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Dictadura de aritmética y libertad – 25 de noviembre

La ultraderecha se va a sentar en el Congreso de Argentina. Serán cinco diputados del partido La Libertad Avanza, del economista Javier Milei. Se dicen libertarios: derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. En uno de sus mítines, una seguidora dice que vota a Milei porque está cansada de tanta pobreza, de tanta porquería. La libertad es dinero y clasismo. Y mentiras históricas: «viva la libertad, carajo», grita Milei, mientras sus secuaces niegan los crímenes de la dictadura militar. La abogada Victoria Villaruel, número dos, resume: el terrorismo era el comunismo.

Villaruel es hija de militar. En Chile, las sagas de la dictadura agitan el mismo fantasma. José Antonio Kast ha sido el candidato más votado en la primera vuelta de las presidenciales. «Vamos a elegir entre libertad y comunismo, entre democracia y comunismo», afirma Kast, hijo de oficial de la Wehrmacht, hermano de ministro de Pinochet. En Chile no gobierna el Partido Comunista; ni su rival, Gabriel Boric, pretende implantar la dictadura del proletariado. Mentira, distorsión: realidad alternativa, decía Trump, showman contra los enemigos del comercio.

El argentino Milei también se hizo famoso en la tele antes de la política. Insultaba a la izquierda: estúpidos, ignorantes zurdos. Los platós le adoran. Y gasta micrófono: tiene un programa de radio titulado Demoliendo mitos. La nueva reacción se viste iconoclasta y es transmedia. El libro negro de la nueva izquierda, de Laje y Márquez, es un bestseller contrarrevolucionario. «Los Libertadores», se bautizan en youtube: jóvenes, blancos, preparados, modelos para el millón y medio de personas que les jalean peleándose con feministas y progres: avatares del comunismo que quieren destruir.

La nueva derecha ultra y liberada es el fantasma que recorre el mundo. No necesita manifiestos sino eslóganes unicelulares: ruge libertad y se muere la inteligencia. Escribe Esteban Hernández que las élites españolas están en guerra contra los intelectuales: las humanidades son cosa de pobres en tiempos de algoritmo rey. Frente a la porquería, aritmética, o sea, saldo. En Fundación, Asimov llama psicohistoria al cálculo que predice el futuro social. La matemática es útil hasta que vaticina el fin del imperio. Entonces el emperador, furioso, condena al sabio y mata a millones de personas, que es como las dictaduras de uniforme y capital construyen sus paraísos de paz y prosperidad.


Extramuros es una columna informativa de Efecto Doppler, en Radio 3. Puedes escucharla aquí.

Víctor García Guerrero
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