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Los dueños de la tierra – 20 de enero

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Bill Gates es el mayor mayor granjero de Estados Unidos. El fundador de Microsoft y su esposa Melinda poseen 97.124 hectáreas de terrenos agrícolas a su nombre o al de Cascade, su máscara empresarial para invertir en el agro. El granjero Bill tiene propiedades a lo largo y ancho del país. También en tierras que llaman en transición, como el borde occidental de Phoenix, Arizona: ahí se va a construir una urbanización para 200.000 personas y cientos de oficinas y comercios. Será la primera ciudad sobre suelo Gates. Y con nueve de cada diez ordenadores personales postrados ante Windows, el informático podrá reinar así en la nube como en la tierra.

El otro gran dueño de la tierra de Estados Unidos tampoco se crio en un granero. John Malone tiene todavía más tierras que Gates, cerca de un millón de hectáreas, solo que de todo tipo: agrícolas, residenciales, industriales. A Malone lo llaman el rey de la televisión por cable porque se hizo multimillonario en ese sector y ahora es el principal accionista de Liberty Media. Su eslogan es Dondequiera que lo vea, lo oiga, lo juegue o lo compre… Libertad. Liberty posee el equipo de beisbol de Atlanta, radios, teles… y la Fórmula 1, donde los coches dan vueltas como en el Coliseo. Ni siquiera los emperadores romanos eran dueños, al mismo tiempo, del pan y del circo.

James Bezos y Elon Musk comparten extravagancia por la vida eterna y gusto por los cohetes, pero también dedican su fortuna a asuntos terrenales. Musk es dueño de The Boring Company, dedicada a hacer túneles. Ya ha perforado en Los Ángeles y Las Vegas. Son ideales para sus Tesla: un túnel para un coche. Gran business. Bezos dedica millones a la construcción de granjas verticales supuestamente libres de pesticidas. El dueño de Amazon también posee Wholefoods, la cadena de supermercados de productos orgánicos más importante de Estados Unidos, donde no hay comida de clase media: o bio, o industrial. Las macrogranjas alimentan a la plebe.

La tierra es para quien la trabaja. La frase de Emiliano Zapata sonaba menos utópica hace un siglo. Oxfam ha denunciado que, en África, los inversores han comprado en pocos años terrenos equivalentes a la superficie de Alemania. Los gigantes de tierra y algoritmos han seguido creciendo y convenciendo al mundo de que no cabía esperar nada, cantaba Antonio Vega, para quien los árboles eran una ilusión y se contentaba con hacer tu risa estallar. Así el mundo entretenido se queda con el campo, silbando una melancolía pop que se aleja del revolucionario don Quijote, que luchaba contra los gigantes con forma de molino para arrancar «la mala simiente de la faz de la tierra».


Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3. Puedes escucharla aquí.

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