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Curva Nord Livorno, Ultras Livorno

Club: A.S. LIVORNO C.

Ciudad: LIVORNO (Livorno) (160.991 habitantes).

Provincia: LIVORNO (Livorno) (326.439 habitantes).

Región: TOSCANA (Toscana) (3.734.355 habitantes).

Livorno nació como un pequeño pueblo de pescadores, fundado por la familia de los Médici en 1577 según el esquema de ciudad ideal del Renacimiento diseñado por Bernardo Buontalenti en forma de pentágono, entre fosos y bastiones, alrededor del núcleo medieval del puerto fortificado. Bajo el amparo de los Médici se convirtió rápidamente en el único puerto del Gran Ducado. Fernando I de Toscana declaró la ciudad puerto franco en 1590, lo que duraría hasta 1860 cuando pasó a formar parte del Reino de Italia. Livorno creció durante el gobierno de Leopoldo II de Toscana en el siglo XVIII, quien abrió la ciudad a los mercaderes y comerciantes extranjeros. Las ampliaciones urbanísticas efectuadas durante el siglo XIX, ya en época neoclásica, le dieron su aspecto actual e iniciaron la expansión de la ciudad hacia el interior y a lo largo de la costa sur. Durante la II Guerra Mundial recibió considerables daños, principalmente en su histórica catedral y sinagoga.

Pero Livorno es sobretodo conocida en Italia (y fuera) por ser una ciudad con preponderancia comunista. El Partido Comunista Italiano (P.C.I.) fue fundado el 21 de enero de 1921 por la corriente de extrema izquierda del Partido Socialista Italiano (P.S.I.), la cual liderada por Amadeo Bordiga y Antonio Gramsci, abogaban por unirse a la Internacional Comunista.

Cuando el estadio del A.S. Livorno, el Armando Picchi (19.238 espectadores) luce repleto, el evento en cuestión se parece más a un acto político del comunismo italiano que a un partido de fútbol: es el club de Italia que reúne a más militantes de izquierda. Es frecuente ver en sus tribunas, sobre todo a los ultras situados en la Curva Nord, toda la iconografía que los identifica: la hoz y el martillo que dominaba en la bandera soviética; la figura del Che Guevara; retratos de Lenin; banderas rojas; y expresiones en defensa de las ideas que abrazan. Los cánticos de la hinchada incluyen el Bella Ciao y el Bandiera Rossa, los himnos de los comunistas italianos.

Fundado en 1915, el Livorno juega actualmente en la tercera categoría del fútbol italiano, y aunque ha estado 29 veces en la élite del fútbol italiano, la Serie A, nunca ha ganado el Scudetto. Sus mejores campañas fueron en las temporadas 1919-20 y 1942-43, cuando resultó subcampeón.

El partido más sentido por su hinchada tiene que ver con cuestiones políticas: más allá de que el Pisa es su archirrival dentro de la región de la Toscana, la S.S. Lazio (asociado a la derecha italiana) aparece como el equipo al que cada uno de los hinchas del Amaranto (el apodo del Livorno) quieren siempre ganar.

El movimiento ultra livornés comenzó en 1976 con el nacimiento de los Ultras Livorno, a los cuales seguirían, en 1977, los Ultras Fossa. En los años posteriores surgen numerosos grupos, sobre todo en los distintos barrios de la ciudad, aunque muchos de ellos eran unos pocos muchachos situados detrás de sus respectivas pancartas, tapizando de amaranto la curva del estadio. Entre estas se distinguían principalmente las de Magenta, Fedayn, Sbandati y Gruppo Autonomo, quienes acabarían uniéndose en los primeros meses de 1999 bajo el nombre de Brigate Autonome Livornesi (B.A.L.), el grupo ultra más conocido de Livorno.

El propósito de la fusión fue crear una mayor centralidad en la elaboración de los tifos. De una ideología fuertemente comunista, los miembros de las B.A.L. eran los promotores del Fronte di Resistenza Ultras, formado en conjunto con otros grupos ultras italianos de la misma tendencia política: los ultras de la Ternana y los ultras del Ancona. El grupo fue golpeado por numerosas Daspo, hasta llegar a cerca de cuatrocientos miembros advertidos por la policía italiana en una sola temporada, lo que provocaría su disolución oficial en la temporada 03-04.

Las B.A.L. fueron acompañados en su momento por otro grupo en la Curva Nord, los North Kaos, quienes, contrariamente a lo que muchos piensan, no eran un grupo de derecha sino que concebían de forma diferente la relación entre la política y la fiebre del tifo dentro de un estadio. A pesar de ello, varios de los miembros del North Kaos asistieron a eventos organizados por las Brigate Autonome Livornesi.

La «única infiltración fascista en Livorno» (como les gusta decir a los propios livorneses) hasta la fecha fue la del grupo Legione, expulsados en la temporada 93-94, poco después de su nacimiento. Desde 2007, las B.A.L. ya no existen ni oficialmente ni extraoficialmente, aunque después de su disolución siguieran colgando la pancarta «Fino all’ultimo bandito» («Hasta el último bandido») en la Curva Nord. Se dividió entonces la Curva en dos grupos principales: los Vecchie Origini Livornesi 1915 y los Visitors 1312.

Asimismo, hace unos años, en el play-off de ascenso a Serie A contra el Brescia, se vio el regreso del grupo Fedayn. El resto es la historia de nuestros tiempos en la liga italiana, con la disolución de todos los grupos ultras debido a la introducción de la famosa tessera del tifoso y la represión de los ideales ultras en todo el país.

Livorno y fútbol es una combinación que históricamente se asocia con momentos muy calientes de enfrentamientos e incidentes, incluidos disparos de bala en los años treinta, la época de los sesenta del archiconocido, por su inexpugnabilidad, Ardanza (el nombre del estadio hasta 1990 y el del barrio donde se ubica), o la invasión violenta del campo durante un Livorno-Monza del 19 de noviembre de 1967, y que se reflejaría un año más tarde en un almanaque con la siguiente frase: «Se si continua di questo passo gli archeologi del Tremila troveranno all’Ardenza le ossa di arbitri e guardalinee» («Si seguimos a este ritmo los arqueólogos del Tremila encontrarán en el Ardenza los huesos de árbitros y jueces de línea»).

A finales de los años setenta y durante los ochenta, se identificaba a Livorno en el mundo del tifo organizado con los Fedayn y con los Ultras Livorno. Por entonces no se viajaba mucho; los desplazamientos eran escogidos por razones de proximidad o de importancia de la rivalidad del partido. De hecho, muchos prefirieron seguir el baloncesto (en aquel momento dos equipos de la ciudad se encontraban en la primera división italiana). Dependiendo del rango del oponente, la Curva en ocasiones ni siquiera era embellecida con pancartas y banderas; era la época en que por lo general se utilizaron trapos de más o menos grandes dimensiones para tratar de disimular los huecos que había en las gradas. Muchos niños y jóvenes no tenían la costumbre de ir al estadio.

Luego vinieron los años deprimentes, con el equipo amaranto metido de lleno en la Serie C2 (la cuarta división de la liga italiana en aquellos años); una época de fracasos deportivos. Sin embargo, los noventa trajeron gran satisfacción y alguna alegría decente. La Curva Nord volvió a recobrar la ilusión. Cuando entró la generación de las Brigate Autonome Livornesi (temporada 90-91), había una anarquía total: treinta años en las Serie C y tres fracasos económicos del club habían creado una situación grotesca, sin puntos de referencia. Muchos de los ultras mayores estaban hartos y no transmitían ninguna ilusión a los nuevos reclutas. Antes de la llegada de las B.A.L. no había ni la más mínima organización: los numerosos grupos pequeños de la Curva hacían los viajes de forma separada, lo que provocaba que los costes de fletar autobuses se dispararan al ser difícil llenarlos. Fueron momentos de malos hábitos entre algunos pocos, como la costumbre de colarse y no abonar los desplazamientos. En Livorno todavía hoy se recuerda a muchas de estas personas como carentes de coherencia y «profundamente enmascarados», ya que centraban la defensa de sus actos justificándose en que eran anarquistas, aunque en nada tuvieran que ver con las tesis libertarias (por otra parte minoritarias dentro de la Curva en contraposición a las ideas comunistas).

Las Brigate Autonome Livornesi fueron capaces de sintetizar la organización, la pasión, la política y la identidad del club, cualidades que hoy son reconocidas por muchas de las tifoserías de Italia. La rebelión, la lucha, sus originales canciones (no eran nada partidarias de copiar ningún cántico) y los lemas (también originales) que las representaban fueron cosas importantes para la Curva Nord Livorno, para el equipo de la ciudad de La Perla del Mare. Finalmente, las B.A.L. se separaron porque había demasiados problemas, tanto en el ámbito estrictamente ultra como también en el plano jurídico. De hecho, algunos cientos de personas tuvieron el abogado de forma gratuita o a cambio de una pequeña contribución, gracias a las financiación propia del grupo, a quien se le puso en la picota mediática bajo el ojo acusador que los tildaba de ser «criminales más peligrosos que la propia mafia siciliana» (exageración históricamente típica de muchos medios de comunicación en España, pero que en Italia también tiene algún pregonero, sobre todo en los últimos años). Así, fueron acusadas del delito de organización creada para delinquir. Curiosamente, les sucedió lo mismo que unas décadas atrás a las Brigate Gialloblù del Verona, uno de sus eternos grupos ultras rivales en lo ideológico.

Centrándonos en el capítulo de amistades y enemistades, los ultras livornesi siempre han tenido en los ultras del Pisa a sus mayores oponentes; esta eterna rivalidad nace de una fuerte enemistad histórica entre ambas ciudades, que incluye a casi todos sus vecinos. En el contexto de la Toscana también hay una fuerte rivalidad con los ultras del Siena, los del Arezzo y los del Lucchese. Otras rivalidades importantes, que nacen por motivos políticos contra grupos de ideología opuesta, son las que se tienen con los ultras de la Lazio, Juventus, Inter, Brescia, Padova, Varese, Ascoli, Triestina y Verona. Asimismo, se tiene rivalidad con otros grupos por otro tipo de motivaciones, como con los ultras de la Roma, Milan, Sampdoria, Modena (también fuertemente de izquierdas) y Spezia.

Los únicos hermanamientos actuales son con grupos extranjeros y debido a ideologías políticas comunes: el Commando Ultra ’84 del Olympique de Marsella y los Original 21 del AEK Atenas. Hay también buenas relaciones con los ultras de la Ternana, Pescara, Empoli y Cosenza.

Son las amistades y enemistades de la Curva Nord Livorno, la ubicación de los ultras italianos más famosos por su ideología comunista y una de las Curvas más politizadas del país transalpino:

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