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El derbi eterno de Croacia

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Entre Europa Central y el mar Mediterráneo, junto a Hungría, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Eslovenia y el mar Adriático, al suroeste, se encuentra Croacia.

Su nombre viene del pueblo eslavo que, a principios del siglo VII, arribó a la zona para, dos siglos más tarde, organizar sus ducados. En el 925, Tomislav se convirtió rey, convirtiendo el Estado en una monarquía que fue soberana durante dos siglos.

El país firmó una unión personal con Hungría en 1102, pero, en 1527 y ante la amenaza de la expansión otomana, el parlamento croata eligió a Fernando I de Habsburgo como sucesor del trono croata. En la práctica, Croacia solo fue independiente entre 910 y 1102. Mucho tiempo más tarde, en 1918, tras la Primera Guerra Mundial, formó parte del efímero Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos y posteriormente se integró en el Reino de Yugoslavia. Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando Croacia volvió a ser independiente, aunque como Estado tutelado por la Alemania Nazi.

Tras el conflicto, Croacia fue miembro fundador y elemento federal de la Segunda Yugoslavia, el nuevo estado socialista de los Balcanes. Tras esta complicada etapa, en junio de 1991, el país declaró su independencia, reconocida internacionalmente el 8 de octubre de ese año. La Guerra de Independencia que se originó ocupó los cuatro años siguientes.

La capital y centro económico y cultural es Zagreb, que acumula más de un millón de habitantes en su área metropolitana. Está situada entre el monte Medvednica y el río Sava, en una zona muy bien conectada con Europa Central y el Adriático, donde las aguas croatas lindan con las italianas.

La capital, lógicamente, acumula gobierno e instituciones, pero al sur del país se alza en la costa dálmata Split (Ασπάλαθος o Aspálathos en griego y Spalatum en latín). Tiene poco más de doscientos mil habitantes pero es el núcleo más importante de la región de Dalmacia y el segundo más grande tras Zagreb, de la que le separan algo menos de cuatrocientos kilómetros. Split es un centro turístico y cultural enormemente importante: su ciudad antigua, una auténtica joya arquitectónica, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979 y sus costas atraen a millares de visitantes cada año.

El partido más emocionante que cada año se celebra en el país balcánico es el derbi eterno de Croacia. Este es el choque entre los dos equipos más importantes, tanto de la antigua República Socialista de Croacia en Yugoslavia, como de la actual Croacia independiente. Se trata de una rivalidad con una gran historia, que arranca antes incluso de la Primera Guerra Mundial, aunque la gran historia del clásico comenzó a escribirse en 1946, con la aparición de la primera liga de Yugoslavia.

La enemistad entre estos dos clubes viene de la época del Reino de Yugoslavia (1929-1941), en el periodo en el que el Hajduk y el Gradanski (considerado predecesor del Dinamo), eran dos de los conjuntos más importantes del fútbol yugoslavo. El balance del torneo disputado en aquel momento por los equipos croatas y del resto de las naciones balcánicas, fue de cinco títulos para el Gradanski y dos para el Hajduk. No obstante, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la aparición del Dinamo en Zagreb (asumiendo los colores y seguidores del Gradanski y otros dos equipos de la capital, también rivales del Split, comenzó la actual rivalidad.

La Liga Yugoslava de aquella época tenía sus cuatro grandes, dos de Serbia y dos de Croacia: Partizán y Estrella Roja de Belgrado, Dinamo de Zagreb y Hajduk Split. Esto, sumado al clásico que ya había arrancado antes del conflicto armado que sacudió a Europa, hizo que la enemistad entre los dos equipos más importantes de Croacia se enconara. Durante mucho tiempo, solo los unió el hecho de aglutinar seguidores favorables a la independencia croata. Sin embargo, con el desmembramiento de la federación, la disputa de la mayoría de los títulos croatas hace que su pugna parezca no ir a tener fin. Son muchas décadas de enorme rivalidad.

Como decíamos, el Dinamo de Zagreb fue fundado en 1945 con la unión de tres de los mejores clubes de Croacia en el período de Entreguerras. La fusión se produjo debido a que las nuevas autoridades socialistas del país no permitieron que estos conjuntos siguieran separados, además de que buscaban crear un equipo con lo mejor del Gradanski, Concordia y HASK.

El Gradanski, en parte, fue disuelto a modo de castigo por haber participado en el campeonato organizado por el gobierno colaboracionista del Estado Independiente de Croacia. Sin embargo, el Dinamo, llamado así por el gobierno, absorbió los colores y la mayoría de los jugadores del desaparecido Gradanski.

Desde su fundación, el nuevo club fue uno de los más potentes de Yugoslavia: en su primera temporada de liga terminó en la segunda posición, mientras que en el siguiente curso, en 1948, consiguió su primer título. Desde entonces, se convirtió en uno de los equipos más populares de los Balcanes, gracias no solo a sus títulos sino también a sus giras por España e Inglaterra. Sin embargo, su época dorada estaba tan solo comenzando: entre los años 50 y 60, el club ganaría 2 ligas (954 y 1958) y 4 Copas (en 1960, 1963, 1965 y 1969).

Además, el Dinamo empezó a codearse con grandes rivales de Europa, al llegar a las semifinales de la extinta Recopa de Europa en 1961 y a la final de la Copa de Ferias, antecesora de la Copa de la UEFA (en la que cayó frente al Valencia, C.F.). La consagración llegaría, sin ninguna duda, en la edición del mismo torneo de 1967, tras derrotar 2-0 como local y empatar sin goles fuera de casa contra el Leeds United inglés, lo que lo convirtió en el primer equipo yugoslavo en conquistar un torneo continental.

La década de los años 70 fue la más oscura del club, ya que no pudo ganar ningún título a excepción de la Copa de los Balcanes de 1977, un torneo en donde participaban equipos de Albania, Grecia, Turquía, Rumanía, Bulgaria y la propia Yugoslavia. Los 80 trajeron mejores resultados: una Copa en 1980 (cortando una mala racha de once años sin levantar un título yugoslavo), la liga de 1982 y la Copa de 1983, en lo que fueron los últimos torneos ganados en la hoy extinta Yugoslavia. Durante este período, el club sacó de su cantera a jóvenes que brillaron varios años en el fútbol internacional (incluso en el Mundial de Francia 1998), como Davor Suker, Zvonimir Boban o Robert Prosinecki.

En 1990 tuvo lugar un hecho determinante para la historia yugoslava. Fue en el clásico entre el Dinamo de Zagreb y el Estrella Roja de Belgrado. La Guerra Civil yugoslava estaba por llegar y la hinchada del Estrella Roja desplazada a Zagreb entonó cánticos nacionalistas serbios mientras se enfrentaban a los hinchas del Dinamo situados en las tribunas adyacentes. A su vez, la hinchada del Dinamo hizo lo propio con cánticos nacionalistas croatas, hasta que finalmente invadieron el campo y fueron reprimidos por la policía yugoslava (de mayoría serbia) con gases lacrimógenos.

Los jugadores del conjunto de Belgrado corrieron al vestuario, mientras que algunos del equipo de Zagreb todavía se encontraban en el campo. Boban se convirtió en un héroe popular cuando defendió a un hincha que estaba siendo golpeado por un oficial de policía lanzándose contra el agente rodilla en alto. A pesar de la suspensión de la Federación, Boban declaró que lo más importante para él era la causa Croata. Este hecho fue considerado por muchos como la chispa que encendió la llama de la Guerra de Independencia de los países Yugoslavos.

Tras el conflicto armado y con Croacia ya como un Estado propio, el Dinamo pasó a llamarse de nuevo Gradanski, aunque solo durante una temporada, ya que el nombre no era aceptado por los hinchas. Lo mismo ocurrió con el apelativo de Croacia de Zagreb, que el club usó desde 1993 hasta 2000, impuesto por las nuevas autoridades de la Croacia independizada.

Los azules (uno de los apodos del Dinamo) han conseguido conquistar desde entonces 18 ligas, 14 Copas y 5 Supercopas, lo que lo convierte en el gran dominador de la joven nación croata. El club ha llegado a ganar once campeonatos ligueros consecutivos y es un habitual de las Fases de Grupos de la actual Liga de Campeones. En la actualidad, sigue siendo uno de los equipos más populares del país, además de los más reconocidos internacionalmente. Disputa sus partidos como local en el Maksimir, con capacidad para 40.000 espectadores.

El Hajduk Split, por su parte, fue fundado en 1911 por un grupo de estudiantes en un café de Praga, tras ver el clásico de la ciudad. Consideraron que Split debía tener su propio equipo y, poco después, el nombre Hajduk fue propuesto por un profesor como referencia a los croatas que habían luchado contra el Imperio Otomano. Además, el club era procroata, por lo que se le dieron las siglas HNK, que significan «Club de Fútbol Croata», para demostrar que estaban en contra del Imperio Austrohúngaro.

Tras disputar varios partidos amistosos antes de la creación del Reino de Yugoslavia, el equipo ganó sus primeras dos Ligas en 1927 y 1929. A pesar de ello, todo cambió con la Segunda Guerra Mundial. Split y gran parte de Dalmacia fueron anexionadas a Italia en 1941, por lo que el club fue invitado a participar en el campeonato transalpino con la condición de cambiar su nombre por la denominación italiana de la ciudad, por lo que desistió de jugar.

Tras la rendición de Italia en 1943, los alemanes invadieron esa zona de la Dalmacia e invitaron al Hajduk a participar en el torneo del Estado Independiente de Croacia, pero el club volvió a negarse y empezó a jugar partidos amistosos en África, Asia y Europa, como un equipo de la resistencia.

Esto impresionó al Mariscal Tito, presidente de Yugoslavia, por lo que tiempo después el equipo fue conocido como «el equipo de Tito», que llegó a ofrecer al conjunto de Split mudarse a Belgrado, aunque la oferta no fue aceptada. Gracias a que no participaron en torneos organizados por los invasores, los blancos fueron uno de los pocos clubes que no se disolvieron tras la instauración del comunismo. Así, ganaron la liga de Yugoslavia en 1950, 1952 y 1955, convirtiéndose en uno de los equipos más poderosos del torneo. No obstante, las manipulaciones políticas sufridas tras la recuperación de su nacionalismo croata limitaron la progresión del equipo.

Por ejemplo, cuando el Hajduk viajó a Sudamérica en 1953, por invitación de Juan Domingo Perón (presidente de Argentina), su regreso se demoró y en Croacia se decidió proseguir con la liga, obligando al club a presentar a un equipo de juveniles que perdió con claridad dos partidos. Más tarde, cuando el equipo se proclamó campeón en 1955, fue enviado a la Copa Mitropa en vez de a la naciente Copa de Europa, a la que concurrió el Partizán.

Así, la década de los años 60 solo trajo una Copa para el Hajduk, la primera de la entidad, obtenida en 1967 para salvar una década sin ningún otro título. Sin embargo, la llamada Generación de oro del club logró fue la que convirtió al Hajduk Split en un auténtico campeón conquistando 4 Ligas (1971, 1974, 1975 y 1979) y 5 Copas (1972, 1973, 1974, 1976 y 1977).

En aquella época, concretamente durante la temporada liguera de 1971, el árbitro del partido entre el Hajduk y el OFK de Belgrado quedó inconsciente debido al impacto de un objeto arrojado desde la tribuna. El tribunal de la Federación decidió darle por perdido el partido a los croatas, pero sus hinchas protestaron, destrozaron coches con matrículas de Belgrado, dejando claro su sentimiento antiserbio; las autoridades finalmente contemporizaron y dieron por bueno el empate del partido que se había disputado.

Ya en los últimos años de la competición yugoslava, los blancos lograron tres Copas más, en 1984, 1987 y 1991. La última, frente al Estrella Roja, que venía de ser campeón de Europa, con un gol de Boksic, gran figura del fútbol croata.

Poco después, la Independencia del país permitió al Hajduk volver a recuperar la bandera croata de su escudo, además de conquistar nuevos títulos como la primera liga de Croacia, en 1992. De hecho, hasta 1995 el equipo ganó 3 Ligas y 2 Copas, pero luego comenzó a experimentar problemas económicos, que causaron una crisis de más de diez años para el club.

En el nuevo siglo, los maestros del mar (otro de los apodos del club) han conquistado tres ligas y tres copas, aunque su último título data ya de 2010. Muchos años fuera de Europa, la viabilidad del club se vio en entredicho, pero a pesar de ello el Hajduk sigue siendo uno de los clubes más importantes de Croacia.

Siempre a la sombra del gran Dinamo, es el único club que ha sido capaz a arrebatarle títulos con consistencia al equipo de la capital (una gesta que también logró cumplir el N.K. Zagreb). Ese es sin duda uno de los motivos por los que goza de una gran popularidad en un país que recuerda el pasado del club y respeta su importante palmarés en época Yugoslava: 9 ligas y 9 Copas de Yugoslavia. A día de hoy, el club disputa sus partidos como local en el Poljud, con capacidad para 35.000 espectadores y su color, por supuesto, sigue siendo el blanco.

En cuanto a los enfrentamientos directos entre los dos clubes (desde 1946 en adelante) se han disputado un total de 212 derbis eternos de Croacia. El Dinamo ha ganado 90, el Hajduk 67, y ambos conjuntos han empatado en 55 ocasiones.

En el capítulo de las gradas, ambos equipos cuentan con el incondicional apoyo de sus grupos ultras. Los del Hajduk Split se llaman Torcida Split, nombre que tiene su origen en la admiración que profesaban los croatas a las hinchadas organizadas brasileñas. De hecho el colectivo se formó en de la década de los 50, por lo que cuentan con un gran arraigo, no solo en Split, sino en toda Dalmacia.

Entre los hinchas del Dinamo de Zagreb destacan los Bad Blue Boys, cuyo nombre hace referencia a la película Bad Boys de 1983. Este grupo ultra es más reciente (fue fundado el 17 de marzo de 1986), pero está muy bien organizado y destaca por estar siempre dispuesto a la confrontación con sus rivales.

Quizá la gran diferencia a este respecto entre el Hajduk Split y el Dinamo Zagreb, es que el Hajduk Split tiene gran parte de su afición repartida por toda la costa dálmata, mientras que el Dinamo de Zagreb, pese a que uno de cada tres croatas apoya al Dinamo, no es capaz de movilizar a su hinchada. Por ello, Bad Blue Boys a parte, en ocasiones el club tiene problemas para llenar el aforo de su estadio.

Torcida Split y Bad Blue Boys se odian mutuamente, aunque recientemente han acudido juntos a algunos partidos como medida de protesta contra las leyes de espectáculos públicos de Croacia, las cuales se aplican desde hace unos años en el país balcánico. Además, hay que considerar que muchos de los miembros de estos dos grupos ultras participaron en la Guerra de Independencia de Croacia (1991-9195), alistándose en el Ejército Croata (Hrvatska Vojska o HV), por lo que, más allá de su enemistad, comparten una profunda animadversión por el Partizán y del Estrella Roja de Belgrado, así como por sus aficiones.

No obstante, cuando juegan el Hajduk y el Dinamo, en las tribunas del estadio se tiene lugar un gran espectáculo. Merece la pena asistir a un derbi eterno de Croacia, ya sea en el Poljud de Split o el Maksimir de Zagreb. Pase lo que pase en el césped, alrededor se estará librando la batalla del gran clásico croata:

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