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El Zaragoza campeón de la Recopa en 1995

La zona de Zaragoza comenzó a ser poblada allá por el siglo VII a.C, aunque se tiene constancia de algunos restos encontrados que datan de la edad de Bronce. La actual ciudad se fundó en el 24 a.C. por los romanos, y se llamó Caesaraugusta en honor a César Augusto. Íberos, romanos, musulmanes, judíos y cristianos han dejado huella de su paso por la capital aragonesa.

Aunque las primeras noticias de su historia hablan de un poblado ibérico llamado Salduie o Salduba, el desarrollo de Zaragoza, una de sus épocas más doradas, llegó de la mano de la colonia romana a la que debe el trazado urbanístico del casco antiguo y su primer perímetro (el denominado Coso). Más tarde, en el siglo VIII, la población se convirtió en un centro musulmán muy importante llamado Medina Albaida Sarakosta. Los Banu Qasi, procedentes del este catalán, la convirtieron en capital de su reino taifa. En el año 1118, el rey Alfonso I el Batallador la conquistó y la convirtió en la capital del poderoso Reino de Aragón, llenando Zaragoza de poder y riqueza. En el siglo XV se incorporaron a la ciudad los arrabales de labradores de San Pablo y de pescadores de las Tenerías. Durante el reinado de Fernando el Católico se fundó la universidad y se construyó la Lonja.

En el siglo XVIII, al perder Aragón sus fueros por los decretos de Nueva Planta durante el reinado de Felipe V, la ciudad dejó de ser sede de importantes instituciones del Reino de Aragón. Durante la guerra de la Independencia (1808-1814), un período trágico para la ciudad, vivió una de sus peores épocas con su resistencia al asedio de las tropas francesas.

A finales del siglo XIX se convirtió en el foco de una fuerte inmigración rural atraída por el reciente proceso de industrialización de la ciudad. No obstante, fueron tiempos de bonanza y crecimiento. Actualmente, Zaragoza es la capital de la comarca que lleva su nombre, de la provincia homónima y también de Aragón.

Está situada a orillas de los ríos Ebro, Huerva y Gállego y del Canal Imperial de Aragón, en el centro de un amplio valle. Esa privilegiada situación geográfica la convierte en un importante nudo logístico y de comunicaciones, a tan solo unos trescientos kilómetros de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Toulouse. Parte de su término municipal está ocupado por la Reserva natural dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro. Es la quinta ciudad española más poblada con más de setecientos mil habitantes y concentra más del cincuenta por ciento de los habitantes de la Comunidad Autónoma de Aragón.

El Real Zaragoza es el club de fútbol profesional de la ciudad y actualmente milita en la Segunda División española. Fue fundado en 1932 con la unión del Iberia, S.C. y del Zaragoza C.D., los dos clubes más importantes de la ciudad en aquel tiempo. El origen se encuentra en 1903 con la creación del Zaragoza Foot-Ball Club, antecesor del club actual. El mejor año de toda la historia del club maño lo protagonizó un mágico equipo que hizo gozar a toda la capital aragonesa a mediados de los años 90. Esta es la historia de aquel inolvidable conjunto que conquistó la Copa del Rey en 1994 y la Recopa de Europa en 1995.

El 4 de marzo de 1991, el Real Zaragoza empataba en La Romareda ante el Español y, debido a los malos resultados y el juego del equipo, el entrenador Ildo Maneiro presentaba su dimisión. Llegaba un jovencísimo Víctor Fernández que a sus treinta años pasaba de dirigir al filial a tomar las riendas del primer equipo en una situación complicada. El equipo se salvaría del descenso en una agónica promoción contra el Real Murcia. A partir de ese momento, el equipo empieza a crecer y asumir la filosofía de fútbol de su entrenador, pronto refrendada por los resultados.

En la temporada 92-93 se alcanzaba el club alcanzaba su séptima final de Copa del Rey. El 26 de junio, el Real Zaragoza se enfrentaba en el estadio valenciano de Mestalla al Real Madrid y el equipo caía por 2 – 0. Muy molesto con el arbitraje de Urío Velázquez, se conjuraba para volver al año siguiente para dar la Copa a la afición aragonesa. Mientras tanto, en 1994, La Romareda alcanzaba su aspecto actual tras una reforma que sirvió para que todas las 34.596 localidades fuesen de asiento.

El conjunto zaragocista continúo exhibiendo un juego reconocible y, después de quedar terceros en el Campeonato Nacional de Liga, el 20 de abril del año 1994, el equipo se desquitaba del mal recuerdo de la final del año anterior y se proclamaba campeón de Copa en el Estadio Vicente Calderón frente al Celta de Vigo. El partido, que fue muy igualado, no se decidió en el tiempo reglamentario ni en la prórroga, por lo que llegó la tanda de penaltis. El defensa céltico Alejo falló su penalti y el Paquete Higuera metió el último, llevando la cuarta Copa de España a las vitrinas de La Romareda.

El Real Zaragoza cerraba así una de las temporadas más brillantes en la historia deportiva del club, clasificándose para disputar en la temporada siguiente la Copa de Europa de Clubes Campeones de Copa (la extinta Recopa de Europa). En la temporada siguiente, el Real Zaragoza conquista brillantemente el título europeo, al eliminar al Gloria Bistrita, al Tatran Presov, al Feyenoord, al Chelsea y vencer en la final al que era el vigente campeón, el Arsenal, F.C.

La final se celebró el 10 de mayo de 1995 en el Parque de los Príncipes de París. Fue un partido muy igualado y el marcador no se movió hasta que Juan Eduardo Esnáider lanzaba un impresionante disparo desde fuera del área que se colaba por la escuadra de David Seaman, mítico meta inglés. Enseguida empataban los londinenses y las tablas daban lugar a la prórroga; cuando ya todos pensaban en los penaltis, en el último segundo de la prórroga Mohamed Ali Amar Nayim, casi el centro del campo, mandaba un zapatazo indescriptible que se colaba en la meta inglesa de un Seaman que se quedaba en el suelo sentado durante varios segundos después de que el balón hubiera besado la red. Mientras se preguntaba qué había sucedido, la Recopa viajaba hasta Zaragoza.

Los míticos jugadores que conformaban aquel equipo campeón, el once inicial de la final, lo formaron Cedrún, Belsué, Aguado, Cáceres, Solana, Aragón, Nayim, Poyet, Pardeza, Higuera y Esnáider. Ni ellos ni el resto de sus compañeros se lo podían creer: el equipo maño era campeón de la Recopa por primera vez en su historia.

Los últimos segundos se hicieron eternos: no podían esperar a que el árbitro italiano Ceccarini pitara el final de la prórroga y así poder dirigirse hacia el Kop of Boulogne del Parque de los Príncipes para celebrar el título con los miles de zaragocistas desplazados hasta la capital francesa. Allí estaban también los ultras blanquiazules del Ligallo Fondo Norte, que habían movilizado a centenares de miembros para viajar hasta París y que por aquellos años pasaban por su mejor época.

El momento vivido por toda la afición zaragocista en aquel 10 de mayo de 1995, ante 43.000 espectadores, fue histórico. Es un episodio grabado a fuego en la memoria del hincha blanquiazul y que, sin duda, será recordado durante generaciones.

Este es el resumen de la mítica Final de la Recopa de 94-95. La que descansa en las vitrinas del Real Zaragoza que había hecho historia en Europa:

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