Seriéfilo: septiembre de 2024
Tras un verano intenso, comenzamos una nueva temporada con perfil bajo, recuperándonos todavía de la resaca veraniega y viendo por el rabillo del ojo el tsunami de series preparado para estrellarse contra nuestro rompeolas seriéfilo el próximo mes. Títulos como Slow Horses (AppleTV), El Señor de los anillos: Los anillos de poder (Prime Video), Tulsa King (SkyShowtime) o El Pingüino (Max) crecen como ola furiosa durante el mes de septiembre,; sin embargo, no podremos medir su impacto hasta dentro de unos meses así que, de momento… vamos a tomarnos un día de asueto para comentar de chill algunos nombres que, aunque pasan por debajo del radar de las superproducciones, son dignos representantes del comienzo del curso catódico. Estoy seguro de que provocarán alguna que otra sorpresa.
Nada mejor para comenzar a relajarnos que volver la vista hacia la mitología griega. Kaos (Netflix) actualiza los registros clásicos de Zeus, Hera, Hades y demás personajes tragicómicos encadenados a su fatalidad, para contar un conato de rebelión contra el yugo del Olimpo perpetrado de forma muy sibilina por Prometeo. Lo que comienza siendo una puesta en escena despreocupada y juguetona, unida inexorablemente al Deus Ex Machina presente en la mayoría de obras griegas, va cogiendo carrerilla hasta convertirse en una entretenida historia de venganza con muchos personajes implicados e interconectados. Las comparaciones son odiosas y, aunque a nivel visual se encuentra a años luz de la excesiva y malograda American Gods (Prime Video), esa estética más pachanguera y despreocupada se amolda a la historia y ayuda a mantener un ritmo de narración adecuado, mientras que la serie de Amazon, a pesar de su grandilocuencia (o quizás debido a ella), solo era capaz de avanzar a trompicones.
Avanzamos de puntillas por la historia y pasamos de la mitología griega al Imperio romano, género no muy visitado por el mundillo seriéfilo y que vivió sus últimos momentos de esplendor hace más de diez años cuando series como Roma (Max/Movistar) o Spartacus (MGM+) estaban en boca de todos. Those about to die (Prime Video) tiene el aliciente de contar con el director de cine Roland Emmerich dirigiendo los tres primeros y los dos últimos capítulos de la serie. El resultado es ambivalente, pues todo lo que tiene que ver con las carreras de cuádrigas y los combates de gladiadores funciona a las mil maravillas. A pesar de ello, todo lo que le rodea parece cartón piedra y, aunque la serie entretiene, cuando se sale del ambiente de los juegos, ese tufillo acartonado siempre está presente, dando la sensación de dejadez o bajo presupuesto. Sea como fuere, esta dicotomía resta brillo a una serie que podría haber apuntado más alto.
Una serie angustiosamente bella que debe ser disfrutada en pequeños tragos es Ripley (Netflix). La adaptación de la novela El talento de Mr. Ripley (Patricia Highsmith, 1955) se desmarca totalmente de la versión previa que se hizo para la gran pantalla, acertando de pleno con este nuevo enfoque. La fotografía en blanco y negro nos deleita con obras de arte en cada fotograma, que contrastan con la frialdad y crudeza de la violencia que se desata de manera fortuita y puntual. La amoralidad de Ripley, interpretado por un Andrew Scott soberbio, fascina y repulsa a partes iguales, siendo capaz de despertar sentimientos encontrados en todo momento frente a un personaje demasiado complejo y trastornado para poder intuir lo que va a hacer en cada momento. Una obra maestra que nos dejará exhaustos en cada episodio.
Igual que en su momento la primera temporada de Entrevista con el vampiro (AMC+) me dejó bastante frío (tanto que acabó entre mis decepciones de 2022), he de reconocer que esta segunda temporada ha mejorado de forma exponencial. El periplo de Louie y Claudia por Europa, buscando más seres como ellos y su estancia en París con todos los personajes del Teatro de los Vampiros, logra por fin transmitir el magnetismo de la sociedad vampírica, siempre con la sombra alargada de Lestat acechando cual espada de Damocles. Puede que sea lo mejor que le haya pasado a la serie: que el personaje más carismático e imponente de las crónicas vampíricas aparezca a cuentagotas, permaneciendo siempre presente y siendo el centro sobre el que pivota toda la trama y la relación de los personajes. Liberados de la presencia de Lestat, podemos centrarnos en otros personajes como Armand o Santiago, que abren la puerta a un mundo de tinieblas casi infinito, al dejar pinceladas de vivencias con otros vampiros sucedidas cientos de años antes y, sobre todo, al presentar unas leyes y un orden que todo vampiro debe cumplir y obedecer. Maravillosa temporada que limpia todos los pecados pasados de la serie y recupera el espíritu seductor, pero a la vez depravado, de los libros.
Presunto inocente (AppleTV) es el típico thriller de abogados que no sonará a nada nuevo. De hecho, adapta la novela homónima de 1987 que a su vez se adaptó al cine con el mismo nombre en 1990. Eran años en los que este tipo de películas estaban muy de moda con múltiples adaptaciones de las novelas de John Grisham como La tapadera (Sydney Pollack, 1993) o El informe pelícano (también de Alan J. Pakula, 1993). Anulado el factor novedad, lo que hace destacar a la serie es que todos los elementos están muy pulidos: los giros de guion, las interpretaciones, las puestas en escena… convence en todos sus apartados, dejando un buen sabor de boca al ofrecer un plato clásico muy bien cocinado. La historia es conocida: el asesinato de una fiscal del distrito que se vuelve más mediático todavía cuando el principal sospechoso pasa a ser un compañero de la fiscalía que, en principio, era el encargado de investigar la muerte de la compañera. A partir de aquí, cada capítulo nos sorprende con giros de guion constantes que van destapando múltiples secretos, llevándonos a dudar hasta el último minuto de la inocencia o culpabilidad del fiscal. Serie de corte clásico que no defrauda.
Jed Mercurio, creador de una de mis series policiacas fetiche como es Line of Duty (Netflix), vuelve a sus orígenes y firma una miniserie muy interesante que cuenta los primeros días del COVID en los hospitales ingleses. Breathtaking (FILMIN) es un homenaje a todo el personal sanitario que trabajó sin descanso y arriesgó sus vidas ante una epidemia desconocida, sin medios suficientes y con una administración desbordada e inoperante que entorpecía aún más con sus protocolos. A lo largo de tres capítulos, la serie nos muestra el desconcierto inicial, la angustia con el incremento exponencial de los contagios, la pérdida de compañeros sanitarios contagiados por el virus, el desazón cuando no se permitía a los familiares despedirse de sus seres queridos, el agotamiento de horas interminables atendiendo enfermos y la rabia de ver y escuchar los bulos que corrían por las redes desinformando a la gente mientras las personas morían en los hospitales.
Y, para acabar y siguiendo una costumbre habitual de la casa, otra miniserie inglesa: la magnífica e impactante Douglas is Cancelled (Movistar+/SkyShowtime), comienza como una comedia sobre los intentos para que no se cancele a un conocido presentador de televisión por un comentario supuestamente misógino que él no recuerda haber hecho, pero que siembra dudas al filtrarse en las redes. Lo que comienza siendo un chascarrillo sobre cómo un tuit puede arruinar la carrera profesional de un tipo afable, quizás algo chapado a la antigua por su edad, pero periodista honesto, se va deshilachando hacia terrenos más pantanosos y acaba siendo una crítica brutal y certera al machismo más hondo, el de aquellos supuestos hombres buenos que no hacen nada y que es lo único que hace falta para que el mal triunfe.
No tenemos tiempo para más, porque a pesar de ser un mes de transición ya estamos cargaditos de buenas series para saborear lentamente, sin prisas. Aprovechen para recargar pilas, porque el próximo mes vuelve el ajetreo y el estrés del nuevo curso. ¡Vayan preparándose!