Sheffield se encuentra en el norte de Inglaterra, a unos 65 kilómetros al este de Manchester, en South Yorkshire. Constituida como la ciudad en 1893, la población supera el medio millón de habitantes en la actualidad, con una fuerza de trabajo de más de un millón de hombres que residen dentro de un radio de una hora en coche.
El Castillo de Sheffield fue construido después de la conquista normanda sobre los asentamientos locales preexistentes en lo que hoy es el corazón de la ciudad. El mercado que creció alrededor del castillo, hizo de Sheffield una urbe famosa por su feria justo antes del siglo XIV. En la centuria siguiente llegó a ser bien conocida por la cubertería fina que se producía y se vendía allí, y en el siglo XVII la ciudad fue famosa por ser el centro de producción de la cuchillería de toda Inglaterra; estaba en la vanguardia en aquellos primeros años, y la invención y la mejora de varios procesos durante el siglo XVIII revolucionó la metalurgia.
El crisol de acero colocó a Sheffield de lleno en la iniciativa de la metalurgia en el mundo. Creció como un gran centro industrial y fue un gran productor de acero hasta la recesión consecuente de la pérdida de los mercados de importación en el final del siglo XVIII. Las condiciones en la ciudad se deterioraron y una epidemia de cólera mató a más de 400 personas en 1832. Las enormes cantidades de riqueza creadas por los grandes productores de acero tiendieron a mantenerse en la cima de la jerarquía, mientras que la contaminación no se controlaba y el hacinamiento y la enfermedad se abrieron paso al resto de los habitantes.
El comienzo de la revolución industrial trajo a la gente de vuelta a la ciudad en las décadas siguientes, y el agua potable se hizo necesaria para evitar las enfermedades mortales de 1832. Nuevos embalses construidos en las afueras, pero el colapso de una pared de la presa en 1864 causó la Gran Inundación de Sheffield que provocó la muerte de 270 personas y graves daños a la urbe.
El siglo XX vio como Sheffield era señalada una vez más en la literatura, como cuando George Orwell la llamó «la ciudad más fea en el Viejo Mundo» en El camino a Wigan Pier, escrito en 1937. La combinación de los tugurios construidos rápidamente para albergar el creciente número de personas que trabajaban en las industrias locales y la contaminación de las fábricas, hacían de Sheffield una ciudad poco atractiva. La invención del acero inoxidable en 1913 por un productor de acero residente impulsó la industria, pero a costa de la belleza de una ciudad fundada en la confluencia de cinco ríos.
A finales de la década de los años treinta una recesión paralela a La Gran Depresión en los EE.UU. había tomado un peaje en todas las áreas industriales, y Sheffield no fue la excepción. Terminó pronto, cuando las fábricas europeas comenzaron a prepararse para la guerra que se avecinaba. Sheffield recuperó su lugar como productor de acero de clase mundial, la fabricación de armas y municiones. La misma industria que había hecho de la ciudad un lugar próspero durante los buenos tiempos, también la hizo peligrosa durante los malos. La Segunda Guerra Mundial hizo de Sheffield, a su vez, blanco para los bombarderos de la Luftwaffe alemana. Tres noches de ataques aéreos conocidos como el Sheffield Blitz, mataron a 660 e hirieron a otros 1.500 habitantes. Otras 40.000 quedaron sin hogar por los ataques aéreos, ya que fueron demolidas 3.000 casas y otras 3.000 dañadas severamente.
Después de la guerra, Sheffield continuó como un jugador importante en la industria del acero. La ciudad todavía era un referente en la industria de la cubertería. Más de la mitad de las hojas quirúrgicas en el mundo se producen ahí hasta nuestros días. La reconstrucción después de la guerra fue un éxito, tanto por la limpieza de los barrios más pobres, como por la inversión en infraestructuras y parques para embellecer la ciudad y los caminos para llegar a las fábricas.
Sheffield estaba inundado de prosperidad en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Se necesitaba de acero para la reconstrucción de toda Europa, Rusia, Japón, el Pacífico Sur y muchas otras áreas. La reconstrucción de la industria en Alemania y Japón era una espada de doble filo, ya que el acero para su reconstrucción significaba acerías ocupadas todo el rato. El resultado final fue que a medida que la industria se esforzó por mantener la reconstrucción de la industria alemana y japonesa, no se preocupó de la automatización y los sistemas de mejora de procesos que pronto produjo que quedaran obsoletos, no permitiéndoles competir contra las fábricas que ayudaron a construir. Los años setenta y ochenta vieron como las acerías no podían competir dejando a miles de personas en el desempleo.
A mediados de los ochenta la espina dorsal industrial de Sheffield se rompió. Este problema quedó fielmente reflejado esta vez no en la literatura, sino en una película. The Full Monty es la crónica de algunos residentes jóvenes y no tan jóvenes de Sheffield que se vieron obligados a cambiar de ocupación cuando sus largas y desesperadas búsquedas de trabajo no daban resultado.
A parte de su fuerte pasado industrial se puede decir que Sheffield es la cuna del fútbol tal y como lo conocemos. Esta ciudad del norte de Inglaterra acoge al club más antiguo del mundo (no es el Sheffield Wednesday, ni el Sheffield United): el Sheffield, F.C., que juega en el octavo nivel del fútbol inglés, no profesional.
No obstante, el Sheffield United es uno de los dos clubes con más tradición de la ciudad. Fundado en 1889, empezó siendo un equipo de críquet al igual que sus rivales ciudadanos (el Wednesday, con el que disputan El Gran Duelo de Sheffield). Fue el primer equipo del Reino Unido en llevar el distintivo de United, que posteriormente adoptarían equipos como Leeds United, F.C. o Manchester United, F.C.. El club juega sus partidos como local en el estadio de Bramall Lane, el estadio más antiguo del mundo entre los que siguen albergando partidos de fútbol en la actualidad. Los colores tradicionales del club son la camiseta a líneas verticales rojiblancas, y pantalón y medias negras.
El apodo del equipo es The Blades (las cuchillas), debido a su reputación industrial mundial. El período de mayor éxito del club sucedió entre los años 1897 y 1902, ganando la Liga en 1898 y la Copa de Inglaterra en 1899 y 1902. Volvió a ganar la Copa en 1915 y 1925. El Sheffield United, F.C. ha jugado 60 temporadas en la máxima categoría (la última vez en la 2006-07).
El 30 de abril de 1855 se inauguró Bramall Lane, que debe su nombre a la calle donde se ubicó. Lo hizo como campo de cricket. Estaba en una zona alejada del núcleo industrial de la ciudad y sirvió para que seis clubes locales pudieran jugar sus partidos, incluido el Wednesday Cricket Club, de donde surgiría después el Sheffield Wednesday, F.C. de fútbol. En 1863 se formó el Yorkshire County Cricket Club, un equipo que representaba al condado entero. Curiosamente, la entidad nació al albur del estadio. Y no sería el primero, como ahora veremos.
El 29 diciembre de 1862, Bramall Lane acogió el primer partido de fútbol de su historia. Los contendientes fueron el primer y el segundo club más antiguos de la historia que aún sobreviven (insisto, no en categoría profesional): el Sheffield, F.C. y el Hallam F.C.. El resultado fue de 0-0. Al igual que ocurría con el cricket, Bramall Lane servía para acoger partidos de todos los equipos de la ciudad de Sheffield. En 1867, de hecho, fue el escenario de la primera competición de la historia, la Youdan Cup, que ganó el Hallam.
Como ocurrió con el YCCC, el estadio propició la creación de un nuevo club: el Sheffield United, F.C., que desde 1985 ha sido el dueño del campo. Evidentemente, el estadio actual poco tiene que ver con el de aquella época en cuanto a su estructura. La última reforma data de 2007, por lo que el aspecto del mismo en casi nada se parece, como es natural, al de sus orígenes.
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