en sus obras un aspecto más novelesco y rocambolesco que el de otros autores más plenamente históricos.

La sangre de los cobardesPara Delitte la historia es una excusa; la historicidad, un vestido que poner sobre una narración que no deja de responder a géneros diferentes. Ya le ocurría en la también recientemente editada La sangre de los cobardes. Entonces aprovechaba para contarnos la caza de un asesino en la Inglaterra del siglo XVII con el fondo de las actividades de la Compañía de las Indias Orientales, para poder dedicar alguna escena a sus queridas representaciones marítimas. Al final nos encontrábamos con una obra híbrida, donde las aventuras en las lejanas latitudes de Batavia se daban la mano con la conseguida ambientación histórica y una historia casi policiaca, que terminaban cuajando en un relato de venganza.

En Black Crow sucede algo parecido, pero a mayor escala. Desde luego, puede ayudar a esa idea el que este primer volumen ya contenga tres álbumes frente a los dos que formaban parte del ciclo de La sangre de los cobardes. De hecho, el primer álbum de El tesoro maldito, titulado La colina sangrienta, es una obra histórica de pleno derecho que muestra ya los temas que después se destilarán en la posterior La sangre de los cobardes. La venganza, los psicópatas y el peso del pasado están presentes en una obra muy recomendable pero que no nos acaba de preparar para lo que se nos avecina.

Detalle Black Crow 3

África, la patria de la aventura

Los dos álbumes restantes del tomo, llamados El tesoro maldito y El árbol del holandés, dan un giro más a la historia de este Black Crow. Mestizo de inglés e india cuya familia murió en el ataque conjunto de unos franceses junto con iroqueses, este veterano marino de osadas ideas y afortunados desenlaces se convierte de manera progresiva en un nuevo Tarzán con el que viajar a las profundidades del África Negra, con el que subir el río Congo cuando aún se llamaba Zaire y buscar antiguas civilizaciones.

Pagina Black Crow 3 en frances 2La aventura nació en gran parte para el mundo moderno en África. Allí el ya mencionado Tarzán se crío entre los grandes simios y vivió todo tipo de peripecias, allí Allan Quatermain encontró las minas del Rey Salomón y entre sus junglas Solomon Kane se enfrentó a peligros sin igual. Únicamente en el continente negro puede un personaje convertirse en un auténtico héroe de aventuras y, si sus primeras peripecias recordaban a las narraciones de un Thomas Mayne Reid, ahora entramos de lleno en el mundo de H. Rider Haggard o Edgar Rice Burroughs.

Las civilizaciones perdidas de África siempre han atraído a los autores de cualquier latitud para tratar de formular nuevas ideas y sorprendernos. Tal vez en este caso Delitte tire un poco por la calle del medio y nos recuerde en exceso a ejemplos como los de Tarzán y la ciudad del oro en su idea final, aunque también existe la posibilidad de que todo sea un gran homenaje y que estemos leyendo el texto de manera errónea. Si esto es así, todo es aún más maravilloso gracias a que Delitte sabe, tan bien como sus predecesores, que es necesario que los nuevos mundos sigan siendo una leyenda cuando se cierra la última página; que la aventura, para que funcione, no debe ser explicada en exceso.

No vamos a extendernos en demasía aquí sobre la trama que lleva a nuestro protagonista a su destino, con las conspiraciones holandesas ni los villanos que adornan la trama. El ciclo de El tesoro maldito se lee mucho mejor con la mente abierta y pocos prejuicios, dejando que la trama nos sorprenda y nos guíe en todo momento. Solamente faltaría que nos dieran sus páginas en entregas semanales para poder sentir que volvemos al pasado, al momento en el que la aventura todavía existía.

Fondo pantalla Black Crow

Las promesas del futuro con respecto al pasado

Técnicamente Black Crow no está cerrada en Francia, a pesar de que su autor parezca estar ahora más centrado en el ciclo de La sangre de los cobardes y sus trabajos para Glénat ilustrando batallas marítimas. Es una suerte para nosotros saber además que todavía quedan otros tres álbumes por publicar en España, seguramente en un formato tan cómodo como este primer integral que nos ha ofrecido Yermo Ediciones. Y lo es porque nunca hay suficientes cómics de aventuras para alimentar el espíritu de los lectores.

Portada Black Crow Volumen 1En un momento en el que las narrativas han perdido gran parte de su frescura, para acabar convertidas en demasiadas ocasiones en una sucesión de lugares comunes actuales, es sano que alguien vuelva la vista atrás y quiera recuperar la esencia y la pureza del mero disfrute de las hazañas de un héroe. Cuando ese alguien es, además, un soberbio dibujante, solamente podemos alegrarnos del suceso. Seguramente Delitte no haga escuela de su recuperación del género clásico de aventuras y tengamos que seguir considerando obras como esta Black Crow un oasis en el desierto, pero mientras sigamos teniendo nuestra dosis de manera regular podremos beber de sus aventuras y sentirnos saciados, aunque sea hasta la siguiente entrega.

Ismael Rodríguez Gómez
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