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El millonario, el príncipe y un virus espía – 29 de enero

El hombre más rico del mundo ha sido espiado con un vídeo de whatsapp. Jeff Bezos, dueño de Amazon, lo recibió de Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. Eran colegas. Hablaban de mujeres. Bezos iba mal con su esposa. Bin Salman le mandaba gracietas. En una de ellas iba escondido un virus que robó datos del móvil de Bezos. Infidelidades. Los saudíes usaron los chismes para atacar al también dueño del The Washington Post cuando el diario les criticó por el asesinato de Khashoggi, periodista descuartizado por los esbirros del príncipe. La extorsión falló, pero Bezos ya sabe que tiene un enemigo en el reino de los cielos.
Arabia Saudí califica de ridícula y absurda una trama que denuncia la mismísima ONU. Habla por boca del ministro de Asuntos Exteriores, porque el príncipe heredero se guarda para ocasiones señaladas. La casa real saudí procura un aura distante a lo realeza francesa, que en paz descanse. Se supone que conocen la historia y por eso practican ellos mismos la guillotina preventiva. Los verdugos saudíes matan a ciento cincuenta personas al año. El pasado, degollaron en un solo día a treinta y siete personas, y a una de ellas la crucificaron. De eso tampoco hay voces ni vídeos. El miedo, ya lo sabía Fritz Lang, es más terrorífico cuando no se ve.
Los buenos virus informáticos solo aparecen en la pantalla del espía. El virus Pegasus que le enviaron a Bezos es de la empresa NSO. Tiene la sede en Israel, cerca del mar y de muchas embajadas. La compañía necesita autorización gubernamental para exportarlo. Como si fuese un arma de guerra. El software malicioso ha aparecido en los móviles de activistas de derechos humanos y en los de los investigadores independientes de los cuarenta y tres asesinatos de Iguala, México. Lo había comprado el propio gobierno mexicano, vía Tel Aviv. Pegasus es un virus que viaja en aviones de Estado.
El sueño de Bezos es ser el dueño del ferrocarril del siglo XXI: quiere las vías del dinero y de las ideas. A eso se dedica Amazon Web Services, la nube de Amazon. Sus servidores están en lugares discretos de Estados Unidos, protegidos de virus y objetivos indiscretos. Solo los necios y los propagandistas dicen que el capital no tiene patria, advertía el filósofo preglobalización. Los bancos británicos enviaron espías a París durante la Revolución. Conspiraban en tabernas y prisiones para evitar que al capital le cortasen la cabeza. Con el dinero salvado, robado, financiaron los trenes del imperio.

Notas de Extramuros es una columna informativa de Siglo 21, en Radio 3. Puedes escucharla en el siguiente audio y acceder al programa pulsando aquí. También puedes revisar todas las Notas de Extramuros en este Tumblr.

 

 

 

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