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Lo que deja ver el agua – 14 de junio

La presa de Nova Kajovka se ha abierto y millones de metros cúbicos de agua anegan las riberas del río Dniéper hasta el mar Negro. La guerra de Ucrania escala sobre las aguas. Kiev acusa a Moscú, que acusa a Kiev: cui prodest es una pregunta de respuestas múltiples en la niebla de la guerra. La única certeza es que volar una presa es un crimen. Los convenios de Ginebra dicen que no se pueden destruir infraestructuras que contengan fuerzas peligrosas, como las centrales nucleares o los diques: el agua es la vida y su contrario, como sabe el ahogado. Ucrania, el país de los ríos, vive y muere por ellos.

La rotura de aguas en Ucrania afecta a los militares, pero sobre todo a los agricultores y sus aperos. No se cosecha nada en el barro, que sin embargo es un buen conservante. En el lecho del gran embalse vaciado en Nova Kajovka están apareciendo restos de la Segunda Guerra Mundial. Cascos, calaveras: calaveras dentro de los cascos. Son de alemanes que participaron en la que se llamó batalla del Dniéper, cuando el ejército rojo se lanzó sobre el río para tratar de tomar Nikopol. Murieron hasta 60.000 soviéticos y 20.000 alemanes. Hoy la guerra del siglo XXI aviva los fantasmas de 1943.

Los tanques alemanes donados a Ucrania recorren las estepas con cruces blancas en el blindaje. La Balkencreuz se empezó a pintar en la maquinaria bélica germana de la Primera Guerra Mundial, y luego fue emblema de la Wehrmacht. The New York Times se preocupa estos días porque los símbolos nazis que usan algunos soldados ucranianos pueden servir de combustible a la propaganda rusa. Está sirviendo. En las filas rusas también hay militares que usan parafernalia soviética: banderas y estrellas rojas, hoces y martillos. Los ecos de la Historia riman con el presente en busca de verdad o, sencillamente, algo de sentido.

El agua empujó a la humanidad hacia sí misma. «Todo está lleno de dioses», dijo Tales en Mileto y así acabó con todos ellos: si todo era divino, los dioses quedaban condenados a la irrelevancia. Todos humanos e iguales. En Mileto, niñas y niños iban juntos a las escuelas públicas. En ese sistema estudió Aspasia y con la palabra y su belleza conquistó a Pericles. Pero de Aspasia hay todavía menos información que de los presocráticos, porque sobre las mujeres de la antigüedad se levantó un dique milenario de ignorancia y mentiras. Mileto, matemática y cuadriculada, murió cuando se secó su puerto.


Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3.

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Víctor García Guerrero
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