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Medios, espías, poder y la nueva Guerra Fría – 15 de noviembre de 2017

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El mayor medio público ruso con presencia en Estados Unidos ya no es un medio de comunicación. Ahora es un «agente extranjero», por decisión del gobierno Trump. Ser «agente extranjero» supone para Russia Today, por ejemplo, que ahora debe dejar claras las actividades y finanzas del canal. Y facilitar todos los datos de sus trabajadores, sean rusos o no. RT considera esto una «caza de brujas» pero ha aceptado registrarse como tal agente. No hacerlo suponía un riesgo inmediato de prohibición de emisiones. Y otro colateral: la consideración de sus actividades como espionaje. Y sus periodistas, espías. La nueva Guerra Fría también era y es catódica.

La ley para considerar que un medio o una persona es un «agente extranjero» se creó en 1938 para combatir la propaganda nazi en Estados Unidos. Washington la ha utilizado contra entidades pro-republicanas irlandesas o para meter en la cárcel a cinco cubanos que buscaban terroristas anti-castristas en Florida. También contra la agencia TASS, o el periódico Pravda, propiedad en el siglo XX de la Unión Soviética. Russia Today es el medio público internacional del Kremlin actual, y se le aplica la misma receta. Washington alega que no está claro quién manda. Si los directivos que aparecen en su web, o Putin cuando no está ocupado destruyendo la unidad de España.

La otra gran sombra de sospecha es que los rusos «desinforman». Que publican fake news, noticias falsas. Bulos para alentar la destrucción de Occidente. Eso mismo se empieza a decir en la Unión Europea, alentada por los países bálticos y ahora, también, España, para vitaminar el pequeño servicio comunitario que vigila las supuestas actividades sediciosas rusas en medios y redes. Un diario global en español lleva semanas entretenido con el asunto y como premio alguien le ha proporcionado fotos de independentistas catalanes saliendo de la residencia forzada de Assange en Londres. El amor a la verdad no fue suficiente para publicar de quién eran las fotos.

El periodismo siempre ha sido un arma de poder. Y dinero. Los primeros corresponsales fueron enviados a los puertos donde llegaban las riquezas de las colonias. Así los lectores podían estar informados de qué acciones de qué empresa comprar. Por eso no es casualidad que la revista más famosa del mundo se llame The Economist. Claro que no sólo se dedica a las finanzas. Tampoco lo hacen The Wall Street Journal o el Financial Times. La política también es una extensión de la economía. El capital, dicen, no tiene patria, aunque sigue contándose en dólares americanos y no euros, rublos o yuanes. Respetar esa divisa y sus tentáculos, no desafiar su poder, distingue al periodista fiel del agente confidencial.


Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este tumblr.

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